Ximena Sureda pasó por muchos hobbies, fue la rebelde de la familia, atravesó una enfermedad y encontró su verdadera vocación en la salud y en ayudar a otros
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“Cuando era joven me diagnosticaron endometriosis y me dijeron que era estéril, me operaron hasta tres veces y pude finalmente quedar embarazada. Recuerdo que en el momento del diagnóstico me hice tres planteos. El primero fue que la mente humana es lo más importante, por eso el hombre se enferma de adentro hacia afuera; segundo, que un diagnóstico se puede revertir; y tercero, mi desamparo emocional, nadie sabía como acompañarme en ese proceso”, cuenta Ximena Sureda, quien a partir de su experiencia creo “Mutare Life”, una plataforma de atención virtual para la salud mental, física y emocional que cumple la función de un Netflix del bienestar. Allí los pacientes pagan una suscripción o membresía y pueden solicitar atención médica, terapéutica o unirse a grupos de atención en los que tratan diversos temas como: la vida familiar, los traumas, el propósito de vida, las adicciones y más.
Emprendedora de alma, la joven llegó a cantar a los cinco años en cadena nacional y a esa edad aprendió a leer partituras. De más grande se independizó de su hogar y comenzó a trabajar de manicura y depiladora. En palabras de ella, jamás pensó que iba a estar en el área de salud mental, aunque reconoce que tiene algo especial.
“Me pasaba mucho que de chica siempre la gente se me acercaba a hablar y me contaba cosas de su vida; veían en mí alguien en quien desahogarse sin ser juzgados. Estaba esperando el colectivo en la parada y un desconocido se me ponía a contar cosas muy íntimas de su vida y yo me sentía bien sabiendo que podía dar una mano”, recuerda y reconoce que esas experiencias fueron el puntapié para darse cuenta que su propósito de vida estaba relacionado con eso. Luego estudió psicología.
Sureda reconoce que las situaciones límite son claves como proceso de crecimiento en la vida y rememora el aprendizaje que le dejó su enfermedad: “me hablaban de todas condiciones que yo no entendía y me sentía desamparada. Era una adolescente y me decían que me iban a vaciar el útero”, recuerda y reconoce que fue en aquel momento cuando encontró una fuerza interior que desconocía hasta ese entonces: cambió su visión del mundo y la llevó a tener una visión integral de lo que es la salud.
En otras palabras encontró “el propósito de su vida” y lo principal: logró que todo lo que está en su vida esté en línea con este mismo propósito. En cuanto al secreto para logarlo explica que se convirtió en su propia observadora y en base a eso descubrió su fórmula personal para balancear su pasión para ayudar a los demás y encontrar la felicidad.
Luego, con el paso de los años empezó a atender pacientes, tuvo cuatro hijos, se casó, se especializó en trauma psíquico y en 2009 abrió una clínica de salud integral. En ese entonces incluyó una cartilla para abordar los problemas de salud desde un lugar no tan tradicional: se hacían consultas médicas, se dictaban clases de yoga, había consultorios de psicología y se abordaba la alimentación saludable. “El ser humano tiene que entender que cuando está mal hay muchas tareas por abordar.
Cuando viene un paciente con un cáncer lo atendemos desde lo psicológico, desde lo físico, de lo que necesita nutricionalmente para preparar el cuerpo, si necesita ayuda para que la familia lo acompañe y más. No es solo cuestión de hacer un tratamiento físico y que el paciente se sienta solo”, enfatiza la emprendedora que creó una plataforma de bienestar con atención online en cualquier momento del día.
Empezó con la idea en el 2019 y cuenta que no le pareció tan extraño porque desde el 2010 atendía a pacientes por videollamada. Luego consiguió una inversión inicial de US$ 250.000 y arrancó con su proyecto en 2020. En su equipo cuenta con profesionales que tienen un enfoque holístico e integral en las áreas de psicología, coaching, alimentación, crianza y familia, bioenergética y sexualidad.
Es una convencida de que el 100% de la salud debe ser contemplada como algo integral. “El ser humano es lo que piensa, yo intento trabajar diariamente en esto y sé que es lo más difícil”, reflexiona la emprendedora que, entre sus sueños, anhela que la gente no necesite dinero para atenderse por temas de salud.
Aprender, aplicar y seguir aprendiendo. Este es uno de sus lemas. “Siempre uno está aprendiendo y hacerlo ayuda a mejorar, el único trabajo del ser humano es darse luz a sí mismo, esculpirse, convertirse en mejor persona cada día”, añade. Asimismo, considera que cuando alguien está enfermo es porque hay incongruencia entre lo que piensa y siente y esto es para ella el mal del mundo. Nos acostumbramos a estar vivos y por eso hay que aprender a vivir nuevamente”, remata la emprendedora haciendo referencia a una reflexión de Borges.
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