Las posibilidades de que un narcisista modifique su comportamiento son prácticamente inexistentes, según la experta
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El trastorno de personalidad narcisista (TPN) es una condición psiquiátrica que afecta entre el 5% y el 15% de la población en el mundo occidental, según estimaciones recientes. Aunque en años recientes se ha popularizado el uso del término ‘narcisista’ para describir comportamientos egoístas o arrogantes, este trastorno va mucho más allá de simples actitudes.
Según la psicóloga británica Sarah Davies, autora del libro ‘Cómo liberarse de un narcisista’, es crucial comprender que el TPN es un trastorno de la personalidad profundamente arraigado que genera un impacto devastador en las personas cercanas al narcisista.
¿Qué caracteriza a un narcisista?
Una persona con trastorno de personalidad narcisista exhibe una serie de características definidas que, en conjunto, componen un perfil de comportamiento muy distintivo.
Davies explica que para diagnosticar este trastorno es necesario que la persona presente al menos cinco de los siguientes rasgos:
- Fuerte percepción de grandiosidad
- Necesidad patológica de admiración y atención
- Egoísmo
- Arrogancia
- Ansiedad
- Devaluación frecuente de los demás
- Creencia de que son ‘especiales’
- Convicción de que merecen privilegios
- Falta de empatía
- No asumir responsabilidad por los propios errores
- Vicios
- Miedo a la intimidad
- Agresividad
Estos comportamientos son persistentes y se manifiestan de manera consistente a lo largo del tiempo, independientemente de con quién esté interactuando el narcisista.
No se trata de un rasgo ocasional de vanidad o egoísmo, sino de una “personalidad profundamente egocéntrica que requiere una atención constante y una validación externa incesante”.
¿Pueden los narcisistas cambiar?
Una de las preguntas más frecuentes que enfrentan las personas que conviven con un narcisista es si estas personas pueden cambiar. La respuesta de la experta es contundente: “No, no cambiarán”.
Según Davies, las posibilidades de que un narcisista modifique su comportamiento son prácticamente inexistentes debido a dos factores principales.
En primer lugar, “los narcisistas no tienen una percepción genuina sobre sí mismos”, lo que significa que no son conscientes de sus propios defectos o del daño que causan.
En segundo lugar, “la motivación para cambiar surge generalmente cuando te sientes mal, pero los narcisistas no sienten arrepentimiento o remordimiento porque carecen de empatía”.
Esta falta de empatía y responsabilidad personal significa que los narcisistas rara vez, si es que alguna vez, asumen sus errores. A menudo, proyectan la culpa en los demás, acusándolos de los problemas que ellos mismos han causado. Esta dinámica puede hacer que las personas cercanas a ellos, como parejas, amigos o familiares, se sientan atrapadas, esperando un cambio que nunca llegará.
El impacto en las personas cercanas al narcisista
El comportamiento narcisista tiene efectos devastadores en las personas que están cerca. Según Davies, los narcisistas tienden a “convencerte de que el problema eres tú, que eres emocional o demasiado sensible”.
Esta manipulación psicológica puede llevar a la víctima a dudar de sus propias percepciones y a aceptar la culpa por situaciones que no son su responsabilidad. En muchos casos, estas personas experimentan un proceso conocido como ‘gaslighting’, donde el narcisista distorsiona la realidad para hacer que la otra persona dude de sus propios juicios y emociones.
Para las víctimas de abuso narcisista, el impacto emocional es significativo. La psicóloga explica que “la persona probablemente está teniendo una reacción apropiada a algo que está ocurriendo, pero siempre termina siendo su culpa”. Este ciclo de manipulación y abuso psicológico puede llevar a un estado de confusión y baja autoestima, donde la persona se siente atrapada en la relación y no puede ver una salida clara.
La dinámica con padres narcisistas
El abuso narcisista no solo ocurre en relaciones de pareja, también se manifiesta en dinámicas familiares, especialmente entre padres e hijos. Davies explica que crecer con un padre narcisista crea una serie de desafíos emocionales a largo plazo.
“Nada nunca es suficiente”, afirma la experta. Aunque el hijo logre éxito profesional o personal, siempre sentirá que no es suficiente para satisfacer las expectativas del padre narcisista.
Esta constante sensación de insuficiencia puede llevar a que los hijos de narcisistas desarrollen comportamientos adictivos, no necesariamente relacionados con sustancias, sino con el trabajo o la búsqueda incesante de logros materiales. “He visto a muchas personas con este tipo de mentalidad adictiva porque nada nunca es suficiente”, comenta Davies, lo que puede conducir a una vida de insatisfacción perpetua.
Además, muchas personas que crecieron con padres narcisistas tienden a repetir el patrón en sus relaciones adultas, buscando parejas que exhiben comportamientos similares. “Las relaciones que tenemos mientras crecemos moldean el tipo de relaciones en las que nos encontramos”, señala Davies, sugiriendo que estos patrones se perpetúan debido a la familiaridad con el abuso.
¿Cómo liberarse de un narcisista?
Liberarse de un narcisista no es un proceso sencillo. Según Davies, el primer paso es aceptar que el narcisista “nunca cambiará”. Una vez que se comprende esta realidad, es posible comenzar a trabajar en el fortalecimiento emocional propio. “No puedes cambiar a un narcisista. Solo puedes cambiar cómo lo manejas”, enfatiza la psicóloga.
Una de las estrategias más efectivas es establecer límites claros y firmes. “Es necesario reclamar más espacio en la relación, identificar cuáles son tus propios deseos, necesidades y valores, y establecer consecuencias”, dice la experta. Esto significa que la víctima debe aprender a decir ‘no’ y a proteger su bienestar emocional, sin esperar que el narcisista cambie su comportamiento.
Davies sugiere también tomar distancia física cuando sea posible. “Conseguir espacio físico te ayuda a ganar espacio mental para pensar y tomar los siguientes pasos”, afirma.
En algunos casos, cortar el contacto puede ser la mejor opción, aunque reconoce que no siempre es posible, especialmente cuando el narcisista es un padre, un jefe o un esposo. En esos casos, es fundamental aprender a manejar la relación sin que afecte tanto como antes.
El poder de la autocompasión
El proceso de liberación de un narcisista también implica trabajar en la autoestima y la autocompasión. Según Davies, muchas personas que han sido víctimas de abuso narcisista cargan con una autocrítica constante y una sensación de culpa. “Siempre llevamos con nosotros ese tipo de autocrítica y culpa también”, explica la experta. Para romper este ciclo, es esencial desarrollar una voz interna compasiva que reconozca los propios logros y valore el propio bienestar.
En última instancia, la liberación de un narcisista no es solo una cuestión de escapar físicamente de la relación, sino de reconstruir el sentido de autoestima y autovaloración.
“La recuperación realmente comienza cuando cambiás dentro de ti”, concluye Davies, enfatizando que el poder para sanar está en la propia persona, no en el narcisista.
Lidiar con un narcisista es una experiencia emocionalmente agotadora y destructiva. Sin embargo, según la psicóloga Sarah Davies, la clave para liberarse no reside en esperar un cambio que nunca llegará, sino en fortalecer el propio bienestar emocional, establecer límites firmes y desarrollar autocompasión. Solo al reconocer que el narcisista no cambiará y tomar control de la propia vida es posible comenzar el camino hacia la sanación.
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