El zinc tiene un rol clave en la regeneración celular; su aporte adecuado es esencial para el crecimiento infantil y para la función del sistema inmune; cómo consumirlo y en qué alimentos encontrarlo
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Es indispensable para el organismo: está presente en las células de todo el cuerpo y ayuda al sistema inmunitario a luchar contra las bacterias y los virus que lo atacan. Se trata de el zinc, un mineral que el cuerpo también usa para producir ADN (el material genético de las células) y las proteínas.
El mundo entero habla de sus maravillas y así lo hizo saber la reconocida modelo Naomi Campbell a través de un video que compartió en su canal de Youtube “Being Naomi”, donde contó cómo es su rutina de cuidados diarios. Allí, confesó que todas las mañanas, religiosamente, se prepara un batido repleto de ingredientes, entre los que incluye leche de almendras, matcha, cacao, extracto de granada y media banana, como también vitaminas y proteínas. Después, toma un suplemento de zinc.
Se trata de un mineral que forma parte de la familia de los micronutrientes (vitaminas y minerales que se necesitan en cantidades mínimas) y que se aloja en las células del cuerpo regulando varias de sus funciones. Analía Yamaguchi médica clínica especialista en Nutrición del Hospital Italiano, explica que el zinc participa en el correcto funcionamiento del sistema inmune ya que forma parte de la regeneración del mismo y colabora en el proceso de cicatrización de heridas y en el crecimiento y desarrollo de las personas durante la infancia.
De esta manera, incorporarlo se vuelve un imperativo para todos. Julio Bragagnolo, jefe de Nutrición del Hospital Ramos Mejía, comenta que se encuentra en diversos alimentos. Entre ellos se destacan las carnes rojas, las aves, los pescados y sobre todo las ostras. También lo tienen las legumbres, en especial los garbanzos, las lentejas y los frijoles; está presente en los cereales, los granos enteros, los frutos secos como las nueces y en los productos lácteos.
El especialista hace énfasis en que las personas que llevan una dieta vegetariana o vegana, “deben estar particularmente atentas a reemplazar los alimentos de manera correcta para no tener déficit de ninguna de las propiedades que el cuerpo necesita ya que la mayor proporción de zinc se obtiene de las carnes”.
Y como es de carácter hidrosoluble, y por lo tanto el excedente no se almacena en el organismo, Bragagnolo resalta que debe consumirse de manera diaria, pero en cantidades mínimas para evitar un exceso que podría resultar en náuseas, pérdida de apetito y dolor de cabeza.
A pesar de esta contraindicación, se lo considera el rey de los micronutrientes debido a los múltiples beneficios que otorga. Un informe de la National Institutes of Health (NIH), destaca que colabora con la eficacia del sistema inmunitario en tanto que lo ayuda a combatir posibles virus y bacterias. Fomenta la cicatrización de heridas y el correcto funcionamiento del olfato y el gusto, dos sentidos que se pusieron en juego durante la pandemia del Covid. A su vez, indica que “el cuerpo necesita zinc para fabricar proteínas y el ADN, es decir, el material genético presente en todas las células”.
Como todos los alimentos, debe consumirse en su justa medida. Según cifras de la NIH, en el caso del zinc, el consumo ideal varía de acuerdo a la edad. Para bebés de seis meses, recomiendan que sea de dos miligramos, para los niños de entre uno y tres, tres miligramos. A los adolescentes varones, de 14 a 18 años, les sugieren 11 miligramos, y en el caso de las mujeres, nueve miligramos. Para los adultos hombres, proponen 11 miligramos y para las mujeres, ocho miligramos.
Yamaguchi enumera una serie de consecuencias que la deficiencia de zinc trae de la mano: disminuye el desarrollo en niños y bebés, produce la pérdida de pelo y peso, altera los sentidos del gusto, la vista y el olfato, evita que las lastimaduras cicatricen con normalidad y reduce el nivel de concentración.
Al tener una gran influencia en la formación de los tejidos celulares, los especialistas consultados recomiendan el consumo de alimentos con zinc a personas de todas las edades, pero sobre todo a las mujeres embarazadas y a los niños y adolescentes que están en pleno crecimiento.