Con la llegada del invierno y del frío aumentan las alertas por intoxicación de monóxido de carbono (CO), un arma mortal y silenciosa, ya que no se huele ni se ve, no se siente, ni produce irritaciones en los ojos. En la Argentina alrededor de 200 personas al año mueren en este tipo de accidente que hoy es noticia por la internación de María Fernanda Callejón, su esposo y su hija. Los tres se encuentran fuera de peligro luego de un desperfecto técnico de una estufa tiro balanceado.
Este tipo de gas venenoso se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gasoil y nafta. También está presente en el humo expulsado por automóviles y camiones, candelabros, estufas, fogones de gas y sistemas de calefacción en general.
Lo que resulta más peligroso del monóxido de carbono es que es imperceptible. Su inhalación reemplaza al oxígeno en el torrente sanguíneo y lleva a que diferentes órganos, como el corazón y el cerebro, sufran. Afecta a todas las personas por igual, pero tienen mayor riesgo de intoxicación los niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, y los fumadores. Su inhalación requiere atención médica inmediata.
Medidas de prevención para evitar una intoxicación
- Observar que la llama de gas sea siempre de color azul. La amarilla o anaranjada es signo de mala combustión y generación de monóxido.
- En caso de utilizar brasero o estufa a querosén, apagarlos afuera de la casa antes de irse a dormir, siempre. No dormir nunca con estos artefactos encendidos.
- No instalar calefones en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados. En toilettes y dormitorios solamente instalar artefactos con salida al exterior (de tiro balanceado).
- Controlar anualmente las instalaciones y el buen funcionamiento de los artefactos de la casa.
- Dejar una ventilación permanente en cada ambiente. Además de ventilar toda la casa una vez por día, es fundamental mantener siempre abierta una ventana o puerta en los ambientes calefaccionados, incluso cuando hace frío.
Síntomas más frecuentes de la intoxicación por monóxido de carbono
- Dolor de cabeza
- Náuseas o vómitos
- Mareos, acompañados de cansancio
- Letargo o confusión
- Alteraciones visuales
- Desmayo o pérdida de conocimiento
- Convulsiones
- Estado de coma