Cuando abrimos nuestro guardarropa cada día, participamos en un diálogo silencioso con nosotros mismos: ¿qué mensaje deseamos transmitir? Aquí es donde se manifiesta la importancia de la palabra.
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Las palabras no son meramente los vehículos del lenguaje; sirven como la base sobre la cual construimos nuestras identidades y nos expresamos. La moda, en su esencia, es un lenguaje propio, y las palabras que elegimos—ya sea en las prendas que usamos o en las narrativas que creamos—tienen el poder de moldear percepciones, influir en emociones y comunicar quiénes somos al mundo.
Vivimos en un mundo más acelerado donde las tendencias aparecen y desaparecen como la última locura en las redes sociales, pero una constante permanece: la importancia de la palabra.
En el Lenguaje de la Moda cada prenda de vestir cuenta una historia, las prendas que elegimos están imbuidas de significado. Reflejan nuestras personalidades, aspiraciones e incluso nuestros estados de ánimo. Cuando abrimos nuestro guardarropa cada día, participamos en un diálogo silencioso con nosotros mismos: ¿qué mensaje deseamos transmitir? Aquí es donde se manifiesta la importancia de la palabra.
Consideremos el término “vestir con poder”. Esta frase evoca imágenes de siluetas audaces, líneas marcadas y un sentido de autoridad. Cuando alguien se pone un traje de poder, no sólo está vistiendo ropa; está personificando una declaración, proclamando confianza y ambición.
De manera similar, la palabra “vintage” conjura nostalgia y un sentido de atemporalidad, influyendo en cómo abordamos las compras de segunda mano o el resurgimiento de estilos retro.
Las palabras tienen la capacidad de evocar emociones y asociaciones que guían nuestras decisiones, y así también cuando nos vestimos nos están permitiendo hacer una curaduría de nuestras identidades de una manera que resuena con nuestras experiencias.
Investigaciones de instituciones prestigiosas, como estudios realizados por la Universidad de Pensilvania, destacan el impacto significativo que las palabras pueden tener en nuestros pensamientos y comportamientos.
Los hallazgos sugieren que el lenguaje moldea nuestras percepciones e incluso puede influir en nuestros estados emocionales. Por ejemplo, las palabras positivas pueden mejorar nuestro estado de ánimo y fomentar un sentido de bienestar, mientras que las palabras negativas pueden llevar a sentimientos de ansiedad y autocrítica.
Este marco psicológico subraya la importancia de las palabras que utilizamos para describir nuestras decisiones de moda y, por extensión, a nosotros mismos.
En el contexto de la moda, esto significa que el lenguaje que adoptamos—ya sea que describamos nuestro estilo como “audaz” “clásico” o “experimental”—puede afectar profundamente cómo nos percibimos y cómo nos perciben los demás.
Las palabras que elegimos para definir nuestro estilo pueden empoderarnos, permitiéndonos abrazar nuestras identidades con confianza y claridad.
Sin embargo, a medida que navegamos por este pasaje, la importancia de la autenticidad emerge como un tema crítico. Esta nueva era inundada de imágenes curadas y estilos de vida aspiracionales, puede ser fácil perder de vista nuestras voces únicas. La palabra “auténtico” ha ganado prominencia, instándonos a abrazar nuestra individualidad en lugar de conformarnos a tendencias efímeras. Cuando nos vestimos de manera auténtica, alineamos nuestra apariencia externa con nuestro yo interno, creando una expresión armoniosa de quiénes somos.
Esta autenticidad se refuerza aún más con el creciente movimiento hacia la moda sostenible y ética, donde las palabras “consciente” y “reflexivo” se están convirtiendo en elementos integrales de nuestras elecciones de vestuario.
Cada prenda que seleccionamos puede encarnar nuestros valores, permitiéndonos comunicar no solo nuestro estilo, sino también nuestro compromiso con el planeta y la justicia social.
Al reflexionar sobre la importancia de la palabra en la moda, queda claro que la forma en que nos vestimos es una forma de vintage. Nuestras elecciones están imbuidas de significado, moldeadas por el lenguaje que utilizamos para describirnos, el mundo que nos rodea y también el entorno sociocultural al que pertenecemos. Ya sea que estemos vistiendo una prenda vintage, abrazando una tendencia contemporánea o eligiendo una estética, estamos participando en un diálogo que trasciende a la ropa.
La moda no se trata solo de lucir bien; se trata de sentirnos empoderados, conectar con los demás y articular nuestras identidades.
Les propongo que al abrir nuestros armarios cada mañana, vistámonos con intención, abrazando el poder de la palabra en todas sus formas—porque en el mundo de la moda, cada elección que hacemos es una declaración que espera ser expresada.
**La autora estudió en la Maison Aubel y en el FIT Fashion Institute of Technology de NY Estudios de Ceremonial y Protocolo en la UBA Comunicación de Negocios, habilidades sociales en RIT Rochester Institute of Technology Cool Hunter Fundação Armando Alvarez Penteado São Paulo Brazil Miembro del directorio de AICI (Asociación Internacional de Asesores de Imagen) a cargo del comité de Internacional de Tendencias y Coolhunter. @danisa_bevcic