Esta semana se anunciaron los ganadores de la iniciativa que apoya a personas con proyectos innovadores destinados a enriquecer la vida en nuestro planeta y a conservar el patrimonio natural y cultural para el beneficio de futuras generaciones
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Exploradores y pioneros que desafían los límites humanos en diversas actividades comprometidas con la naturaleza son los protagonistas de historias variadas y ricas, que contribuyen a lograr un mundo mejor, a mejorar la vida de la gente y a proteger el planeta para las futuras generaciones.
Sus trabajos, muchas veces llevados a cabo en lugares remotos y en forma silenciosa, ganan visibilidad y potencia gracias a los Premios Rolex a la Iniciativa, programa que apoya a personas que realizan proyectos innovadores en pos de la protección del medio ambiente, de la preservación de hábitats y de especies y, en definitiva, de una mejora del bienestar de las personas.
Esta semana se dieron a conocer los nombres de los cinco laureados de la versión 2023. Se trata de un biólogo que desarrolla un programa de protección y restauración de ecosistemas forestales y que plantó 4,5 millones de árboles en las montañas de Perú; de una emprendedora social de Kenia, cuya empresa fabrica generadores atmosféricos capaces de producir más de 200.000 litros de agua potable por mes, en un país donde la mitad de la población no tiene acceso a agua potable; de un primatólogo que, en la Costa de Marfil, protege un bosque rico en biodiversidad, y a su fauna que hoy está amenazada, reduciendo además la pobreza de la zona; de una economista devenida emprendedora social en Indonesia, que formó una cadena de suministro de ropa regenerativa “de la granja al armario” y que preserva las culturas locales de su país; y de un especialista en teledetección dedicado a estudiar los hábitats de los camellos salvajes para crear dos nuevas reservas de conservación, con el fin de salvar a las últimas manadas que viven en estado salvaje en China.
Desde 1976, conmemorando el 50° aniversario del Oyster, que fue el primer reloj pulsera hermético del mundo, los Premios Rolex a la Iniciativa son un programa bienal. Los proyectos que compiten en cada edición se vinculan al medio ambiente, la ciencia y la salud, la tecnología aplicada, el patrimonio cultural y la exploración. Un jurado compuesto por diez expertos en distintos ámbitos valora, entre otras cosas, el impacto del proyecto en el mundo. Cada laureado, cuyo proyecto recibe financiamiento, integra la red de Laureados Rolex. En 48 años de historia fueron laureadas 160 personas a lo largo de 65 países. Desde hace seis años, se sumó al proyecto la iniciativa Perpetual Planet, que apoya a personas y organizaciones que, a partir de la ciencia y la tecnología, enfrentan desafíos del medioambiente, diseñando soluciones para devolver el equilibrio de los ecosistemas.
Y los ganadores son…
Constantino Aucca Chutas ganó el preciado premio gracias a su proyecto, desarrollado en Perú, que da impulso a la restauración de los bosques de montaña, a través de una red de participación de bases, organizaciones y comunidades andinas. Haber ganado el Premio Rolex a la Iniciativa era un sueño y, a la vez, un enorme desafío. “Sabía que ganar este premio nos ayudaría a alcanzar nuestra misión principal: cubrir de árboles las tierras altas y hacer frente a los problemas derivados del cambio climático”, revela.
La relación de Constantino Aucca Chutas con la tierra viene desde siempre. Descendiente de campesinos quechuas, hace treinta años realizaba tareas de campo como estudiante de biología en Cuzco, cuando se despertó su pasión por la conservación. La zona de acción de Constantino Aucca Chutas, los bosques nativos de las zonas altoandinas, donde viven más de cuarenta especies amenazadas, entre otras el cóndor andino, son fundamentales para la seguridad hídrica de los animales y personas desde los Andes hasta el Amazonas. Para proteger los ecosistemas andinos de Perú que se encontraban amenazados, en 2000 creó la Fundación Ecosistemas Andinos (ECOAN). Durante veintidós años plantó 4,5 millones de árboles nativos y creó dieciséis áreas protegidas en los Andes peruanos. En 2018 se unió a Global Forest Generation, una organización sin fines de lucro estadounidense para fundar Acción Andina, una iniciativa de reforestación cuyo fin es restaurar y proteger un millón de hectáreas de bosques altoandinos en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Constantino Aucca Chutas recibió el premio de Campeón de la Tierra 2022, prestigiosa distinción otorgada por la ONU. Acción Andina recibió el Premio Earthshot 2023, fundado y presidido por Guillermo, príncipe de Gales. El Premio Rolex a la Iniciativa recibido por Aucca Chutas contribuirá a que Acción Andina plante 3,5 millones de árboles autóctonos en cinco países. 30.000 familias participarán en actividades de restauración de ecosistemas y de protección de 10.000 hectáreas de bosques altoandinos. El premio también se aplicará a la capacitación de más de veinte líderes locales, en lo referido a conservación.
