La masoterapia es una técnica terapéutica que se enfoca en la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo para promover la relajación y aliviar el dolor; cuáles son sus beneficios
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La masoterapia es una técnica terapéutica que se enfoca en la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo, como músculos, tendones y ligamentos con el objetivo de promover la relajación, aliviar el dolor y mejorar la circulación sanguínea. Con el uso de distintas técnicas de masaje, combina movimientos manuales y maniobras realizadas de forma metódica y armoniosa, con fines preventivos o terapéuticos.
“Los masajes se empezaron a utilizar para aliviar dolores musculares, articulares, para el estrés y para el cansancio. Las utilizaron los griegos y también los romanos, por ejemplo, para calmar dolencias de los guerreros y los deportistas. Fueron los romanos, quienes impulsaron el masaje deportivo”, señala Ignacio Salvador Novoa, máster en masoterapia y masajista deportivo desde hace más de 20 años.
También explica que en China surgieron dos vertientes diferenciadas: tui- na (empujar- contener) y la del an- mo (presionar- rozar), que es una clase de masaje más suave, más sutil. En cuanto a la masoterapia en general el precursor fue Georg Mezger, también conocido como el padre del masaje sueco, que describió y clasificó las técnicas. En la Argentina, la doctora Cecilia Grierson fundó la primera escuela de masajes y escribió un libro fundamentado en técnicas y ejercicios en 1886: Escuela de enfermeros, enfermeras, y masajistas.
“Es una terapia manual y de estiramiento, que utiliza las manos y los antebrazos. Se hacen maniobras de fricción, de presión y estiramiento con la yema de dedos, palma, nudillos, antebrazos y codos. De esta manera, se logra aliviar la tensión muscular y articular causadas por el estrés o cansancio, entre otros factores”, sigue Novoa, también especializado en masaje tailandés, shiatsu, lomi- lomi (hawaiano), sueco, reductores, con elementos naturales (cañas de bambú, piedras calientes y frías, pindas aromáticas) y drenaje linfático.
Justamente, la masoterapia puede combinar diferentes técnicas como el masaje sueco, enfocado en la relajación y el bienestar general; el masaje deportivo, destinado para la preparación y recuperación de los atletas; el masaje terapéutico, para el alivio del dolor y rehabilitación y el shiatsu, que consiste en la aplicación de presión en distintos puntos del cuerpo.
En cualquier caso, mediante la manipulación manual, la masoterapia se aplica a los tejidos blandos para ampliar su función y promover la circulación, la relajación y el bienestar. Sirve, además, para aliviar o hacer desaparecer las contracturas y la tensión muscular, optimiza la función de los procesos metabólicos. También se indica para la recuperación y rehabilitación física de lesiones.
“El primer beneficio que brinda la masoterapia es la disminución del dolor y la tensión, por la liberación de adherencias y eliminación de toxinas que provoca una gran relajación a nivel muscular. Con la estimulación de los nervios periféricos de la piel, libera endorfinas y reduce drásticamente el estrés, y a nivel circulatorio, reduce la presión sanguínea por la vasodilatación que generan las maniobras, favorece el retorno venoso, activa la circulación sanguínea y mejora la oxigenación de los tejidos. A nivel linfático disminuye edema e hinchazón”, asegura Viviana Graciela Campastri, masajista profesional, con maestría de reiki usui y kundalini, terapias basadas en el traspaso de energía por imposición de manos.
Hay que destacar que se trata de una técnica viva en constante cambio y adaptación. Sus beneficios han evolucionando desde las artes más simples para proporcionar relajación y favorecer el sueño, hasta el desarrollo específico de técnicas más complejas para aliviar o eliminar dolencias concretas del cuerpo o el organismo. Según la indicación y los objetivos de tratamiento, se pueden lograr efectos directos o indirectos sobre el organismo.
“Generalmente, el paciente que viene a una consulta no lo hace solamente para relajarse, sino que llega con alguna contractura, pesadez, rigidez muscular o cansancio físico. Lo que llamamos contracturas es acumulación de ácido láctico, entonces, cuando el terapeuta trabaja y disuelve ese ácido láctico, que habitualmente llamamos “nudos”, el cuerpo tiene que absorber y eliminarlo de distintas maneras. Pero yo siempre les digo: ‘Hoy me querés, después me odiás’, porque el cuerpo tarda 24 horas en eliminar esas toxinas drenadas”, bromea Novoa.
“Las sensaciones que el masaje puede provocar después de la sesión están sujetas a la técnica utilizada. No es lo mismo un masaje de tejido profundo, que un masaje relajante que es más superficial. Al realizar el masaje se tiene en cuenta el tono muscular y el umbral de dolor del cliente, para que lleve alivio y no deje molestia, más que la que corresponda a la contractura que había”, concluye Campastri, especializada en diferentes técnicas como la reflexología podal japonesa, drenaje manual corporal/facial, posquirúrgico y taping estético, utilizado para tratar lesiones con tiras adhesivas que se adaptan al músculo y proporcionan estabilidad sin restringir la movilidad.