Puede estar relacionado con cambios en la temperatura ambiental o con afecciones graves que requieren tratamiento; cómo identificar la gravedad
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Sentir frío en los extremos del cuerpo es algo muy común. Más si esta sensación se da en las manos y los pies. Incluso, muchas personas suelen padecer dicha “molestia” recurrentemente. Algunos sufren esta baja de temperatura por algunos minutos dado que pueden estar en un contexto de mucho frío. Sin, embargo, esta condición se transforma en un problema cuando se extiende por horas y en ciertos casos, días. Para ese entonces, la sintomatología no solo advierte que hay un problema que debe ser atendido con urgencia sino que también genera malestar y molestias en la cotidianidad de la persona.
Según Pablo Jorge Maid (M.N. 76967) jefe del servicio de reumatología del Hospital Universitario Austral (HUA) y Director del Centro de Investigaciones en Enfermedades Reumáticas (CIER), la sensación de frío en manos y pies -independientemente del contexto- se debe a un fenómeno vascular de vasoconstricción. En este, los vasos sanguíneos se contraen y consecuentemente disminuye la circulación sanguínea en esas zonas produciendo una reducción de la temperatura y también generando cambios en la coloración de la piel como palidez y/o cianosis -que las manos y pies se pongan de color azul-. “Esta condición es más común en mujeres jóvenes, aunque puede aparecer en personas de cualquier edad y sexo”, asegura el Dr. Maid.
Por otro lado y respecto a cuando esto sucede de acuerdo con el contexto, típicamente, el cambio de la temperatura en las extremidades puede ser el reflejo de la temperatura ambiental a la que uno está expuesto. Esto sería algo así como estar en un ambiente frío y que la temperatura corporal disminuya y en ambientes calurosos, aumente. Si se sigue esta lógica, tener las manos o los pies fríos, sería el resultado de un simple mecanismo de adaptación del organismo al medio que lo rodea. Si sirve para tener en cuenta, la temperatura corporal basal del ser humano oscila entre 36′5º-37ºC.
Pies y manos frías: qué enfermedades se pueden estar manifestando
En muchos casos, como mencionó el Dr. Maid, tener las manos o los pies fríos o ambas partes puede representar un déficit de circulación sanguínea momentánea. Aunque también existen otro tipo de afecciones y condiciones que podrían relacionarse con este síntoma. “Si esta manifestación es una característica constitutiva de la persona puede que se trate de algo benigno; sin embargo, en otros pacientes puede tratarse de la exteriorización de enfermedades locales o sistémicas, y según de cuál se trate, conllevar distintos grados de severidad”, explica Maid.
Uno de ellos es el diagnóstico del Síndrome de Raynaud. Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS), este es un trastorno que hace que los vasos sanguíneos de las manos y pies se vuelvan más angostos, disminuyendo así el flujo sanguíneo. Como consecuencia, partes del cuerpo, usualmente los dedos de las manos y los pies, se enfrían y se adormecen, y cambian de color tornándose blancos o azules. Para los especialistas de esta institución esto suele ocurrir por exposición al frío o por estrés.
Este síndrome puede ser desarrollado por cualquiera, no obstante algunas personas presentan más predisposición a sufrirlo, entre ellas NIAMS destaca:
- Las mujeres
- Las personas que tienen antecedentes familiares de este trastorno
- Las personas que viven en un clima frío
- Otros factores de riesgo incluyen tener algunas enfermedades o afecciones y tomar ciertos medicamentos
“Cuando aparece sin causa aparente se denomina Raynaud primario o fenómeno de Raynaud, pero si se asocia a enfermedades sistémicas se denomina o Raynaud secundario”, añade Maid a la vez que explica que hasta el momento se desconocen las causas del problema, pero que puede estar asociado a enfermedades inmunológicas como lupus, artritis reumatoidea o esclerodermia.
Otra afección que, según los profesionales, puede estar relacionada con esta disminución de la temperatura es el hipotiroidismo. Se asocia con este diagnóstico ya que al haber un déficit de función de la glándula tiroides y no funcionar correctamente el metabolismo en el organismo se puede originar un cuadro de hipofunción corporal generalizada. Este último se destaca por presentar los siguientes síntomas: intolerancia al frío, estreñimiento, sequedad y tumefacción de la piel, fragilidad del pelo, bradicardia, hipotensión arterial, entre otras.
“Uno de los principales problemas médicos que causan los pies fríos es la disminución de la circulación en las extremidades y el daño a los nervios, conocido como neuropatía”, escribe en la el doctor William Kormos en la revista de salud de la Escuela de Medicina de Harvard. Asimismo, añade que una de las causas de la disminución de la circulación es la aterosclerosis, en la que las arterias se estrechan debido a los depósitos de grasa e impiden el flujo sanguíneo en las extremidades. Como resultado, las extremidades cambian de color y también puede aparecer dolor en las pantorrillas o muñecas al moverlas. “Por lo general, el médico puede detectar esta afección (enfermedad arterial periférica) comprobando el pulso de los pies y manos en el paciente”, explica Kormos.
Además, escribe el profesional que el daño a los nervios también puede hacer que los pies estén fríos. “En este caso, la persona siente frío porque los nervios que detectan la temperatura no están funcionando correctamente. Los pies no se sienten fríos al tacto, aunque la persona sí puede sentir entumecimiento o una sensación de hormigueo”, añade.
Respecto a la sintomatología general que puede aparecer junto a la condición general sin diagnosticar de tener las manos o pies fríos. Los especialistas de la Clínica de Cleveland en Estados Unidos advierten que cuando se presentan síntomas como: engrosamiento o endurecimiento de la piel, llagas o grietas que cicatrizan mal en las puntas de los dedos de las manos o de los pies, fatiga, cambios de peso, fiebre o dolor en las articulaciones; se debe consultar con un médico de manera urgente para ver específicamente a cual de todas las afecciones mencionadas anteriormente corresponden las dolencias.
En cuanto a los tratamientos, el Dr. Maid resalta que en primer lugar, cuando un paciente llega al consultorio por esta afección el profesional debe interrogarlo sobre los síntomas persistentes en el cuadro para poder dar con el diagnóstico certero de si se trata del síndrome de Raynaud o de alguna otra enfermedad asociada. Junto con esta etapa inicial, se indica a la persona que se realice un análisis de sangre y en algunos casos, una capilaroscopia -estudio en el que se pueden visualizar los capilares y se emplea en el estudio del Fenómeno de Raynaud y de enfermedades reumatológicas de tipo autoinmune sistémico-.
Ya lo que comprende la curación del malestar, destaca el doctor que la primera recomendación es el cuidado del frío, “principalmente permanecer en lugares climatizados cuando hace frío y la utilización de guantes o geles que realizan una reacción química y calienten el cuerpo”. Respecto a lo farmacológico, explica que una vez hecho el diagnóstico se pueden indicar diferentes medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos denominados “vasodilatadores”. “Estos ayudan a restaurar el flujo a nivel de los capilares mejorando los síntomas”, concluye.