Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, analiza qué cuestiones buscar y cuáles evitar en las organizaciones para conseguir estar contento en el trabajo
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¿Se puede ser feliz en las compañías? Con mucho humor y vestido como una caja de pochoclo para ilustrar el momento ¨”pop corn” y que nunca hay que dejarse engañar por el packaging sino que hay que escuchar en profundidad lo que dicen las personas, Andrés Hatum, expuso nueve claves que ayudan a responder este interrogante.
El marco fue la séptima edición del evento de Recursos Humanos organizado por LA NACION bajo el lema: “El equilibrio y la felicidad, claves a la hora de gestionar talento”. En un ida y vuelta con José Del Rio, secretario general de Redacción del medio, el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella que tiene un PhD de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, explicó que para poder estar contento en el entorno laboral hay que distinguir entre las cosas que hay que buscar y aquellas que hay que evitar. Y enumeró nueve mandamientos para ser feliz en el trabajo:
1. Evitar liderazgos basura
Definió a los “liderazgos basura” que hay que esquivar como “el que te mira y te dice qué bien que te va, te das vuelta y te clava un puñal por la espalda”. Y explicó que frecuentemente las organizaciones los contratan por lo que creen que es la persona y no por la competencia “si tienen buena performance y no es un buen líder los dejan”. Según Hatum, el detector de estas figuras es la rotación de las empresas “porque la gente ya no se banca nada, empiezan a irse y te das cuenta de que tenés un problema con los jefes”. Y completó la idea con estadísticas: hoy en día el 70% de los trabajadores que renuncia es a causa de sus jefes. “Lo que hay que evitar son las serpientes con traje, que es una persona que parece divina pero en realidad te va a hacer la vida imposible”, aclaró. Para el experto en temas relacionados con management y organización, el concepto de “ser divino” en el trabajo implica escuchar a la gente con la que uno trabaja y entender lo que les pasa.
2. Evitar gente idiota
Para este mandamiento, Hatum definió dos perfiles. Por un lado, las “cucarachas inmortales” que “tirás en cualquier lado y aparecen”, dice. Por el otro, los “vampiros chupa energía que son personas que tienen una charla con vos y cuando terminás de hablar con ellos y te drenaron todo lo que pudieron; quieren saber muchas cosas de vos para después irte por atrás y hacerte la vida imposible”, profundizó. Su recomendación para combatirlos es entablar la mínima charla posible y contar con una network social en la que apalancarse y sostenerse por gente que te aprecia para cuando este tipo de personas vaya por detrás.
Por naturaleza, aseguró que el líder idiota “escucha al aplaudidor porque es obsecuente y narcisista y señaló que es el peor liderazgo. Por el contrario, un buen líder escucha a todos y saca sus propias conclusiones”.
3. Evitar al gerente de felicidad
Para Hatum, que una persona en la empresa fuerce la felicidad en los colaboradores está mal y explicó que aquellas compañías que lo hacen, en realidad, están “en terapia intensiva”. “No sirve porque la organización termina sometida a un montón de actividades estúpidas que no aportan valor”, aseguró.
Frente a la disyuntiva del equilibrio cuantitativo y cualitativo, el doctor opina que ambas van de la mano: “Se equilibra con jefes que pidan cosas cuantitativas lógicas porque, sino, no logran los objetivos con calidad. Algunos terminan rompiendo la organización por lograr los objetivos de la compañía”.
4. Evitar empresas burras post pandemia
Después de la crisis sanitaria, empresas de todo el mundo y calibre exigieron que sus empleados volvieran a trabajar 100% presencial. “Se tuvieron que comer sus palabras y dijeron nos equivocamos, porque empezás a perder talento”, observó.
En el otro extremo, aquellas que demandaron que el trabajo sea completamente virtual también perdieron porque, según Hatum, la gente necesita una modalidad híbrida. “Las encuestas señalan que el 80% de las personas quieren balancear en 3 los días de presencialidad laboral”, apuntó.
