La paraplejía por debajo de la cintura no fue un impedimento para que Enrique Plantey cumpliera sus deseos: es un destacado atleta olímpico de esquí alpino adaptado
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Oriundo de la ciudad de Neuquén, Enrique Plantey es un destacado deportista especializado en esquí alpino adaptado, con una extensa trayectoria que lo respalda en competencias internacionales, incluidos los Juegos Paralímpicos de Sochi 2014 (Rusia), los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang 2018 (Corea) y Beijing 2022 (China), donde obtuvo el cuarto lugar en la disciplina madre del esquí adaptado: el Giant Slalom.
Mientras se recupera de la operación de un hombro, producto de una lesión que se produjo esquiando en Austria esta última temporada, su próximo gran desafío son los Juegos Paralímpicos Milán-Cortina d’Ampezzo 2026 (Italia), para los cuales, junto a su entrenador Matías Oreilly, se han enfocado en el entrenamiento de las disciplinas de mayor velocidad en el esquí alpino (Descenso y Super Giant), con el objetivo de obtener una medalla antes de retirarse de las competencias oficiales.
“El esquí fue un aliado muy importante en mi vida. La verdad que es el medio en el que más cómodo me siento, me dio muchos amigos, innumerables alegrías, me ayudó a crecer como persona, a viajar por todo el mundo, a veces solo, otras con mi entrenador. Me paso gran parte del año entrenando y en la nieve”, cuenta Enrique, de 40 años, que además trabaja en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad.
Comenzó a practicar a los 14 años, y con más de 20 arriba del monoesquí, viajando y entrenando por medio mundo, hoy se encuentra en la recta final de su carrera deportiva, con los Juegos Paralímpicos como su último gran desafío. “Cada día me levanto pensando en qué hacer para sacar una mejor versión de mí como deportista”, asegura.
Honrar la vida a toda velocidad
Enrique Plantey tenía apenas 12 años cuando sobrevivió a un accidente de tránsito que les quitó la vida a su papá y a un hermano, aunque le diagnosticaron paraplejía por debajo de la cintura. Se habían detenido al costado de la ruta 22, en Neuquén, para encontrarse con unos amigos. A un vehículo que circulaba en sentido contrario se le levantó el capó y los atropelló. Más tarde viajó con su madre a Cuba cuatro meses para trabajar en su rehabilitación.
“El tema de la discapacidad ha evolucionado mucho, realmente hoy existe otra mirada, pero hace treinta años era muy distinto cómo se relacionaba la gente con una persona en una silla de ruedas. Ahora con internet tenemos la posibilidad de estar mucho más comunicados, de acceder a más información. Fue un cambio muy grande para nosotros como personas en silla de ruedas. Hoy tenemos más posibilidades de salir a la calle, practicar deportes nuevos; hay gente ocupando cargos públicos, que tiene trabajos y que son emprendedores”, apunta Enrique.
Consultado sobre los obstáculos que debió sortear para salir adelante, Plantey asegura que fueron los mismos que cualquier persona, que desde chico se fue planteando objetivos como cualquier adolescente, desde terminar el secundario hasta irse de viaje con amigos o hacer deportes, y hasta hoy continúa su vida de esa manera.
Luego del accidente, su profesor de educación física en la escuela secundaria lo motivó a continuar practicando deportes, como básquet, voley y handball adaptado. “Al principio me costaba encontrar deportes que realmente me entusiasmaran como el fútbol o el rugby, que hacía antes de tener esta discapacidad. Me costó buscar un deporte que me apasionara. Me encontré de cara al esquí muy de casualidad, en un momento de mi vida donde entrenaba kinesiología muy fuerte y estaba muy bien físicamente para poder empezar ese deporte y sacar lo mejor. La verdad es que fueron muchos años de aprendizaje”, sigue Enrique.
Su primer contacto con el esquí fue a los 14 años, cuando estaba de vacaciones con amigos en San Martín de los Andes, y fue invitado a probar el monoesquí. Luego, en 2010 viajó para participar en un work & travel en Aspen, Estados Unidos, donde tuvo la oportunidad de competir contra Taylor Walker, el entonces número uno en el deporte. Tras regresar a la Argentina, se contactó con un instructor que estaba creando un equipo de esquí adaptado en Mendoza. Comenzó a entrenarse en Las Leñas y se especializó en las disciplinas Slalom gigante y Slalom hasta alcanzar el puesto 19 del mundo en los Juegos Paralímpicos Sochi 2014. Tres años más tarde, Plantey quedó en el 13º puesto en el Mundial de Esquí Alpino Adaptado celebrado en Kranjska Gora, Eslovenia, que le permitió conseguir los puntos suficientes para clasificar a los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang 2018 (Corea).
Por más que se había preparado muy fuerte, en Corea no obtuvo los resultados que había ido a buscar (estar entre los mejores ocho del mundo), pero no se desanimó. Cambió de entrenador y junto a Matías Oreilly comenzó un nuevo ciclo en su carrera deportiva.
Pandemia de por medio, llegaron muy confiados a los Juegos Beijing 2022 (China), luego de obtener muy buenos resultados en la temporada de nieve europea, donde finalmente consiguió dos diplomas paralímpicos que se otorgan a los 8 mejores del mundo. Incluso salió cuarto en Slalom Gigante, a un paso nomás de llevarse una medalla.
“Si bien cada caso es cada caso y la realidad es que cada uno lo vive como puede y con el temperamento y la actitud que le sale, la verdad es que con o sin discapacidad cada uno afrenta la vida como puede, y como quiere. El punto es que la discapacidad no es tan grave como nos hicieron creer en su momento. Hoy me levanto y me subo a una silla de ruedas como vos te pones un par de zapatillas”, explica Plantey.
Y suma: “A las personas que creen que la discapacidad los limita, o los hace ser alguien dependiente, les digo que salgan a la vida, que disfruten de las cosas que tienen. Claro que es fundamental que el entorno apoye y acompañe, que no limite. Creo que hay que darle un poco de liviandad a la silla de ruedas, que no es un estigma, sino una ayuda como puede ser un par de anteojos, porque colabora para llegar al lugar donde queremos ir. Sin dudas, podés ser la persona más feliz del mundo, más allá de tu discapacidad. Cada uno tiene la posibilidad de ser lo que quiera ser, independientemente de las limitaciones físicas que uno tenga”, plantea.
El último desafío
Junto al grupo de profesores que le enseñaron el camino, Plantey es uno de los pioneros entre los deportistas que practican esquí adaptado en la Argentina, que debieron afrontar un inmenso desafío para desarrollar el deporte en nuestro país, porque además es muy caro, al menos hasta alcanzar el nivel que les permitió despertar el interés de los sponsors. Por lo pronto, ya en la recta final de su carrera, se prepara para el último gran desafío antes de retirarse de las competencias oficiales.
“Tengo planeado que los próximos juegos de Cortina 2026 sean mis últimos paralímpicos, así que es realmente una hermosa etapa de mi vida que seguramente va a evolucionar. Luego seguiré en contacto con el deporte desde otro lugar, como nos toca a la gente que nos vamos retirando. Si Dios quiere mi idea es vivir cerca de la montaña, formando gente que quiera hacer cosas en relación al esquí alpino adaptado, que es la disciplina que yo corro, dándoles lo que el deporte me dio a mí, mostrando un poco cómo es el camino y formar un buen equipo para seguir compitiendo. Esperamos que esto siga evolucionando”, concluye Enrique Plantey.
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