Conservación en la Costa de Marfil
Inza Koné obtuvo su premiación de la mano de su proyecto de consolidación de la conservación comunitaria de un bosque pantanoso, el bosque de Tanoé-Ehy, único en Costa de Marfil, para favorecer su rica biodiversidad y beneficiar a las comunidades locales. “Me postulé para el Premio Rolex porque el proyecto de conservación que dirijo ha llegado a una etapa en la que necesitamos mayor exposición y reconocimiento, tanto a nivel nacional como internacional”, afirma el laureado. Según Koné, el premio “ya nos ha ayudado a medir nuestra capacidad de convencer a las personas de lo que producimos y de nuestro impacto sobre el terreno”.
Conservacionista y doctor en ecología animal, fue el primer primatólogo de Costa de Marfil y uno de los primeros en África. Su amor por los primates tiene su raíz en su propia infancia. Cuando Inza Koné tenía ocho años, su padre le regaló un babuino como mascota, con el que rápidamente el niño se encariñó. Pero, a medida que el animal crecía se volvía más difícil su manejo. La situación se mantuvo así hasta que la única posibilidad fue la eutanasia, porque el animal ya no podría subsistir si se lo liberaba en la naturaleza. “No puedes imaginar lo triste que estaba. Desde entonces, veo a los animales salvajes de forma diferente. En especial a los primates”, confiesa el primatólogo.
A partir de esta experiencia, Koné tomó conciencia de que la mejor forma de vida para los primates es en su hábitat natural y se dedicó a estudiarlos y a protegerlos. Y se puso como objetivo proteger el bosque de Tanoé-Ehy, de 11.000 hectáreas, en el que los procesos ecológicos no están alterados por la actividad humana. En dicho bosque viven cuatro de los primates más amenzados de la región: el cercopiteco de Roloway, el mangabey de coronilla blanca, el colobo ursino y el colobo rojo de Miss Waldron. El primatólogo comprometió a once comunidades de la zona en la tarea de conservación del bosque. Con ellas enfrentó propuestas de deforestación de 8000 hectáreas de bosque para convertirlas en plantación de aceite de palma. La campaña liderada por Koné fue exitosa. “Durante las conversaciones, los miembros de la comunidad mostraron su voluntad de proteger su patrimonio ancestral y la biodiversidad para las generaciones futuras”, afirma.
En 2021 el bosque de Tanoé-Ehy fue declarado reserva natural protegida y los once pueblos de la zona se convirtieron en propietarios legales y administradores del bosque. A futuro, Koné se propone documentar la flora y fauna del bosque. Además, está recogiendo pruebas de la presencia de las cuatro especies de mono en peligro de extinción. Especialmente desea documentar la presencia del colobo rojo de Miss Waldron, especie que fue vista por última vez en la década del setenta.
Cofundador de la Sociedad Primatológica Africana y director general del Centre Suisse de Récherches Scientifiques en Côte d’Ivoire (CSRS), recibió el título de Comandante de la Orden del Mérito de la Educación Nacional en Costa de Marfil, el Premio Especial de la Sociedad Internacional de Primatología de Estados Unidos y el premio Whitley de conservación de la naturaleza del Reino Unido.
Con el Premio Rolex a la Iniciativa, Koné podrá potenciar su trabajo en la organización comunitaria y capacitación, así como en vigilancia ecológica, sensibilización y educación medioambiental, búsqueda de medios de subsistencia alternativos, mejora de las infraestructuras y creación de una zona de conservación transfronteriza ampliada, incluyendo los bosques que están al otro lado del río Tanoé, en Ghana.
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Protección del camello salvaje
Liu Shaochuang fue laureado por su proyecto sobre uso de tecnologías innovadoras para evitar la extinción del camello salvaje en el desierto de Gobi, en China y Mongolia. Desde el año 2010, está comprometido con la investigación y conservación del camello salvaje. Consciente de la trascendencia del Premio Rolex a la Iniciativa, el científico aeroespacial que estudió en la Universidad de Wuhan y que un día decidió dedicarse a la conservación del camello salvaje, sostiene que “ser parte de la iniciativa Perpetual Planet de Rolex nos ayudará a captar la atención de distintos sectores hacia nuestros proyectos de conservación de camellos. Es posible que, como resultado, el gobierno y otras entidades inviertan más recursos en la conservación e investigación del camello salvaje”.
