Es un fenómeno muscular que hace que las fibras oculares tiemblen y la persona sienta un latido en el párpado; causas y prevención
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Sentir un temblor en el párpado es una sensación que muchos experimentan a diario y que a algunos les despierta el temor de tener un problema de salud. Este latido se caracteriza por aparecer de repente, en cualquier momento generando una gran molestia e incomodidad.
“El cuerpo funciona a veces como un auto, cuando el motor se calienta, se prende una luz roja que indica que hay que parar: con el cuerpo pasa lo mismo. Que te pase esto habla de que hay que bajar las revoluciones”, cuenta el Dr. Rogelio Ribes Escudero (M.N. 116304), jefe de trasplante de córnea del hospital Alemán.
Asimismo, explica el profesional que cuando “late o tiembla” el párpado ocurre lo que en medicina se denomina mioquimias palpebrales -pequeños espasmos o contracciones espontáneas de la musculatura palpebral que ocurren de manera involuntaria-; un trastorno que se produce cuando el músculo que rodea el párpado en lugar de contraerse y cerrarse hace que las fibras oculares tiemblen.
Otro de los grandes temores de quienes lo sufren es que se note el latido a simple vista. Los profesionales aclaran que esos movimientos son casi imperceptibles y que incluso hay ocasiones en las que no hay movimiento ocular aunque la sensación de temblor existe y hace pensar que es visible. “Lo que ocurre es una especie de fasciculación o palpitación de varias partes del párpado que duran períodos breves de tiempo y suele suceder mayormente en el inferior. No se llega a mover el ojo en sí sino que solo hay sensación de que se contrae como si uno tuviera una lombriz debajo de la piel”, explica Alejandro Guillermo Andersson médico neurólogo (M.N. 65836) y director del Instituto de Neurología Buenos Aires.
Asimismo, destaca el Dr. Andersson que hay que diferenciar las mioquimias de un blefaroespasmo -espasmo de todo el músculo completo que rodea al ojo- que hace que se cierre totalmente y que en casos puede generar ceguera funcional.
Por otro lado y respecto a las mioquimias, el Dr. Ribes Escudero explica que el temblor no es exclusivo del ojo sino que a veces también puede ocurrir en otras partes del cuerpo como puede ser en el hombro o la pierna
Las causas más comunes
El cansancio y el estrés son las causas más comunes según explican los especialistas. Precisamente por esto, se aconseja bajar un cambio: la prevención está más relacionada con una mejora en la calidad de vida. “Esto también ocurre por cuadros de ansiedad o por el consumo de sustancias estimulantes como la cafeína, el té, el mate o similares que producen las mioquimias”, destaca el Dr. Andersson.
¿Qué se hace una vez detectado el temblor en el ojo? El profesional recomienda siempre consultar con un un oftalmólogo para hacer exámenes y descartar cualquier otro tipo de diagnóstico. “Es una consulta muy frecuente porque los pacientes vienen muy nerviosos y piensan que tienen algo en el ojo. Les explico que se queden tranquilos y que generalmente es producto de la ansiedad o el estrés. No tienen que darle mucha importancia porque sino se ponen nerviosos y alimentan esta mioquimia”, sostiene el doctor.
Tampoco está relacionado con la presión ocular ni con el riesgo de accidente cerebrovascular. Incluso puede durar segundos o repetirse durante días o semanas, pero en algún momento termina desapareciendo.
Tratamientos
Según la American Academy of Ophthalmology existen algunas opciones para tratar esta condición en caso de ser demasiado molesto y persistir. El tratamiento más eficaz que señalan es con inyecciones de toxina botulínica en los músculos del ojo, que actúan como un relajante muscular. Entre un día y dos semanas después de la inyección los temblores empiezan a desaparecer y el alivio dura por lo menos 3 meses.
Si las inyecciones no son recomendadas, el médico oftalmólogo puede indicar una combinación adecuada de medicamentos para ayudar a disminuir el latido del ojo.