El doctor Nicolás Bazán desarrolló una droga que permitiría protegerlas en caso de trauma cerebral
Chirrido de gomas sobre el asfalto. Bocinazo. Impacto. Ruido de metal destrozado. Después, silencio. Y horror.
En las calles de la Argentina, esta secuencia se repite decenas de veces por día. La visión de una persona malherida, inmóvil, podría sugerir que su organismo se ha apagado momentáneamente. Sin embargo, su cerebro bulle con una actividad caótica, inundado por una cascada de mensajeros químicos, los neurotransmisores , que circulan frenéticamente entre las neuronas en un intento de volver a tomar el mando.
El trauma cerebral -que sobreviene, por ejemplo, en un choque de autos, pero también en un derrame cerebral y en ciertas enfermedades crónicas- altera el delicado equilibrio en el flujo de sustancias químicas que transportan las señales entre las neuronas y puede desencadenar su muerte. Ahora, un destacado investigador argentino que trabaja desde hace 19 años en la Universidad del Estado de Louisiana, Estados Unidos, logró desarrollar una droga que podría evitar parte de ese daño.
"Hemos identificado los caminos que siguen las señales químicas dentro de las neuronas y que las llevan a la muerte -afirmó el doctor Nicolás Bazán, durante una reciente visita a Buenos Aires para participar del proceso de evaluación de los institutos del Conicet-. Y esos mecanismos los hemos estudiado en modelos de trastornos como la isquemia (suministro inadecuado de oxígeno), las convulsiones y algunas enfermedades neurodegenerativas. Lo comprobamos en células de cultivo y en animales de experimentación. Así pudimos desarrollar una nueva droga que bloquea las señales químicas patológicas, por lo que tiene propiedades neuroprotectoras."
Según el especialista, la droga ya entró en proceso de desarrollo, y está en trámite una patente . Bazán sueña con poder utilizarla en situaciones críticas, como la del accidente automovilístico. En los Estados Unidos, la causa número uno de muerte en personas menores de 42 años es el daño cerebral en accidentes de tránsito. Pero por cada uno que fallece hay muchos más que quedan parapléjicos y con otras incapacidades.
"Nuestra idea es que cuando los enfermeros lleguen al lugar del accidente puedan inyectar este compuesto. Sería una primera línea de protección para evitar el daño cerebral irreversible."
Caminos convergentes
Según el doctor Bazán, aunque la droga está pensada para episodios agudos (trauma cerebral), el mismo mecanismo bioquímico se repite en algunas condiciones crónicas, como la epilepsia y el mal de Alzheimer. "Tenemos que verificar si esos caminos de muerte son comunes a ambos sucesos, aunque aparentemente son análogos, por lo menos en estas patologías. Lo único que cambia es que, en algunos casos, se está frente a una muerte neuronal rápida y en otros es más lenta, pero habría componentes químicos comunes."
Lo que se sabe es que, entre una célula y otra hay mediadores químicos como el glutamato , que actúa sobre los receptores desencadenando señales dentro de la célula. Eso es lo fisiológico. En condiciones normales, el glutamato excita las células normales estimulándolas para que transmitan mensajes a las neuronas vecinas a través del puente que forman las sinapsis. Cuando el glutamato es liberado en grandes cantidades a consecuencia de un trauma o de un desorden neurológico, puede excitar las neuronas tan exageradamente que las lleva a la muerte.
Actuar a tiempo
Sin embargo, el glutamato es sólo una de las diversas sustancias químicas que intervienen en las situaciones de trauma. Otra es la conocida como COX2. "En el cerebro hay mucha COX2 -afirma Bazán-. La que existe fisiológicamente se llama constitutiva , pero cuando existen condiciones patológicas se activa la producción de una Cox2 adicional, que se llama inducible o patológica. Si este neuroquímico se acumula, precede la muerte de neuronas. Esto fue publicado en Science en 1998. Lo que nosotros hemos hecho es desarrollar una droga que inhibe la transcripción del gen de la COX2. Es decir, no es un inhibidor de la sustancia, sino un inhibidor del gen que la codifica, que tiene las instrucciones para su producción. A este tipo de sustancias las llamamos moduladores de la expresión de genes patológicos.
"En el caso del trauma hay una ventana terapéutica muy chica. Pero lo que ocurre en el cerebro es que también hay una muerte retardada. En el derrame cerebral se sabe que a lo mejor el paciente a los dos o tres días está peor que en el primer momento. Hay una maduración del daño y allí es donde se puede actuar."
El tema se encuentra en el centro de atención de numerosos laboratorios y grupos de investigación. Se espera que las pruebas clínicas comiencen a la brevedad.
Del tubo de ensayo al paciente
El doctor Nicolás Bazán nació en Los Sarmientos, Tucumán. Se formó como médico en la Universidad de Tucumán -que acaba de otorgarle un doctorado honoris causa- y, de allí en más, desarrolló una carrera brillante.
Después de completar un posdoctorado en oftalmología en la Universidad de Columbia y en la Escuela de Medicina de Harvard. Después de trabajar como docente de bioquímica en la Universidad de Toronto, a los 26 años,volvió a la Argentina en 1970 para convertirse en director del Instituto de Investigación Bioquímica de la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca. Allí ganó prestigio internacional por sus contribuciones en enfermedades degenerativas de la retina pero, en 1981, debió abandonar el país con su mujer, también profesora de oftalmología, y sus cinco hijos.
Radicado en Nueva Orleáns desde hace 19 años, Bazán multiplicó sus lauros: es autor de 16 libros y 400 trabajos originales. Además fundó y actualmente dirige el Louisiana State University Neurosciences Center of Excelence, un centro de investigación multidisciplinario en el que trabajan codo a codo investigadores básicos (de laboratorio) y clínicos (que tratan pacientes). Fue repetidamente nominado al Premio Nobel.
lanacionarMás leídas de Salud
La experiencia del aquí y el ahora. Mindfulness para escribir, una práctica que promueve el bienestar
Prácticas chamánicas. El entrenamiento que a través de prácticas ancestrales puede cambiar la vida de una persona
Escapada. A orillas del río Uruguay, dos propuestas imperdibles para sumergirse en la naturaleza