La moda se repite cada 20 años y si bien nunca llega a ser idéntica tiene una inspiración fuerte y marcada por la década en cuestión
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Hoy todos nosotros, pero sobre todo la generación Z, que se quedó casi dos años sin salir a la noche, cansada de los temas que aquejan al mundo, como el coronavirus, calentamiento global, y la guerra, encuentran un placebo en esa nostalgia de los momentos vividos en el 2000, tiempos en los que transitaban su infancia. La explicación a este fenómeno es que allí es donde encuentran las memorias afectivas de en un mundo más tranquilo. Está comprobado que la nostalgia es buena para la salud. Nos evoca una memoria positiva de tiempo o lugar. Todos conocemos esa sensación: una dulce tristeza por lo que ya no está.
El término “nostalgia” fue acuñado por médicos suizos a finales del siglo XVII, para describir la sensación de añoranza por el hogar que sentían los soldados.
Esta generación, en los tiempos que les toca vivir, necesitan anclas, es decir, cosas en las que confíen y los hagan sentir seguros para seguir adelante. También, es un sentimiento al que solemos recurrir continuamente durante nuestras vidas para reforzar nuestras emociones.
Estudios realizados por Constantine Sedikides, profesor de Psicología Social y de la Personalidad en el Departamento de Psicología de la Universidad de Southampton establecieron que la nostalgia puede actuar como un recurso al cual recurrimos para conectarnos con otras personas, para poder avanzar con menos miedo y tener objetivos más claros.
Por otra parte, Svetlana Boym, experta en lengua y literatura eslava, profesora de Harvard y estudiosa del fenómeno de la nostalgia describía en sus ensayos dos tipos de nostalgia: la reflexiva y restaurativa. La primera mira hacia el pasado con la idea de que las cosas han cambiado, y algunas lo han hecho para mejor. La segunda, sin embargo, tiene como objetivo restaurar una Edad de Oro idealizada.
Hay toda una industria atrás de la nostalgia, que se dedica a fabricar recuerdos no solamente en el negocio de la moda, donde apelan a la famosa y cuestionada frase: “todo tiempo pasado fue mejor”
De hecho, hoy es tendencia el YK2. El término Y2K (año 2000) se refiere a lo que popularmente se conoce como el efecto 2000, donde se esperaba que las computadoras y bases de datos dejaran de funcionar debido al cambio de número de dígitos entre los años 1999 y 2000. Por suerte esa catástrofe nunca llegó.
Para esa época al estilo de moda se lo llamaba de “mal gusto” y hoy en día se refleja en el “no me importa lo que me pongo, me tiene que gustar a mi y punto”. La moda vintage y la pasión por lo retro, si bien no es algo nuevo, lo vemos en auge y con mayor difusión en esta era digital. El hashtag YK2000 ya tiene más de 5 billones de posteos en TikTok con tutoriales de belleza y armado de looks.
Lo vemos también presente en algunas series como Euphoria, donde los protagonistas se visten acorde a esta tendencia. En el desfile de Valentino realizado en la semana de la moda de París, se pudieron ver 40 modelos en rosa del mismo tono que usaba Reese Whitherspon, en su personaje de la inolvidable película Legalmente rubia.
La nostalgia puede desencadenarse también al oír una canción, por eso se están escuchando tantas canciones del año 2000 reversionadas.
De pronto, todo esto nos hace viajar al pasado viendo imágenes de momentos de nuestra niñez, lugares o comidas que nos hicieron felices.
La nostalgia es muy importante en los tiempos que corren porque además es una forma de paliar los cambios fuertes que estamos viviendo, por eso transportarnos al año 2000, con seguridad, nos fortalece.
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