Estudios realizados por el grupo de la doctora Jennifer Muridell, profesora senior de clínica médica en la UCL Epidemology and Public Health de Inglaterra, en miles y miles de personas en toda Gran Bretaña, llevaron a seguir la petición del ministro de Salud, Alan Johnson, de encarar una estrategia nacional contra la obesidad.
Esto se debió a la toma de conciencia de que la más grande y significativa lucha por la salud pública e individual debía encararse a fondo para literalmente tacklear a la obesidad, el gran desafío del siglo XXI que enfrentaba la sociedad para su supervivencia.
El enfoque fue dirigido a todos los sectores y factores que tienen influencia en la cotidianeidad de la gente: escuelas, empleadores, trabajadores, la industria alimentaria, los medios de comunicación, las agencias de publicidad y los locales expendedores de comida.
Lo que hizo temblar a los cientos de países fueron los resultados hallados: más de 3 de cada 10 chicos entre 2 y 15 años eran obesos (IMC mayor de 30). Desde 1995, el crecimiento del sobrepeso en Inglaterra por grupo etario fue importante y en progresión geométrica.
La población entera de Inglaterra aparece cada vez más gorda, debido a la acción de factores múltiples que básicamente están enfermando seriamente a la sociedad toda. Hipertensión arterial, diabetes, dislipemias varias y 22 tipos de cáncer asociados a la grasa corporal en exceso son algunas de las tremendas complicaciones debido al exceso de peso.
Esto implica que la generación actual de chicos entre la infancia y la adolescencia (de continuar estas cifras) sería la primera que tendría menos expectativa de vida que la de sus padres.
Algunos factores detectados:
1. Menos de un tercio de las mujeres y menos de la mitad de los hombres realizaban 30 minutos de actividad física moderada, 3 veces por semana, el mínimo recomendado por las autoridades médicas.
2. El número de hombres y mujeres que comen más del doble de lo recomendable se incrementó desde 2003.
3. La mitad de los hombres y un tercio de las mujeres beben más de lo recomendable (1 o 2 vasos por día de bebida alcohólica) por lo menos 2 veces por semana.
4. Los kilos de más se fueron de las manos de quienes los tienen en una dimensión cada vez más dramáticamente alta.
5. El 25% de las causas (únicas modificables hasta hoy) son debidas al entorno y el 75% a los genes, pero los genes nunca actúan solos, sin el estímulo de lo exterior y sin una interacción con este entorno.
6. La posibilidad de actuar está centrada en el entorno, en la modificación de la conducta y en el cambio de hábitos. Esto hasta que no se logre desarrollar una terapia genética (el futuro).
7. La obesidad abdominal, medida por la circunferencia de cintura y la propia grasa subcutánea y la visceral actúan en forma casi enloquecida, dañando hoy y a futuro las estructuras que hacen a la salud humana.
8. Chicos con cáncer adipodependiente, enfermedad cardiovascular, diabetes y trastornos de los vasos sanguíneos se encuentran día a día.
9. Enojarse con los padres no sirve y no es justo. Su intervención en preservar la salud de los chicos es insuficiente y su posibilidad de ser los causantes del aumento del IMC es remota porque la obesidad actual es principalmente genética.
10. La protección sin culpa de los padres hacia los hijos va a dar mejores resultados para poder desviar el peso genético de la obesidad.
11. La educación es primordial pero más importante es abaratar la comida más saludable, achicar las porciones a la mitad o al tercio de su tamaño actual, e impedir las propagandas engañosas que inducen al consumo indiscriminado de comida engordante, fácil de ingerir y paladear y sobre todo barata.
12. El entorno somos nosotros mismos; los chicos van a ser ese entorno en un futuro cercano. Crear generaciones de futuros adultos con los sentidos más agudizados y las conductas menos compulsivas es responsabilidad de todos y el desafío del siglo XXI.