El bombardeo de amor es un fenómeno que es furor entre los jóvenes y se basa en una técnica que busca demostrar atención y afecto de forma muy insistente por medio de halagos y regalos con la intención de conquistar a la pareja y ganarse su confianza
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“Tóxico no es solo cuando alguien te trata mal, es cuando te hace sentir insignificante algunos días, y te llena de amor otros. Es cuando alguien es tan inconsistente con su amor que te lleva a vivir un torbellino de dudas sobre si es mejor quedarte en esa relación o irte”, dice Milagros de 26 años, quien fue víctima del bombardeo amoroso.
El love bombing o bombardeo de amor en español, es una técnica mediante la cual uno de los integrantes de la relación llena de amor, halagos y atenciones al otro con el fin de manipularlo y controlarlo. Cuando pasa el tiempo y el halagado/a se percata de que estas demostraciones de afecto no son genuinas, el manipulador empieza a mostrar su verdadera personalidad volviéndose más obsesivo, controlador y en situaciones, maltratador.
Tendencia absoluta en TikTok, en dicha red social el hashtag #lovebombing cuenta con más de 170 millones de visualizaciones. Uno creería que este término apareció recientemente con las generaciones más jóvenes -millennials, Gen Z, X, Y- , pero la realidad es que esta palabra que se escucha cada vez más es acuñada desde la década de los 70′. En ese entonces una secta estadounidense conocida como Unification Church of the United States, engatusaban a sus miembros a través de bombas de amor o sobredosis de afecto. Así, las víctimas, solo se sentían protegidas y seguras dentro de estas muestras de afecto y amor desproporcionados para rechazar la hostilidad del mundo exterior.
Años más tarde, intelectuales como la antropóloga Geri-Ann Galanti y la psicóloga Margaret Singer usaron la palabra love bombing para describir las estrategias de manipulación que utilizan las sectas coercitivas para captar a nuevos adeptos yendo en busca de la parte más débil del individuo, su baja autoestima, y alimentándolo con halagos y palabras bonitas de tal forma que se sienta mal por abandonar el culto.
Detectar, detener y desviar
“Todas las personas necesitamos la validación del otro para pertenecer o ser parte o para reforzar características nuestras o aspectos que necesitamos que el otro venga a fortalecernos. Cuando conocemos a una nueva persona y esta nos llena de halagos, de demostración de interés, de valoración en un primer momento uno puede relacionarlo con buenas intenciones sin darse cuenta que detrás hay manipulación, esa persona está queriendo obtener algo de vos”, aclara Sol Buscio (M.N 71610), licenciada en Psicología. Destaca la profesional que si bien hoy se habla mucho del tema en relaciones sexoafectivas, también puede ocurrir en relaciones familiares y de amistad.
Un estudio titulado Love-bombing: a narcissistic approach to relationship formation destacó que este tipo de manipulación es característico en las relaciones amorosas de personas narcisistas y con bajo nivel de autoestima. Además, recalcaron que con la presencia de Internet y digitalización, esta técnica es más frecuente en jóvenes que en generaciones anteriores.
Para Buscio, es importante reconocer las distintas fases en las que se da el bombardeo amoroso y las detalla:
1. Idealización
Se trata de idealizar al otro debido a sus acciones constantes de amor, “te hace sentir especial o único desde todas esas validaciones y halagos” para poder obtener y alcanzar eso que necesita. Demuestra tanto su amor que uno hasta llega a pensar que no es merecedor de eso. En ocasiones, las muestras de afecto llegan al límite de pedir casamiento, hablar de tener hijos o hacer declaraciones como “sé que sos el amor de mi vida” a tan solo poco tiempo de conocerse.
2. Castigo o desaprobación
Luego de esa primera fase de idealización, uno empieza a comportarse de la manera opuesta a la que el otro espera. “Cuando salís de su control aparece el castigo o la desaprobación y esto tiene que ver con generar culpa por las conductas de uno”. Si le dedicás menos tiempo, te juntás con tus amigos o le das interés a otras cosas, el manipulador empieza a tener conductas raras, deja de ser tan atento y amoroso, genera espacios de silencio y empieza a aumentar la inseguridad de qué es lo que está pasando, baja la autoestima, aumenta la culpa, el malestar, te va quitando la libertad, aparece su verdadera personalidad.
3. Agotamiento y descarte
En esta etapa lo que puede pasar es que uno al encontrarse en esa situación vuelva a empezar el mismo bucle tóxico porque el otro lo tiene controlado. Vale aclarar que estas conductas mencionadas previamente están camufladas, no son comunicadas de manera directa. Por ende, quien sufre o es víctima debe tomar la decisión de alejarse de esa persona o seguir en ese círculo vicioso. Asimismo, suena fácil pero estos vínculos son adictivos y por eso es muy difícil correrse de ellos.
Paul Eastwick, profesor de psicología de la Universidad de California en Davis, realizó una investigación que examina cómo las personas inician y se comprometen en las relaciones románticas y señala que no todos los grandes gestos deben ser señales de alarma.
En cuanto a su prevención o evasión, la psicóloga Sol Buscio recomienda empezar a darle tiempo a la construcción del vínculo, estar atento a la cuestión del espacio propio, a si hay validación exagerada. Por lo que se ha estudiado hasta ahora sobre este tipo de personas, se encontró que están dentro de una estructura mental narcisista y es muy difícil cambiarlas ya que no se dan cuenta que tienen estos comportamientos.
Una relación sana implica respeto, cuidado de ambas partes, libertad de espacios, sinceridad en la comunicación, hacer sin esperar nada a cambio. Lo recomendable es siempre trabajar en uno, en el propio reconocimiento, validación y respeto.
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