Se activan partes del cerebro que despiertan conductas primitivas; las consecuencias de un estrés exagerado por el fútbol puede desencadenar problemas graves en la salud
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“En la era de las cavernas, los humanos buscaban juntarse con los de su tribu. Hoy se juntan con los del club, el barrio o el grupo de amigos. Si esto lo llevamos a un nivel superior, agregando un apasionamiento como en el fútbol, se mezclan emoción, fanatismo, motivación y el amor no romántico”, explica Conrado Estol (M.N. 65005), médico neurólogo especialista en ACV y director del Instituto Breyna y de la Unidad de Accidentes Cardiovasculares del Sanatorio Güemes, respecto a cómo percibe el cerebro humano la pasión por el fútbol.
Según el neurólogo, las emociones que se despiertan cuando un fanático del deporte mira un partido son similares a un “cóctel de conducta anormal” donde se mezcla una pasión similar a la de Cristo, que comprende a su vez la aceptación y comprensión del sufrimiento como partes esenciales de la vida, en la que no se viven solamente sensaciones positivas sino que también hay dolor.
Gritos, llanto, risas, enojo, estrés y cansancio son algunas de las afecciones más frecuentes que atraviesan los hinchas y fieles seguidores del fútbol. Llegan a vivir esos 90 minutos con demasiada euforia, a tal punto que alteran a quienes están a su alrededor y se potencian con los otros hinchas.
Por eso es indispensable señalar la diferencia que existe entre los que son fanáticos del fútbol y los que no. Los primeros viven con mayor intensidad todo lo relacionado a su club o a su equipo de preferencia. Para Estol se trata de personas que actúan bajo un sesgo que los hace, por ejemplo, maldecir a un referee aunque esté haciendo las cosas bien, por el solo hecho de atentar contra el triunfo de su equipo. “Es una desviación hacia tus intereses y, sin importar la evidencia, vas a seguir sosteniendo aquello hacia lo que estás sesgado. Nunca vas a estar de acuerdo con el contrario”, sostiene el doctor. Por otro lado, aquellos que no son fanáticos pueden simpatizar con un conjunto de fútbol sin que se despierten en ellos las sensaciones de euforia ni angustia extrema. “Son personas que no se contagian de las conductas de los fanáticos. Sí se pueden entusiasmar pero nunca van a llegar a pertenecer al grupo de los apasionados”, explica Estol.
Neurociencias y fútbol: ¿cómo funciona el cerebro de los hinchas?
A la hora de saber qué partes del cerebro se activan, qué diferencias hay entre el funcionamiento cerebral de simpatizantes del deporte y los que no son fanáticos y cuán riesgoso puede llegar a ser para la salud atravesar ese “cóctel de emociones’', referentes hacen algunas observaciones relevantes sobre el tema.
Conrado Estol asegura que en el caso de los no fanáticos no se activa la corteza cerebral cuando miran un partido, hecho que sí ocurre en el cerebro de los hinchas fervientes. “Hay otros estudios que analizaron a quienes miran fútbol y vieron que las áreas visuales se activan en -fanáticos y no fanáticos- de la misma manera, sucede lo mismo con lo auditivo, pero por otro lado, en los más apasionados se llega a activar el núcleo accumbens que es el más profundo del cerebro y el que rige las conductas primitivas”, remarca Estol. Este núcleo es el que se aviva cuando se recibe un premio y a la vez se conecta con áreas de la memoria que rememoran lo que es la sensación del grito de la pasión, las peleas, el llanto y similares. Eso podría explicar el por qué en las tribunas de los estadios hay gente que se enloquece tanto; tiene que ver con la activación de las conductas primitivas.
“En el transcurso del partido siento que me va a dar un ataque de ansiedad, cómo cuando estás en una montaña rusa, el corazón pasa de 0 a 100 de un momento al otro, me pongo muy nerviosa. Si vamos perdiendo no quiero ver y casi siempre me duele el pecho”, cuenta Lourdes Pereyra, de 23 años, apasionada del fútbol y estudiante de Administración de Empresas.
Relatos como el de ella hay miles, incluso se ha comprobado que en ocasiones hay personas que empeoran su estado de salud debido al estrés al que se someten viendo jugar a su equipo favorito.
Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine descubrió que mirar un partido de fútbol estresante duplica el riesgo de tener un ACV. Los investigadores observaron los datos de los hospitales de Múnich durante los partidos de la Copa del Mundo de 2006 que se celebraron en Alemania. En ese entonces notaron que el número de emergencias cardíacas se duplicaba cuando Alemania jugaba partidos en el Mundial en comparación con los días en que estaban inactivos y cuando no se jugaban partidos.
“Es importante saber que no debemos minimizar el estrés ya que es un factor desencadenante de algún evento coronario o hipertensión arterial”, dice la Dra. Paola Caro (M.N. 113445), directora Médica de Vittal. A su vez, la profesional anticipa ciertos recaudos a tener en cuenta por si uno es pariente o conocido de algún fanático del fútbol con problemas de salud -ya que, como recalca el Dr. Estol, el fanático no se da cuenta y no puede por motu proprio poner un freno-. Según la Dra. Caro resulta fundamental, en casos de personas con enfermedades preexistentes o cuadros graves de salud, implementar los siguientes métodos de prevención y cuidado del corazón al momento de vivir la experiencia mundialista. En personas con enfermedades cardiovasculares que estén medicadas y bajo tratamiento médico es clave:
- No saltarse la medicación
- Evitar todo tipo de excesos en comidas y bebidas
- Descansar bien y dormir como mínimo 8 horas
“Si durante el partido se siente molestia o un dolor de pecho que se expande a la mandíbula o dolor en el brazo izquierdo, es necesario ir a una guardia para ser evaluado. Más allá de estar en época de Mundial hay que cuidarse más que nunca en momentos en los que se está bajo tensión”, destaca la Dra. Caro.
Coincide con estas afirmaciones Conrado Estol, quien además especifica que en esta época la gente fuma más, se olvida de tomar los remedios y sufre un estrés mayor debido a lo que les produce ver un partido de fútbol. Por eso, es indispensable incentivar a los fanáticos a que en casos de sufrir demasiado las emociones puedan consultar con un médico que, dependiendo del diagnóstico, puede llegar a indicar ansiolíticos o medicación para prevenir desenlaces negativos en la salud.
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