La falta de lágrimas o los defectos en su conformación pueden originar molestias y hasta dañar la córnea. Afortunadamente, este síndrome, que afecta en especial a las mujeres y a pacientes que consumen cierto tipo de fármacos, puede diagnosticarse y tratarse con un alto grado de eficiencia
Es común que un paciente, sin saber de qué se trata realmente, acuda a la consulta oftalmológica quejándose de molestias, como sensación de cuerpo extraño, irritación y ardor, a veces confundiendo estos síntomas con una conjuntivitis crónica.
Sin embargo, estas características también se ajustan a una patología muy difundida, el síndrome de ojo seco, un trastorno ocular frecuente en el que se hayan alteradas la calidad o la cantidad de las lágrimas. Se produce especialmente en mujeres premenopáusicas y menopáusicas, y en pacientes que consumen ciertos fármacos, como antidepresivos, anovulatorios y betabloqueantes, por ejemplo. Se calcula que, en el mundo, el 85 por ciento de los pacientes son mujeres que tienen entre 30 y 70 años.
Según un experto español, el doctor Juan Murube, catedrático de Oftalmología en la Universidad de Alcalá, se trata de la afección más frecuente de la especialidad, aunque, afortunadamente, sólo rara vez es grave.
Causas internas y externas
El doctor Mario Pérez Genovesi, director de la Fundación de Investigaciones Lagrimales y coordinador de la Red de Oftalmología del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, explica: "El ojo seco dice- puede tener causas internas y externas. Entre las primeras, las más comunes son el mal funcionamiento de los párpados, el envejecimiento -con su consecuente reducción de la secreción lagrimal- y ciertas alteraciones hormonales que modifican la secreción normal de las lágrimas". Pero aclara que si los síntomas se acompañan de otras patologías las personas afectadas pueden llegar a experimentar el agravamiento de sus problemas oculares y de sus mucosas. El síndrome puede aparecer como síntoma de otra patología, como la artritis reumatoidea o el lupus sistémico.
Con respecto a las causas externas, pueden citarse factores medioambientales relacionados con los bajos niveles de humedad, como los producidos por el aire acondicionado o ciertos tipos de calefacción. "El síndrome de ojo seco también puede ser originado por el trabajo en terminales de computadoras durante períodos prolongados, debido a la disminución del pestañeo", dice Pérez Genovesi.
La función de las lágrimas
"Al moverse los párpados, las lágrimas suavizan las posibles irregularidades de la córnea, proveen los nutrientes necesarios para el metabolismo corneal, ejercen acción antibacteriana y eliminan impurezas", amplía Pérez Genovesi.
La lágrima natural tiene una composición compleja. El agua es el principal componente (98,3 por ciento), seguido por las sales (1 por ciento), proteínas y glucoproteínas (0,7 por ciento) y fracciones menores de hidrocarbonados, lípidos y otros.
A la vez, la película lagrimal está integrada por tres capas: una interna, mucosa, en contacto con la córnea; una media, acuosa, y la externa, oleosa, formada por la secreción de las glándulas que se encuentran en el borde del párpado y evitan la evaporación de las lágrimas. La distribución de la capa oleosa la realiza cada parpadeo.
Para diagnosticar el ojo seco, existen una serie de exámenes de laboratorio que poseen un alto grado de certeza. El doctor Alejandro Berra, director de laboratorio de Inmunología de Superficie Ocular de la Universidad de Buenos Aires, explica: "Existen tres pruebas básicas: Schirmer, Break Up Time (BUT) y Rosa de Bengala. Pero también hay otros estudios de laboratorio, simples e incruentos, para diagnosticar esta alteración en forma precoz".
Cómo tratarlo
La lágrima artificial no reproduce exactamente la lágrima natural, porque los componentes estructurales y activos de esta última se degradan rápidamente y porque no son, aún, perfectamente conocidos.
Además, la producción de la lágrima natural es constante, con fluctuaciones circunstanciales, en tanto que las artificiales se suministran periódicamente. Sin embargo, desde las primeras lágrimas artificiales -que consistían fundamentalmente en una solución salina- hasta la actualidad, se ha avanzado notablemente. Se presentan en distintas formas, acuosas y viscosas. Entre las preparaciones más actuales se encuentran los geles a base de ácido poliacrílico, que tienen un efecto refrescante y lubrican el ojo durante seis horas, y los colirios, que incluyen en sus fórmulas potasio, magnesio y calcio (electrolitos). La función de estos componentes es nutrir la córnea. Ambas alternativas pueden combinarse. Entre otras cosas, se recomienda:
- Evitar corrientes de aire como las originadas por el viento, los ventiladores, las ventanillas abiertas de los vehículos y el aire acondicionado de los autos.
- El aire acondicionado en los recintos cerrados.
- El aire caliente contiguo a los hornos y parrillas.
- Las atmósferas con polvo, tiza, arena, tierra y aserrín.
Quienes quieran obtener infomración sobre esta patología, pueden hacerlo en una línea gratuita del laboratorio Ciba Visión: 0-800-888-6567.