Las nuevas generaciones imponen nuevas formas de vincularse: el poliamor, las relaciones abiertas, el monogamish, las parejas “living-apart together” y muchas categorías más
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Hoy existen diferentes modos de relacionarse: estos van desde la exclusividad sexual en una relación monogámica única y tradicional, hasta la no exclusividad y la admisión de fantasías o terceros en la pareja.
El descubrimiento de estos tipos de relaciones se debe en gran parte a factores culturales y a la visión de las nuevas generaciones sobre las formas de entender los vínculos. “En la modernidad siempre primó la monogamia por aspectos religiosos, relacionados a la conveniencia, a lo económico o a la crianza de los hijos en conjunto. Sucedió con los años que ocurrieron cambios en la sociedad y se modificó el rol de la mujer y el del varón, eso hizo que se empiecen a cuestionar estructuras como la del matrimonio clásico. Las parejas swingers, abiertas, el poliamor no aparecieron ahora, existen desde antes solo que en ese momento no tenían visibilidad ni aceptación”, aclara la sexóloga y licenciada en Piscología, Sandra López (M.P. 61148).
Es a partir del deseo -que está influenciado por factores sociales, medios de comunicación y objetos de consumo- que uno puede permitirse revisar estos modos de vinculación sexo-afectiva que rondan la realidad.
Existen diferentes formas de vinculación amorosa y erótica entre las personas aunque, no todos los vínculos de pareja son sexuales, ni todos los vínculos sexuales son amorosos. Se destacan dos modelos, abiertas y cerradas y a la vez estos continen otros.
Relaciones cerradas
Son las conocidas “relaciones clásicas”, suelen ser monógamas y cuentan con un “contrato de exclusividad sexual y sentimental”, donde ambas personas integrantes de la relación se prometen mutuamente que no van a amar de una manera erótica ni emocional a otra persona que no sea su pareja.
Un estudio hecho por la Universidad de Utah en los Estados Unidos investigó las relaciones cerradas y descubrió que en vínculos monógamos sanos las personas tenían menos riesgos de sufrir enfermedades coronarias.
Dentro de este modelo de relación cerrada, se pueden encontrar variaciones como: los matrimonios clásicos, las parejas monógamas no casadas o no convivientes -también llamadas hoy en día “living apart together”- y quienes se declaran no estar en pareja pero tienen un pacto de exclusividad sexual y amorosa.
Relaciones abiertas
Contiene muchas modalidades diferentes, pero depende de lo que cada pareja decide y define. En ellas, los integrantes de la relación establecen sus propios acuerdos donde especifican lo que se permite y lo que no.
Quienes emprenden estos vínculos son personas que sienten que sus necesidades sexo-afectivas no pueden cubrirse con los modelos de relación monógamos, sienten que pueden enamorarse de más de una persona y tienden a desear “formas más libres de vivir las relaciones”.
Las relaciones abiertas pueden ser: el poliamor, los swingers, una relación abierta platónica, poligámica y las monogamish. Pero ¿qué significa cada una de estas?
Poliamor
La idea directriz del poliamor es que una sola persona no puede compartir todas las expectativas, por lo cual no es necesario separarse ni engañar, para ello existe la posibilidad de contar con múltiples relaciones significativas. La comunicación y la negociación son elementos centrales en estas relaciones.
Swingers
Son parejas que aceptan que el otro tenga encuentros sexuales con un tercero en espacios destinados para ello. Esto no implica establecer varios vínculos de pareja a la vez, sino mantener una relación central, pero sin pacto de fidelidad sexual.
Relación abierta platónica
En ellas uno o ambos miembros de la pareja, de común acuerdo, deciden que pueden tener coqueteos con terceros tanto de manera virtual como presencial, pero sin permitir que se llegue a consumar el acto sexual.
Poligámica
Es de los tipos de relaciones abiertas más antiguas y consiste en que entre sus integrantes hay un pacto en el que se establece que pueden tener más de dos parejas, todas sexualmente exclusivas. Conocidas más en Oriente por el “harén” -conjunto de todas las mujeres que viven bajo la dependencia y tienen relación con un jefe de familia-, también hay casos en los que es la mujer quien tiene varios maridos o novios que solo tienen relaciones sexuales con ella.
Monogamish
Es cuando la pareja acuerda que uno o ambos integrantes pueden darse un freepass en ciertas ocasiones o momentos específicos de la relación, como por ejemplo en medio de un viaje.
Una investigación titulada “A Prospective Investigation of the Decision to Open Up a Romantic Relationship” recalcó que las relaciones abiertas al ser caracterizadas por la intimidad emocional, apertura y honestidad de sus integrantes -a contradicción colectiva que se piensa que solo se caracterizan por los aspectos sexuales de la relación-, adquieren un nivel de intimidad más alto que las parejas monógamas.
Otro estudio emprendido por la Universidad de Oklahoma detectó que aquellos que integran relaciones abiertas presentan mejoras en su salud, niveles de ánimo altos y felicidad de la misma manera o incluso a niveles más altos que las parejas cerradas.
Por otro lado, también existen otros modelos de relaciones sexo-afectivas como:
- Híbridas: consiste en que uno de los miembros de la pareja se siente cómodo con la monogamia mientras que el otro, quiere tener varias relaciones a la vez. Ambos pueden llegar a un acuerdo y aceptar las necesidades del otro.
- Asexuales: se trata de buenas relaciones emocionales en las que no hay intercambios eróticos. Dependiendo de sus integrantes, cada relación va a poner sus propias reglas y acuerdos.
- Flexisexuales: en ellas está involucrado un tema de género, sus miembros tienen el objetivo de explorar en el amplio sentido de la palabra. Lo que se busca no es una pareja para formar un vínculo a largo plazo.
Para López abrir una pareja no está bien ni mal pero si es clave que sea un deseo compartido, pero de ese deseo al hecho hay varias cuestiones a tener en cuenta. “No es que vos te levantás de un día para el otro y decís ‘voy a abrir la pareja’. Tenés que consensuar, trabajar y dialogar mucho y acercarte muy paso a paso a la situación porque muchas veces, a mi criterio, hay cuestiones relacionadas a la fantasía, a la cuestión de los celos o las desconfianzas”, relata y finaliza con una conclusión que sintetiza la forma de vivir los vínculos en estos tiempos. “Creo que cada vez va a haber más aceptación del hecho de que las parejas decidan de qué manera quieren construir las reglas de su vínculo y cuántas personas se involucrarán en ellas”.
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