El hashtag #InnerChildHealing superó los 940 millones de reproducciones y demuestra el interés de las nuevas generaciones por resolver las heridas de la infancia
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Es tendencia absoluta en redes sociales y su creciente popularidad no es casualidad en estos tiempos modernos en los que -especialmente- los adolescentes y jóvenes reflexionan más sobre sí mismos y sobre cómo detectar lo que los angustia y hace bien.
A mediados del año pasado, el trend #innerChildHealing -en español, sanación del niño interior- se viralizó en Tik Tok con la finalidad de concientizar sobre traumas que ocurrieron durante la infancia y cómo “calmar a ese niño interior” y tratarlo bien para sanar las heridas del pasado.
“Es cierto que hoy los jóvenes tienen mayor información y conocimiento sobre lo que es un trauma y sus consecuencias respecto de generaciones anteriores. También hay más conciencia sobre las consecuencias que genera a largo plazo y sobre las secuelas que puede dejar en el neurodesarrollo”, destaca Javier Rodríguez Arias (M.N. 90601), médico psiquiatra del Hospital Universitario Austral.
Retomando el tema de su reciente popularización, el #innerchildhealing cuenta a día de hoy con más de 940 millones de reproducciones en Tik Tok. En su mayoría, estas reproducciones vienen de la página de inicio de la red social que le aparece a los usuarios, llamada “For You Page”, en la que aparecen videos de forma aleatoria. De otra manera, los tiktokeros tienen la opción de poder buscar el hashtag e ir eligiendo los videos sobre sanación de traumas infantiles que prefieran.
Una vez decidido a enfrentar estos problemas, el usuario se podrá encontrar con videos que hablan de herramientas para enfrentar la angustia de un trauma infantil, otros hacen reflexiones terapéuticas sobre cosas que han aprendido sobre sí mismos, otros postean fotos de su infancia y hacen de cuenta que hablan con ese pequeño y también están quienes se toman la tendencia con humor y por ejemplo, ponen en paralelo un video de ellos angustiados en la actualidad con otro de ellos bailando cuando eran niños y atravesaban ese momento doloroso. Las maneras de acercarse al niño interior son múltiples.
Inner Child Healing o cómo sanar al niño interior
Motivado en la actualidad por jóvenes, aunque no es un concepto novedoso en sí, Carl Jung y Sigmund Freud ya remarcaron hace décadas la importancia que tienen los primeros años en la vida de las personas.
Similar a lo que enunciaron Jung y Freud, la Escuela de la Gestalt -una corriente psicológica que entiende que la mente configura, a través de ciertos principios, los elementos que llegan a ella a través de los canales sensoriales o de la memoria-, fue el primer movimiento que habló del niño interior. Sus pensadores, entienden este concepto como la estructura psicológica más vulnerable y sensible del “yo” de las personas que se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que ocurren durante los primeros años de la infancia.
Según el Dr. Rodríguez Arias, un trauma es un evento emocionalmente doloroso o angustiante que puede dejar consecuencias físicas y mentales con efectos inmediatos o a largo plazo. Un ejemplo de esto puede ser el caso de un niño que de pequeño presenció fuertes peleas entre sus padres y de grande tiene problemas para vincularse con otras personas por miedo a repetir la misma historia que sus progenitores. Si bien funciona como herida emocional que se mantiene durante el crecimiento del niño, el especialista destaca que siempre se debe tener en cuenta la naturaleza, duración y severidad del hecho traumático y la exposición anterior a este tipo de eventos, antes de tratarlos.
En la misma línea y en coincidencia con el doctor, la psicóloga Mariana Kerestezachi (M.P. 95325) añade que la palabra trauma deriva del griego ”herida”. Y que según se entiende en la Psicología, existen traumas con “T” mayúscula por la magnitud de sus causas como desastres naturales, guerras, abusos, etc. Por otro lado existen otros con “t” minúscula cuyo origen está relacionado con hechos de menor importancia como por ejemplo: desprotección, indiferencia, humillación, situaciones familiares dolorosas o bullying.
“Sin embargo, las causas del trauma no determinan el daño que producen porque sus efectos dependen de cada persona, de su historia y entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo”, explica la Lic. Kerestezachi. A su vez, sostiene que el trauma, más allá de su origen, afecta a la salud, la seguridad y el bienestar de la persona. “La persona puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo y actuar en base a esas creencias ya arraigadas sin darse cuenta”, dice.
