Todos podemos compartir el anhelo de combinar los dos aspectos, pero la pregunta es cómo. ¿Es posible? ¿De qué manera?
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Muchas veces se contrapone el bienestar con el poder de realización, como si para ser productivos fuera necesario sacrificar aspectos de la salud, del esparcimiento, o la calidad de los vínculos, lo que implica a la vez ponerle palos en la rueda a la felicidad.
Creo que todos podemos compartir el anhelo de combinar los dos aspectos, pero la pregunta es cómo. ¿Es posible? ¿De qué manera?
Evidentemente, este es un tema amplio que involucra muchos aspectos y que no tiene una respuesta definida. Hay varias puntas de ovillo de las que podemos tirar para ir desenmarañando este asunto que atraviesa la vida misma.
Cuando hablamos de bienestar en general, vemos que hay factores externos e internos; hay variables sobre las que podemos actuar y otras sobre las que no. Y aquellas en las que podemos intervenir pueden ser totalmente modificables o solo en cierta medida.
Para poner en contexto el abordaje que vamos a adoptar digamos que los aspectos internos, es decir los asociados al individuo, a la persona que cada uno es (o sea vos, lector o lectora) van a estar asociados a herramientas técnicas: recursos biológicos que todos disponemos en mayor o menor medida pero que entendiendo cómo funcionan y poniéndolos en práctica pueden producir cambios estructurales en cada persona.
Los factores externos, es decir relacionados a los vínculos con otras personas o circunstancias, los vamos a abordar desde una óptica conceptual y comportamental, es decir proponiendo distintos puntos de vista para lidiar con situaciones y eventuales conflictos.
En suma, nos encontramos ante la noción de que bienestar y productividad se relacionan entre sí dentro de un marco de ejes cruzados, donde uno es lo que concierne al individuo (sus cualidades, sus habilidades, sus recursos físicos, emocionales y mentales) y el otro es su relación con el entorno, donde aparecen las demás personas y sus círculos de actuación (ámbitos más próximos como la familia, los afectos, las amistades, y otros que van tomando distancia pero que no por eso carecen de influencia, como el grupo de trabajo, de estudio, los vecinos, y hasta los desconocidos con quienes convivimos en sociedad).
Quiere decir que todas esas variables interactúan y hacen a la gran ecuación que nos interesa y cuyo resultado es, en última instancia, la realización personal. Una realización personal que se logra trabajando tanto sobre los aspectos individuales como los colectivos.
Un proceso en el que los recursos biológicos se desarrollan como herramientas para mejorar la manera de vincularse con los demás, gestionar las emociones y lidiar con los eventuales conflictos que puedan surgir, para que cada persona pueda realizar más y mejor lo que desea.
El autor es formado en DeROSE Method desde 2001 y dirige la escuela de DeROSE Method Núñez (Buenos Aires, Argentina) desde 2010. También es autor del libro Respiración e Inteligencia Emocional