La importancia de mantener buenos hábitos de alimentación y sueño para conseguir una mejor calidad de vida
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En el marco del capítulo 2 del evento Bienestar & Salud organizado por LA NACION, José Del Río, secretario general de Redacción, recibió a Pablo Ferrero, director del área de sueño del Instituto Ferrero de Neurología y Sueño; y a Karina Gao, cocinera y emprendedora, creadora de @MonPetitGlouton, para conversar acerca de la importancia del descanso y la nutrición saludable, para vivir mejor.
La propuesta de Gao es incorporar a la alimentación diaria la “comfort food”: comida que sea accesible, casera y fácil. “Para mí las recetas tienen que ser prácticas. La idea es seducir a la gente a que cocine más”.
Por su parte, Ferrero es muy claro en cuanto al dormir bien: “No podés pedirle al cerebro, al igual que a un avión, que frene y la gente se baje; hay que ir bajando despacito la velocidad, dejando que el cerebro se relaje antes de irse a dormir. Comer tarde tampoco es beneficioso porque a la vez que el sistema digestivo está digiriendo no puede descansar bien, con lo cual va a hacer las dos cosas mal”.
Hoy en día es fundamental entender la relación que tenemos con la comida: “Yo educo a mis hijos para que sepan que hay alimentos que existen y les van a hacer bien. Cuando algo no les gusta, una buena idea es cambiar el formato, por ejemplo, convertir una berenjena en milanesa o puré. Recurrir a distintas formas o texturas”, dice Gao. Y asegura que el comportamiento de los padres también cumple un rol fundamental en los chicos: “La comida es algo familiar, sentarse y disfrutar juntos; si vos no vas a comer una ensalada tu hijo tampoco lo va a hacer, y hay que entender eso”.
Más adelante, Del Río indagó acerca de los consejos antes de acostarse y el especialista en sueño afirmó que no conviene ver noticias antes de ir a dormir. “Lo último que ves es lo que el cerebro va a utilizar para la ensoñación”. A lo cual se sumó la chef en cuanto a la importancia de comer liviano durante la cena y, en lo posible, temprano.
Ferrero explicó por qué a algunas personas les cuesta más conciliar el sueño que a otras: “De chiquitos nos enseñan que si te portás mal te vas a la cama; entonces dormir pasa a ser una penitencia. La pandemia en este sentido también complicó las cosas. Casi siempre la respuesta está en cuáles son los hábitos que hay que modificar para dormir mejor”.
Hablando de hábitos, ambos especialistas coincidieron en los beneficios de mantener la televisión apagada mientras se comparte la comida familiar. “Además, con la tele los chicos se distraen de la comida, cuando deberían disfrutarla. Comer no debería ser un trámite más, sino que es una de las cosas, aparte de dormir, que tenés que hacer tres veces por día mínimo, por eso es clave disfrutarlo”.
Dos de cada tres parejas se van a dormir mirando el celular, ¿cómo interfiere eso en sus vidas? “Por un lado se da por el estrés que genera sentir que me estoy perdiendo algo que está ocurriendo del otro lado del mundo, lo cual trae ansiedad. Nos levantamos y lo primero que hacemos es chequear la pantalla. Lamentablemente es una pelea perdida para mí luchar contra el teléfono, por eso lo que sugiero es bajar la intensidad de la pantalla, ponerlo en ‘modo noche’, cambiar los blancos por los negros porque no hay que olvidar que la cantidad de luz que emana un televisor o lo que fuese, para nuestro cerebro evolutivamente lo interpreta como que está el sol presente. Y cuando eso sucede, no liberamos melatonina que es la hormona del sueño y cuesta más dormir”, aconseja el especialista en sueño. Incluso aunque tengamos los ojos cerrados, la televisión encendida hace estragos en el descanso.
“Nada en exceso está bien. Incluso hay gente que come sólo zanahoria y tampoco es saludable. Hay que cuidarse de la comida chatarra; cuando hay un humano detrás es siempre mejor. Igual siempre digo que hay que recurrir al 80/20: si lo vas a comer no lo hagas con culpa. No hay que prohibir sino ser más consciente”, sugiere Gao.
El tiempo óptimo para dormir debería ser 8 horas pero es algo que varía según cada ser humano. “Lo importante es saber distinguir entre dormir y descansar. Para eso hay que hacer diferentes estudios que nos dicen cómo está desarrollado el sueño durante la noche, vemos las diferentes etapas, si tenés sueño profundo, sueño REM y depende cuánto tengas de cada una de estas etapas si realmente estás descansando”, manifiesta Ferrero.
“Hay que celebrar la vida todos los días, hacer las cosas que a uno le apasionan porque realmente es corta y hay que disfrutarla. Tuve la suerte de tener esos minutos de pensar que se me terminó todo y hacer un mini resumen de lo que pasó, y llegar a la conclusión de que tuve una buena vida, estoy contenta, y ahora espero una segunda vida que sea igual de buena”, confiesa la cocinera en cuanto al grave estado de salud que superó tras el covid, que la tuvo al borde de la muerte.
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