5. Fragmentar la vida personal de la profesional
Para este punto, el consultor empresarial en estos temas usó la serie televisiva Severance como ejemplo, en la que para poder trabajar en la empresa protagonista hay que pasar por una cirugía que fragmenta tu vida personal de la profesional. Los recuerdos de los personajes van por canales distintos, de modo que cuando llegan a al oficina saben lo que pasa allí y cuando entran en sus casas no saben lo que ocurrió antes. “Cuando se mezclan ambas vidas para mucha gente es una carga. No te tiene que doler la panza por ir a trabajar”, aseguró.
6. Evitar el efecto “ing” permanente en las organizaciones
“Downsizing, downscoping, outsourcing”, son todas palabras de la lengua inglesa que apelan a la reducción de personal. Y aseguró que en el caso de las empresas que se encuentran en permanente reestructuración, cuando sus empleados ven esta tendencia constante, probablemente van a interpretar que en algún momento ellos también van a ser despedidos “La cultura se te hace pelota, la gente está de paso, entonces tu compromiso no sirve. Lo mejor es ir a un lugar un poco más estable porque el efecto `ing´ en algún momento te toca”, alertó. Por otra parte, la falta de reestructuración es para el autor del libro “Antilíder” un problema: “Esa gente se convierte en bloqueadora de crecimiento de personas mas jóvenes entonces también tenemos que ayudarla a que se vaya un poquito a su casa”.
7. Buscar entornos colaborativos que nos permitan crecer laboralmente
Mientras que los puntos anteriores apelaban a qué cosas evitar, Hatum también ve como mandamiento la acción de buscar la colaboración en las organizaciones. No obstante, aclara que no se trata de “el trabajo en equipo tonto” en el que después se siguen pagando las comisiones individuales que generan rivalidad interna, sino en la colaboración con la que “crecés como profesional y seguís siendo empleable”. Este concepto lo encuentra en “poder compartir con buenos profesionales experiencias e ideas que te genera más experiencias y que cuanto más arriba estás en tu carrera, más necesitás esa experiencia y la interacción con otros”.
A partir de este punto, Del Rio lo cuestionó sobre cuándo parar de girar en la rueda de un hámster laboral. “Hay que frenar cuando te agarra un infarto o cuando tu carrera se estanca. Si estás en una rueda de hámster es porque le das tu vida a la compañía y eso es un error garrafal: no hay que dar la vida por nadie y menos por una organización”, afirmó.
8. Buscar alinear competencias y preferencias personales
Para el doctor, cuando uno trabaja en lo que le apasiona, fluye y tiene mucha energía. Por el contrario, cuando hace lo que no es de su preferencia se siente agotado porque genera competencia para poder hacerlo y el esfuerzo es mucho más grande. Por eso, insistió en que los colaboradores deben alinear competencias y preferencias personales a lo que se dedican.
En un contexto en el que hoy se debate la gratitud en el ambiente laboral y el sentimiento de formar parte de un equipo, Hatum destacó que hoy “el ambiente de trabajo es muy importante, la compensación es fundamental pero la clave es ir a la oficina para ver gente copada y no gente basura”.
9. Buscar empresas coherentes entre lo que dicen y hacen
“Del dicho al hecho hay un gran trecho”, dice el refrán popular. Para Andrés Hatum, esta consistencia es difícil de encontrar. Para analizar esta coherencia afirmó que hay que vivirla desde adentro de la organización. “Esto se ve con la lupa de la promoción y el despido. Si promocionás gente que es maravillosa generando resultados pero arrasan con la organización o despedís gente que tuvo la mala suerte de trabajar con un mal jefe, estás viendo que la compañía hace algo que está mal. Si despiden a alguien que es mala gente y no promocionan al que le esta haciendo mal o promocionan a la gente que está haciendo bien, las personas también miran eso y es un mensaje muy fuerte internamente en la organización”, desarrolló.
Por último, el Secretario General de Redacción de LA NACION le preguntó qué tres ejes ponderan a la hora de evaluar estos mandamientos y tomar decisiones. Teniendo en cuenta que está en una edad madura joven y que en el pasado hizo un cambio laboral radical por priorizar la cohesión entre sus valores y los de la organización, definió que se guía por “buscar gente copada para trabajar, tener un buen ambiente y la libertad para hacer lo que tengo ganas de hacer”.
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