Las conexión con los amigos disminuyen los riesgos de contraer enfermedades pero hay que tener en cuenta que hay vínculos tóxicos, cómo identificarlos
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Se sabe que las verdaderas amistades, aquellas que traen felicidad y seguridad, brindan beneficios a la salud: mejoran la autoestima y colaboran con la disminución del estrés. Un estudio publicado en la National Library of Medicine descubrió que las buenas amistades reducen los riesgos de sufrir enfermedades físicas y mortales. En comparación con las amistades tóxicas, los investigadores revelaron que aquellas personas con vínculos sociales positivos tenían un 50% más de probabilidades de sobrevivir una enfermedad en contraposición a los que tienen vínculos dañinos.
Sol Buscio, licenciada en Psicología (M.N 71610), aclara que antes de hablar de los rasgos dañinos que presentan estas personas es indispensable saber qué se entiende por el concepto de amistad. “Los amigos son la familia que uno elige, un vínculo de amor, son espacios en donde las personas se pueden mostrar tal cual son, se sienten seguras en donde no hay juzgamiento ni críticas. En cambio, hay relaciones opuestas que cuestan mucho y nos damos cuenta que hacen mal, son destructivas o dañinas”, aclara la psicóloga.
En los grupos de personas es fácil identificar dos tipos de personalidades: los genuinos que se alegran por uno y destilan buena energía y aquellos que son enemigos jurados que buscan complicarle la vida a los demás sin motivo aparente. La cuestión es qué ocurre con los que se encuentran en el punto medio de ambas personalidades; esos que muestran actitudes de amigos pero que se caracterizan por tener más conductas hostiles.
En estos últimos casos se refieren a los amigos “frenemies”: un neologismo que hace referencia a la relación friends-enemies, en castellano aquellas personas que se hacen pasar por amigos cercanos pero en verdad esconden tintes de “enemigos”.
Entre sus actitudes más habituales de este tipo de personalidades van desde la simpatía y luego hablar mal por las espaldas, llevarse el crédito por algo que no hizo, menospreciar los sentimientos del otro hasta ponerse a la defensiva ante el mínimo comentario.
¿Cómo saber si tu amigo es un “Frenemy”?
“La persona tiene que identificar qué le hace bien en sus vínculos sociales y que no le hace bien. Esta es una pauta que se aplica para la vida misma. Yo recomiendo que a mayor amplitud de vínculo social, más podés prevenir estas cosas”, responde el psicólogo Gonzalo Udaquiola. Al mismo tiempo aclara que “si estás encerrado solo en un ambiente o grupo de amigos, es poco probable que identifiques las señales de alerta. En cambio, si tenés más vínculos puede que lo detectes rápidamente”.
Para poder detectar rápido a estas personas y evitar la angustia a largo plazo es fundamental prestar atención a cuánto malestar genera esa persona cada vez que uno se encuentra con ella. Los especialistas coinciden en que algunas de las señales de alerta para identificarlos son:
- Sentir que no hay reciprocidad en la relación
- Notar que minimiza cómo te sentís o invalida tus emociones
- Realiza chistes desafortunados sobre uno o se comunican permanentemente con doble mensajes
- Angustiarse porque no respetan los límites
- Percibir que es una persona que se la pasa criticando a los demás
- Advertir ciertas actitudes manipuladoras
- Descubrir que tiene una búsqueda permanente de conflicto
- Darse cuenta que el otro está todo el tiempo compitiendo
Ahora bien, ¿qué se hace una vez que se los identifica? Las opciones son varias, pero primero es importante saber que, tal vez, la rpiemra reacción es resistir soltar el vínculo por la nostalgia del pasado y de los buenos momentos compartidos.
Boscio agrega que quienes deciden hablar deben comunicar de manera asertiva, empática, honestay plantear lo que uno necesita “Ahora bien si uno habló, expuso sus sentimientos, sentó límites y el otro no cambia, entonces es momento de partir caminos. En esos casos, lo que resta es avisar que uno está tomando distancia, por qué lo hago y por qué necesito que se me respete”, añade la psicóloga.
Cuando esto sucede en un grupo, la situación se vuelve más abrumadora. “Con los grupos de amigos el riesgo es que se rompan todos los vínculos de ese sistema. En esos casos lo principal es identificar cómo evitar las situaciones negativas, por ejemplo, si sabés que esa persona tóxica no cambiará podés elegir evitar enfrentarte con ellos”, sostiene Udaquiola.
En el caso de estos grupos de amigos también se debe tener en cuenta que puede suceder que uno corte el vínculo con el frenemy pero que el resto de los amigos si sigan teniendo relación. Cuando sucede esto se debe respetar la decisión de los otros y todo el grupo debe comprender y respetar la nueva dinámica de grupo.
Por último, hay que tener en claro que una vez tomada la decisión, hay que asumir que se transitará un duelo. Y puede que aparezca angustia y que la nostalgia se haga cada vez más presente. Pero ¡atención! “Cuando sentís que la decisión fue apresurada tenés que reafirmar todas las cosas que te llevaron a esa situación. Hay veces que las relaciones pasan por transiciones, donde van mejor, peor y varían, pero si esto se sostiene en el tiempo ya es momento de cuestionarnos qué hacer y elegir nuestro bienestar como prioridad”, finaliza el especialista.
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