A pocos días del fallecimiento de Silvina Luna, los seguidores la recuerdan por su capacidad de fuerza interna: cuáles son algunos de los aprendizajes que le dejó su diagnóstico y que la motivaron a “mirar la vida de otra manera”
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Multifacética, Silvina Luna fue una mujer que saltó a la fama en 2001 luego de cautivar al público argentino con su participación en Gran Hermano. Años después, se consagraría en el corazón de los argentinos como una de las actrices, modelos e influencers más reconocidas del país. Sin embargo, el diagnostico de hipercalcemia e insuficiencia renal como consecuencia de una mala praxis médica terminó con su vida luego de permanecer más de dos meses y medio internada.
Fueron Eugenia y Analía, dos amigas íntimas de la actriz quienes la recordaron y brindaron detalles sobre su poder de resiliencia “Sentimos que en algún punto nos iba preparando a todos de a poco. Sabemos muy bien de las ganas de Sil de vivir, de salir adelante, pero a la vez era muy doloroso verla sufrir, porque no podíamos hacer nada (...) ella nos decía que estaba bien para no preocuparnos y se refugiaba en su trabajo interno, en su camino, pero fue soltando de a poco”, relataron en la charla que mantuvieron con Georgina Barbarrosa. “Se empezó a rendir sabiendo que lo dio todo. Ya en los últimos días dijo que no soportaba más estar en ese cuerpo enfermo: ‘Quiero trascender’, fueron sus palabras”, agregaron.
Fue la propia Luna quien reconoció que luego de su diagnóstico comenzó a desarrollar una mirada distinta sobre el sentido de la vida. De hecho, en 2021 decidió instalarse en la paradisíaca ciudad de Bocas del Toro, Panamá para atravesar un proceso de introspección y creatividad que le permitirían certificarse como coach ontológica y escribir Simple y consciente, una obra en la que plasmó todos sus aprendizajes de vida y cuyo objetivo era transmitirlos a la mayor cantidad de personas que pudiera.
En dicho texto, la artista revelaba el proceso de transformación que realizó en su vida. En las primeras páginas, se describía como “una heroína de carne y hueso que atravesó experiencias fuertes que algunas veces la derribaron, pero que siempre logró levantarse”. También reconocía que el camino no fue fácil. “En Simple y Consciente abro mi corazón, me muestro, y siempre tuve problemas con la autoestima. Quienes me conocen saben hasta qué punto pagué por ese punto débil. Tomé una mala decisión cuando me sometí a una cirugía que no necesitaba, porque quería verme mejor, más sexy, más acorde al estereotipo de belleza que se imponía en los medios. Esa elección, de la que me hago cargo, arruinó mi salud”, relataba en las páginas de su publicación.
Por otra parte, hacía referencia a su trabajo interno y a una búsqueda espiritual muy intensa en la que aprendió a gustarse de nuevo y a enamorarme de mí misma, a celebrar su belleza sin reparos. Reconocía que se sentía libre y que en esta nueva etapa hacía lo que tenía ganas, se cuidaba, escuchaba su cuerpo y su alma e incorporaba muchas rutinas saludables para conectar con el bienestar. “Trato de no dejarme arrastrar por las críticas, los prejuicios, las exigencias del afuera”, relataba en las páginas al mismo tiempo que resaltaba que el libro no para ella sino que su propósito era compartir y acercar aprendizajes. “Quiero contagiar alegría y deseos de transformación”, afirmaba.
Aguerrida, luchadora y resiliente. De esta manera, Silvina Luna se convirtió en un ejemplo de vida ante la adversidad.
5 enseñanzas de vida que Silvina Luna deja en su libro
- “¿Cuántas cosas perdemos en el vértigo del día a día siguiendo mandatos ajenos? ¿Qué tan conectados estamos con nuestro niño o niña interior? ¿En qué momento se apagó ese entusiasmo que nos permitía gozar del presente como cuando éramos chicos? “.
- “Para recuperar la alegría de vivir, la plenitud, es necesario revisar el pasado, reconciliarnos, abrazar dolores y pérdidas. La primera parte del libro está dedicada a eso: a entrar en contacto con la historia personal, con esos momentos duros que dejaron una huella y generaron un mecanismo que nos impide fluir en el presente”.
- “Si bien tuve momentos de dolor, de sufrimiento físico, después llegó la bendición, porque aprendí a escucharme, a iniciar un camino de sanación, a sentir empatía por las personas que sufren pérdidas, que tienen dolor, que atraviesan dificultades económicas, que están sin trabajo”.
- “Cuidemos nuestro cuerpo, nuestro vehículo, con amorosidad. A veces le exigimos tanto. Cuidémoslo para que nos siga acompañando en esta aventura hermosa que es la vida. Hay que deconstruir esos estereotipos y mostrarnos como somos, que podamos conectar con nuestro valor interior”.
- “Camino. Respiro. Pienso en mi pasado y me reconcilio con cada situación que viví, incluso — o especialmente — las más dolorosas. Le doy las gracias a mi pasado porque me trajo hasta acá. Y disfruto este presente donde encuentro plenitud, paz, felicidad y que me permite, por fin, reunir fragmentos de mí misma que estaban dispersos”.