Usualmente cuando se experimentan emociones fuertes como descontento por el presente, añoranza por tiempos pasados y angustia severa puede ser porque el niño interior está herido y sufre. De la misma manera, también se debe tener en cuenta que las generaciones pasadas de la familia pueden contribuir a tener un mayor trauma. Esto se estableció en un estudio titulado “Transmisión intergeneracional del trauma a través de tres generaciones: un estudio preliminar”. En el mismo, los investigadores pudieron notar que el niño herido puede representar varias generaciones; los resultados de la investigación comprobaron que tanto los hijos como los nietos de personas que habían sufrido traumas significativos en la vida parecían verse afectados por las experiencias negativas de la primera generación.
Además, similar a la importancia de la familia en el hecho y la consolidación del trauma, la Asociación Estadounidense de Psicología publicó que las relaciones entre los padres y los tutores de niños que son cálidas, abiertas y comunicativas; incluyen límites apropiados y proporcionan razonamiento para las reglas de comportamiento; se asocian con una mayor autoestima, un mejor rendimiento escolar y menos resultados negativos, como depresión o consumo de drogas.
Ahora bien, ¿cómo detectar los síntomas de un trauma infantil? El Dr. Rodríguez Arias señala algunos de los indicios más frecuentes para tener en cuenta:
- Cambios de humor
- Baja autoestima
- Ansiedad/Ataques de pánico
- Miedos y fobias
- Somatizaciones
- Alteraciones del sueño o pesadillas
- Problemas de alimentación
- Problemas de concentración y memoria
Una vez que estos se ponen de manifiesto y persisten en la cotidianidad es importante actuar para no disminuir la calidad de vida de quien padece la sintomatología. Por eso, el doctor sostiene que: en primer lugar, estos eventos traumáticos pueden ser curados definitivamente -aunque destaca que en algunos casos pueden quedar secuelas, En egundo lugar destaca que “la psicoterapia es la primera línea de tratamiento para estas situaciones y la de mayor evidencia médica científica es la cognitiva conductual. Aunque en algunos casos se utilizan psicofármacos para acompañar el tratamiento o aliviarlo”.
Coincide con esto la Lic, Kerestezachi quien también añade la técnica específica llamada E.M.D.R. (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) que fue descubierta por Francine Shapiro, psicóloga del Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto, California en 1987. En ese entonces la profesional descubrió que los movimientos oculares en ciertas condiciones reducían la intensidad de los pensamientos perturbadores. Esto evolucionó en un método terapéutico que utiliza la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos. “Se la ha implementado con un éxito sin precedentes para la ‘desensibilización y reprocesamiento’ de traumas, tales como las dolorosas secuelas de violaciones, abuso sexual infantil, y experiencias traumáticas de guerra, cuadros conocidos con el nombre de Estrés Post-Traumático (TEPT), que pueden ser curados en pocas sesiones”, declara la psicóloga.
En su libro The Child In You, la doctora alemana Stefanie Stahl, pone de manifiesto ciertos ejercicios para poder canalizar al niño interior. Entre ellos, uno de los recomendados es tratar de observar cómo se manejó uno en la vida recientemente, qué formas poco saludables o pensamientos negativos aparecieron y qué estrategias de autoprotección se pueden observar en el comportamiento. Una vez hecho esto, la doctora incita a enlazar esas reflexiones con las identificaciones que se desarrollaron en la infancia y analizar de qué manera influyen en los problemas presentes.
Stahl también enfatiza en su libro la importancia de fortalecer al adulto interior haciéndolo desafiar las creencias de la infancia sobre el abandono o el abuso. “Hay que combatir aquellos pensamientos negativos como ‘no merezco amor porque mis padres no me lo mostraron’ con ‘solo era un niño que merecía amor y seguridad y todavía lo merezco’”, escribe.
Por último y como más destacado, conviene recordar que siempre con la ayuda profesional correcta y con el paso del tiempo, estos problemas pueden ser tratados y como remarca el Dr. Rodríguez Arias, pueden ser curados definitivamente. Asimismo, quien los padece debe entender que los hechos vivenciados en sus primeros años de vida, “forman la estructura de la mente y las emociones”, según la Escuela de la Gestalt. Por eso, su sintomatología puede llegar a ser fuerte y su sanación llevar tiempo.
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