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Según un relevamiento realizado por la OMS, se estima que en la actualidad existen alrededor de un 30% de personas con miopía en todo el mundo. Asimismo, la proyección del organismo internacional de la salud indica que en 2050 la mitad de la población global padecerá de esta patología oftalmológica. Ahora bien ¿qué es la miopía?
La miopía es una anomalía o tipo de refracción del ojo que produce una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos. Se produce debido a una curvatura excesiva del cristalino que hace que las imágenes de los objetos se formen un poco antes de llegar a la retina.
Es un proceso que genera una incapacidad para ver con claridad los objetos y distinguirlos con facilidad, o bien, para advertir con perspicacia cualquier movimiento lejano.
En general, la miopía es hereditaria, aunque también puede aparecer entre los 6 y los 20 años y aumenta su progresión. Asimismo, se manifiesta tardíamente, entre los 20 y los 40 años, una vez que se ha completado el crecimiento y se han desarrollado todas las estructuras oculares.
Entre los síntomas más comunes de la miopía aparecen la dificultad para ver los objetos lejanos, achicar los ojos para divisarlos, acercarse a los objetos para verlos, fatiga visual y dolores de cabeza o migrañas.
Según la OMS, entre las causas que la propician se destaca “el aumento del tiempo que se pasa en espacios interiores y de las actividades que implican una “visión de cerca”. Consecuentemente, el aumento del tiempo en el exterior “puede reducir este riesgo”.
Existen dos manifestaciones de esta patología de la visión: Miopía simple y Miopía magma. La primera es la más frecuente. En general, se estabiliza alrededor de los 18 o 20 años y no se puede prevenir. No obstante, es saludable que sea detectada a tiempo a través de un examen oftalmológico completo y corregida mediante el uso de gafas, lentes de contacto o mediante diferentes tipos de técnicas quirúrgicas.
Mientras que la segunda, se suele producir por una elongación excesiva del globo ocular. En algunos casos, este tipo de miopía avanzada puede derivar en cambios degenerativos asociados a la elongación excesiva del ojo, especialmente a nivel de la retina. Lo cual, compromete la visión de la persona que la padece. Las personas que padecen alta miopía deben realizarse revisiones periódicas para conocer el estado de su fondo de ojo.
Las opciones de tratamiento son: el uso de anteojos y lentes de contacto, y cirugías.
Recomendaciones para la miopía
- Revisar la vista cada año, llevemos o no gafas, para prevenir posibles patologías o desgastes oculares.
- Limitar el tiempo frente a las pantallas.
- Mantener las distancias (entre 40 y 50 centímetros para dispositivos portátiles y 60-70 para PC de escritorio).
- Reducir el riesgo a la exposición de nuestros ojos a la luz azul (el sol, las pantallas digitales, tubos fluorescentes y luces LED).