Como sucede en los casos de mentes brillantes, la vida no está pautada, sino que una cosa va llevando a otra. En su variado currículum figura su colaboración en el desarrollo de los sistemas de navegación de los vehículos lunares y marcianos de China, sus trabajos de cartografía de los grandes ríos del planeta y ser el primer chino en llegar, solo y a pie, al Polo Norte. Su encuentro con los camellos salvajes marcó su próximo rumbo. Fue mientras probaba un prototipo del vehículo lunar Yutu-3, en el desierto de Gobi. El cambio climático, la depredación, la caza, las enfermedades, la domesticación y el cruce de especies llevado a cabo por el hombre, son las razones principales de la disminución del número de un tipo de camellos que tienen miles de años de historia. Hoy en peligro crítico de extinción, se estima que quedan menos de mil ejemplares, repartidos en 200.000 km2 del noroeste de China y suroeste de Mongolia. La extensión de la superficie vuelve improbable su rastreo. “Hace diez años la investigación se basaba únicamente en la observación humana”, explica Shaochuang, quien es especialista en teledetección, que consiste en el uso de satélites para observar la tierra. Entonces, se dio cuenta de que por medio de la tecnología espacial sería posible vigilar los rebaños de camellos salvajes repartidos en miles de kilómetros, a través del desierto de Gobi.
Por medio de collares de conexión satelital que se colocaron en algunos camellos, se estudiaron sus rutas migratorias y posibles amenazas. Hoy hay siete camellos salvajes con collares de seguimiento que permiten rastrear su ubicación todos los días. De esta manera, es posible entender qué debe hacerse para protegerlos. “Averiguar adónde van los camellos salvajes, dónde beben y a qué tipo de amenazas se enfrentan nos ayudará a elaborar planes para proteger mejor sus fuentes de agua y definir su zona de protección”, resume Shaochuang.
Junto a su equipo de esta forma puede estudiar las amenazas a las que se enfrentan los camellos, como los ataques de depredadores, las enfermedades y las especies competidoras en el pastoreo. Toda esta información será útil para planificar refugios en los sitios que se consideren más adecuados para su supervivencia a largo plazo. Junto a organizaciones conservacionistas apunta a crear dos nuevas zonas de conservación: el Parque Nacional de Camellos Salvajes de China y la Reserva Natural Transfronteriza del Camello Salvaje de China y Mongolia.
Con el Premio Rolex a la Iniciativa, Liu Shaochuang obtendrá asistencia para el trabajo de campo, lo que incluye la colocación de dispositivos de seguimiento de los camellos, la obtención de muestras biológicas y el desarrollo de equipos para el seguimiento de enfermedades. El premio cubre también un año de conexión para cuarenta rastreadores por satélite.
Agua limpia y segura en Kenia
Beth Koigi mereció el premio por su proyecto de ampliación de un sistema sostenible de extracción de agua del aire para comunidades sin conexión a la red en zonas áridas, en Kenia. “Este premio nos permitirá ampliar nuestro impacto. La conexión con Rolex nos dará la visibilidad necesaria para colaborar y asociarnos con más organizaciones y poder construir instalaciones similares”, reconoce Koigi.
Emprendedora social, lo que motivó desde siempre a la keniata es su deseo de proveer de agua limpia y segura a comunidades que no cuentan con conexión a la red. Cofundadora de Majik Water, empresa tecnológica dedicada a la extracción de agua dulce del aire en entornos áridos, mediante energías renovables, desde 2017 sus unidades se instalaron en Kenia. A lo largo de su carrera recibió el premio EDF Pulse y el premio Women in Tech, otorgado por el Foro de Emprendedoras Africanas en el Área de Innovación.
