En el Chaco se abren nuevas propuestas turísticas en torno del Parque Nacional El Impenetrable, con glampings, avistaje de animales y la posibilidad de ir en lancha por las aguas color dulce de leche del río Bermejo
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PARAJE LA ARMONÍA, CHACO.- Es un lugar cinematográfico, un espacio vivo y salvaje que lucha constantemente por subsistir. Una porción de suelo que confunde con el continente africano, en donde los ríos de color dulce de leche se funden con la naturaleza, en este caso con el monte nativo chaqueño. Para visitar la región del Impenetrable, hay que estar dispuesto a explorar. Esta zona muchas veces olvidada poco a poco empieza a despertar al turismo con nuevas propuestas. Además de las aperturas de nuevos portales de ingreso al Parque Nacional Impenetrable, se suman actividades de aventura, como una imperdible travesía para navegar 75 kilómetros por el río Bermejo.
A medianoche las carpas africanas son un pequeño punto en el inmenso bosque chaqueño. El glamping Los Palmares se encuentra en las fauces de El Impenetrable, en la esquina más norteña del parque. Está rodeado de algarrobos, quebrachos, vinales, palos santos, timbo blancos y colorados. Llegar requiere de un viaje de al menos cuatro horas para recorrer los 187 km desde el paraje La Armonía, el acceso principal al parque nacional. Dentro de la carpa se oyen diversos insectos que intentan ingresar, sin embargo, el mosquitero frustra el ataque.
Con los primeros rayos de sol, las charratas, a viva voz, despiertan a la pequeña comunidad de Palmares. A corta distancia se logra ver el Bermejo, en el que pronto se navegará: espera una expedición de dos días con una noche de acampe a orillas del río en donde se disfruta del ambiente, la desconexión, y la fantástica flora y fauna que propone el Chaco.
El norte argentino sufre, hace años, el desmonte y la pérdida considerable de flora y fauna nativa. En 2014, se declaró que 128 mil hectáreas de bosque chaqueño se conviertan en parque nacional, el territorio de la antigua estancia La Fidelidad. Con el área protegida se logró frenar la pérdida de biodiversidad. Desde entonces, la fundación Rewilding Argentina trabaja en proyectos sustentables que buscan incluir a la población local en el cuidado de su tierra y en abrirles nuevas oportunidades con el turismo. También está abocada a la reintroducción de especies extintas en la zona, como el yaguareté y las tortugas yabotí y concientizar a los visitantes a través del ecoturismo.
Paisaje de alisos y arenales
Bajo un cielo azul casi despejado una lancha aguarda al pie del Bermejo. Darío, baquiano del Impenetrable, ayuda con la carga del equipaje y el ascenso de los pasajeros. El color del río es hipnotizante. Su suave y silencioso movimiento da paz. En la margen contraria, la provincia de Formosa dice presente con sus alisos y arenales, un paisaje muy similar al chaqueño. Si no existiera un mapa que explica los límites provinciales sería imperceptible la frontera política.
En el inicio de la navegación Darío pide sacar las manos del agua, ya que posiblemente haya pirañas. El Bermejo es uno de los ríos más importantes de la Cuenca del Plata, un hito geográfico de la región del Gran Chaco. Se inicia en las sierras de Santa Victoria y desemboca en el río Paraguay. Su tramo superior está en Bolivia, pero gran parte de su recorrido se da en territorio argentino.
El Bermejo es un río vivo, que cambia continuamente y esto se destaca en los márgenes. Por momentos las raíces de los árboles quedan al descubierto por el avance del agua sobre la tierra. Algunas víctimas caen formando a corta distancia pequeños diques de troncos. Alisos y arenales cambian constantemente dependiendo de la estación del año.
