Tener un ropero bien organizado no sólo es una cuestión de prolijidad, trae óptimos beneficios: cuáles son y cómo lograrlo
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Poder ver todo lo que tenemos nos permite variar mucho más lo que nos ponemos. Sino solemos recurrir a lo primero que encontramos o a la remera que siempre queda arriba de la pila. Las cosas en su lugar nos ahorran tiempo cada día, no perdemos preciados minutos buscando un zapato para completar el par, o el saco que combina con la camisa que nos pusimos. No tener el ropero a punto de estallar nos permite mantener nuestras cosas en mejor estado, evitando que las prendas se arruguen o se arruinen. E indiscutiblemente ver nuestras cosas ordenadas nos genera paz mental y tranquilidad. Cuando los objetos tienen su lugar de guardado tardamos menos ordenando ya que sabemos exactamente dónde va cada cosa. También facilita la dinámica familiar ya que todos encuentran lo que buscan y luego saben dónde guardarlo para que todos puedan encontrarlo.
Propongo empezar a organizar por un área pequeña. Puede ser un cajón o un estante. No recomiendo vaciar todo el ropero a la vez ya que puede ser agotador y frustrante. Ir conquistando pequeños proyectos nos va a motivar a querer ir por más. El proceso es el mismo que se utiliza en todos los ambientes del hogar. Supongamos que estamos organizando un cajón, los pasos a seguir son los siguientes.
- Vaciar el cajón. Aprovechar que está despejado y limpiarlo a fondo.
- Separar por un lado lo que vamos a descartar y por el otro lo que nos vamos a quedar. El descarte se puede clasificar en lo que podemos regalar, donar, vender o reciclar.
- Una vez que este espacio quedó depurado vamos a pensar si necesitamos contenedores o no, y de qué forma nos conviene acomodar las cosas para aprovechar mejor el espacio que tenemos.
Este mismo proceso lo vamos a repetir estante por estante, y cajón por cajón hasta lograr los resultados deseados. Hacer esto con ayuda de un familiar o amigo lo hace mucho mas llevadero, y sumarle música también. Recomiendo empezar cuando estamos descansados, puede ser el fin de semana por ejemplo. No después de un largo día laboral donde tanto nuestra mente como nuestro cuerpo tienen poca energía. La idea es disfrutarlo y saber que estamos trabajando para mejorar nuestro día a día. No tenemos que vivirlo como algo tedioso sino como un acercamiento al bienestar que buscamos.
Te voy a dejar algunos conceptos, tips y consejos para que consigas los mejores resultados:
- Cerrar las prendas ya sea los botones o los cierres hacen que éstas queden más firmes y se vean más prolijas, además de que así no se caen de las perchas y mantienen su estructura.
- Todas las perchas iguales generan un gran efecto visual. Que no estén amontonadas es clave para ver la ropa prolija. Se colocan siempre mirando para el mismo lado y hoy se consiguen todo tipo de perchas. Finitas para espacios reducidos, de plástico para barrales que aguantan menos peso y también opciones y colores para cada necesidad y presupuesto.
- Es mejor tener menos ropa si el espacio no permite tener una por percha. Poner dos por percha hace que jamás veamos lo que está abajo y así no se use.
- La ropa de por sí junta mucho polvo y pelusa así que regularmente recomiendo pasarles un rodillo saca pelusa y limpiar bien los estantes, sobre todo en roperos sin puertas.
- Si tenés zonas muy oscuras en el ropero o en sombra podés comprar esas luces de led que se pegan al mueble, son económicas y ayudan mucho.
- A la hora de definir cómo acomodar la ropa primero la separamos por categorías (camisas, vestidos, pantalones etc.). Luego si el espacio lo permite creamos subcategorías (remeras manga larga, sin mangas o manga corta). Organizar las prendas por color suma muchísimo, no solo queda más prolijo visualmente, sino que nos ayuda a encontrar más rápido lo que estamos buscando.
- A la hora de saber dónde poner cada cosa te recomiendo pararte frente al ropero y poner a la altura de tus manos lo que más usas, y de ahí para arriba y para abajo a medida que te alejás del nivel de tus manos lo que menos usás. Esto te garantiza tener accesible lo que necesitás con mayor frecuencia y que no te tengas que estar estirando o agachando todo el tiempo.
- Las opciones de cómo organizar la ropa son infinitas. Es cuestión de elegir la que más te guste y la que mejor se adapte a las prendas que tenés.
- Si tu mueble de guardado no se amolda a tus necesidades podés rápidamente hacer algunos cambios. ¿Te están faltando cajones, pero tenés muchos estantes? Lo que podrías hacer es poner cajas o contenedores sobre los estantes y así transformarlos en una suerte de cajón. Las prendas van a quedar contenidas. Sacás y ponés los contenedores como abrirías un cajón. Si tenés mucho barral y poca ropa de colgado podrías reemplazarlo por estantes. No tengas miedo a readaptar tus muebles para que sean más funcionales.
- Es importante que tengas presente que el orden no tiene que ser obsesivo, tiene que ser funcional y aportarte bienestar.
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