El documental de Netflix, “Un mundo azul: la carrera para resolver la crisis del agua”, da a conocer su tecnología. Koigi, que había nacido en una región donde las lluvias son abundantes, descubrió que no siempre se cuenta con agua abundante y limpia durante su paso por la universidad, en el este de Kenia. “Hay regiones del país donde el acceso al agua potable constituye un gran desafío. En el campus de la universidad, el agua que salía de las canillas estaba llena de sedimentos y a nadie parecía preocuparle. Tenía que idear una forma de depurar el agua”, cuenta. Alrededor del 50% de la población de Kenia no accede a agua potable, lo que causa 10.000 muertes por año. En sus días de estudiante, Koigi diseñó un filtro de agua que fue un éxito y pronto lo vendió entre sus compañeros. Pero el problema no se limitaba a la región donde estaba su universidad. Encaró entonces una investigación para encontrar una solución que pudiera llegar a las regiones más áridas de su país. Junto a la científica medioambiental canadiense Anastasia Kaschenko y a la economista de Oxford, Clare Sewell, desarrolló un Generador Atmosférico de Agua (AWG), alimentado por energía solar, que posibilitaba extraer agua potable del aire. Majik Water, su emprendimiento, se apoya en el conocimiento de que la atmósfera contiene la mayor cantidad de agua dulce de la tierra, lo que equivale a seis veces más agua que en todos los ríos del mundo. Según la humedad del aire, una unidad AWG puede producir entre 20 y 500 litros de agua por día. “Si tienes aire, puedes tener agua potable apilando varios dispositivos”, explica Kogi. Así, la producción de agua puede alcanzar los 100.000 litros diarios. Hoy el emprendimiento opera veinte unidades grandes y diez pequeñas, produciendo más de 200.000 litros de agua potable por mes, en regiones áridas. “Cada vez que visito a los beneficiarios, me llena el corazón verlos felices con nuestros servicios. Pero estaré más satisfecha cuando logremos llegar a más personas”, sostiene.
El Premio Rolex le permitirá financiar la instalación de diez sistemas aire-agua alimentados por energía solar con una producción de 500 litros diarios. Proporcionarán agua potable y para el riego de alimentos frescos a 3000 personas en campos de refugiados y comunidades sin conexión a la red de la región de Turkana, en el norte de Kenia. La instalación posibilitará ampliar y acelerar la adopción de la tecnología en Kenia y en el mundo.
Artesanas rurales en Indonesia
Denica Riadini-Flesch fue laureada por su proyecto de producción de ropa para empoderar a las artesanas rurales y generar beneficios sociales y medioambientales en toda la cadena de valor, en Indonesia. “El Premio nos permitirá extender nuestro modelo mediante la ampliación física de las escuelas y también la digitalización de nuestro plan de estudios para poder llegar a más mujeres en toda Indonesia. Sabíamos lo que esta oportunidad significaba para tantas mujeres que ahora pueden volver a sentirse visibles y valoradas”, reflexiona.
Graduada en economía en la Universidad Erasmus de Rotterdam, Denica regresó a Indonesia con el título bajo el brazo. Allí trabajó en su profesión en el Banco Mundial. En su país natal reconoció que las mujeres de las zonas rurales no necesitaban ayuda, sino un trabajo justo. Con ese fin en 2016 fundó SukkhaCitta, que significa felicidad en su lengua natal, emprendimiento social “de la granja al armario”, que vende ropa artesanal de alta calidad. Allí paga un salario justo y digno a las artesanas que confeccionan delicadas prendas que se venden en más de treinta países a través de su página web.
En Indonesia menos del dos por ciento de los trabajadores del rubro textil ganan un salario digno. Al proponerse que las mujeres que confeccionan ropa recibieran un salario digno, advirtió que “estas mujeres que trabajan desde sus casas constituyen el segmento más marginado de la industria mundial de la moda, porque su mano de obra se subcontrata a través de distintos niveles de intermediarios”. Al conectar a las artesanas con el mercado global, logró promover su progreso. Y mediante la construcción de escuelas de artesanía, donde trabajan y aprenden oficios, permite perpetuar su propia cultura. En algunas escuelas de artesanía, las madres pueden ser aprendices de artesanas mayores. Esta tutoría permite conservar las artesanías tradicionales que antes se transmitían de madres a hijas.
El programa resultó un éxito, ya que las mujeres que trabajan en él aumentaron sus ingresos un 60%. También encontró una solución al tema ambiental. Riadini-Flesch considera que “el algodón es el cultivo más sucio del planeta debido a la cantidad de herbicida que se necesita para su cultivo”. La respuesta al problema la halló en las técnicas agrícolas tradicionales de las comunidades con las que trabaja, que reducen la necesidad de productos químicos. El emprendimiento fabrica y usa tinturas naturales cultivadas por agricultores. En 2021 SukkhaCitta ganó el premio SEED Bajo Carbono que otorga el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Gracias al Premio Rolex a la Iniciativa, Riadini-Flesch podrá comprar terrenos adicionales para construir un nuevo edificio con capacidad para treinta artesanas; renovar una escuela de batik y perfeccionamiento de la enseñanza de técnicas de batik en cuatro aldeas; y el desarrollo de una aplicación para digitalizar los conocimientos de agricultura regenerativa para que el emprendimiento social llegue a más mujeres en las comunidades más remotas.