Algo llama la atención del capitán. Su capacidad de avistaje es sorprendente. En pleno movimiento y a larga distancia detecta yacarés entre ramas caídas y el reflejo del sol sobre los animales. Su don es indiscutido. El simple giro da pista de un nuevo blanco, esta vez un jote de cabeza roja (un ave grande, como un buitre) en el cielo. Mientras tanto los bancos de arena amenazan con frenar el paso, pero él los esquiva con sutileza y facilidad.
El Bermejo crea bancos de arena sobre sus márgenes. Aquí se desarrolla una sucesión vegetal que da lugar a la formación de arbustales y bosques ribereños, como el caso de los llamados sunchales. A medida que maduran dan lugar al palo bobo o aliso de río formando los bobadales; más adelante se ven sauces. En una etapa posterior aparecen renovales de otras especies arbóreas como el palo flojo o timbó blanco, enredaderas y lianas. La diversidad es sorprendente: el ecosistema cambia con rapidez.
Huellas en la arena
Luego de navegar bajo el sol durante tres horas y avanzar unos 35 km río abajo, Darío estaciona la lancha en una playa formoseña. Al descender, sorprenden huellas frescas en la arena. Abundan rastros de yaguaretés, pecaríes, pumas, osos hormiguero y tapires, entre otros animales de la región. Mientras se alzan las carpas contemplamos el sol, que está a punto de perderse en las copas del bosque chaqueño.
Siempre el monte depara una sorpresa: en el margen contrario del río, un grupo numeroso de pecaríes sale de los alisos para darse un último baño de lodo. Entre gemidos y piruetas vemos el atardecer.
Con las estrellas y el fuego en marcha abrimos un vino y una nueva charla. A pocos metros una linterna señala el suelo, un escorpión dice presente dejando en alerta al grupo y obligando a ponerse los zapatos. La naturaleza en su máxima expresión. A continuación, y en ronda degustamos el guiso de lentejas que preparó el chef. La noche en el Impenetrable es profunda, nuevos ruidos emergen del bosque bajo un cielo amplio y misterioso. Los haces de la luna crean un espectáculo en las pequeñas lagunas que se forman en los arenales. Las carpas, listas para acostarse, cuentan con grandes ventanas con mosquiteros, que dan la sensación de dormir prácticamente al aire libre.
Las charratas repiten el buen día. La expedición náutica continúa hacia el camping La Fidelidad, que está adentro del parque nacional. Quedan por delante 37 kilómetros. La sorpresa no tarda en llegar. Otra vez Darío y su ojo logran divisar un tapir solitario que camina hacia el agua. En silencio y a distancia disfrutamos la escena. Más adelante una manada grande de pecaríes labiados descansa en una playa. El avistaje de animales es cada vez más enriquecedor. El paisaje no deja de sorprender, la flora silvestre también muestra su belleza en cada margen del río. La ansiedad por ver a un yaguareté, puma u oso hormiguero sigue intacta: son figuritas difíciles.
Luego de tres horas de navegación, se llega al camping La Fidelidad, adentro del parque. Aquí comienza otra aventura. Junto a Pablo, guía del parque nacional, se recorren los 3 km del sendero interpretativo conocido como el Circuito de la Selva. Con la habilidad y conocimiento de haber mamado la tierra chaqueña, Pablo da una clase magistral de flora y fauna. El monte, sabio, esconde siempre sus secretos.
Datos útiles
Cómo llegar
Es recomendable alquilar una camioneta en el aeropuerto de Resistencia o Corrientes. Hasta el paraje La Armonía, en el ingreso del PN El Impenetrable hay que recorrer 368 km. Desde allí son 187km (entre 4 y 5 horas) hasta el glamping Los Palmares. Cargar combustible en Castelli o Miraflores.
Excursión
La fundación Rewilding Argentina organiza salidas de 4/5 días, que incluyen cabalgatas, caminatas por senderos interpretativos y la navegación por el Bermejo.
Mejor época
La temporada de lluvias es de noviembre a abril. Evitar el verano por las altas temperaturas. Ideal el invierno por las escasas lluvias y el clima agradable.
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