Dejar de vivir para los demás y tener una mirada más compasiva y amorosa de uno mismo; herramientas para valorarse y vivir el aquí y ahora
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Cansancio, estrés, baja autoestima, mala alimentación y desesperación por llevarse bien con los demás. Estos son algunos de los síntomas que padecen las personas que no se tratan bien a sí mismas. Incluso, esta vivencia es más común de lo que parece y para suerte de muchos, se puede revertir y sacar provecho de ella.
“Las cuestiones que más noto en los pacientes es que se sienten mal, frustrados, ven que sus sueños o deseos no pueden ser cumplidos especialmente con la realidad económica del país y eso les produce ansiedad y enojo. Como somos seres sociales uno se compara con los otros y se siente menos que ellos”, dice el licenciado en Psicología, Marcelo Sinner (M.N. 42651).
Agrega el profesional que si bien todas las personas están expuestas, son más propensos aquellos que tienen historias personales fuertes. “Pierden el nivel de autocompasión, se comparan con otros y no se aceptan tal cual son, por eso no pueden tener una buena imagen de sí mismos”, aclara.
Un aprendizaje constante
No es una tarea fácil, especialmente si uno fue criado con la mentalidad de priorizar el tratar bien al resto. En la educación prima el ser considerado con los demás para pertenecer y relacionarse fácilmente en la sociedad, dejando de lado la valiosa misión de cultivar la seguridad propia.
Para muchos profesionales, la forma en la que los padres crían a los hijos durante su infancia es clave en la autoestima que desarrolla el entonces niño en su adultez. Justamente, la autoestima está muy relacionada con no tratarse bien.
El filósofo español Fernando Savater, autor de La ética como amor propio, dice que el problema de falta de amor propio está relacionado con que la sociedad ha sido influenciada por las creencias religiosas que argumentan que hay que tener compasión por el prójimo, cuando en verdad, lo que hay que hacer es primero darse prioridad a uno mismo, quererse y tratarse bien, preferirse en relación con el otro, como una forma de expresar su libertad. Savater señala que el amor propio no se debe confundir con ser narcisista o con enamorarse de uno mismo basado en el ego.
En su investigación, los psicólogos Robert y Lisa Firestone encontraron que el pensamiento autocrítico más común entre una población diversa es “soy diferente de los demás”. La mayoría se ven a sí mismos diferentes, pero no en un sentido positivo o especial, sino en un sentido negativo.
Según describe el Dr. Robert Firestone, cada persona tiene un «yo real», una parte que se basa en la auto-aceptación, así como un «anti- yo», una parte que se auto rechaza. El problema sucede cuando estos dos “yo” no se dan de manera proporcionada y hay mucha diferencia entre uno y otro, es decir, tener mucha auto-aceptación o demasiado rechazo.
¿Cómo mejorar la autoestima?
El arte de estar bien con uno mismo es el resultado de la práctica de la aceptación. Ahora bien, aceptación no es sinónimo de pasividad ni de resignación. Es más fácil de lo que parece aunque requiere de esforzarse.
“La clave es la aceptación de uno mismo desde una orque cuando entrás en el camino de la autoexigencia (que no tiene límites), no parás, ni valorás el presente. Cuanto más alto es el ideal, más exigencia hay para lograrlo. Uno de los trabajos es ir aceptando lo que puedo, tiene que haber un equilibrio entre lo que deseo y lo que puedo”, aclara Sinner. Y añade: “no se trata de resignarse sino de aprender cómo sobrellevar la realidad que me fue dada”.
Precisamente, a veces, dicha realidad puede estar plasmada de momentos difíciles, pero a la vez esenciales para tratar la autoestima personal. Justamente para el psicólogo, situaciones como los traumas o los duelos permiten un mayor crecimiento de la autoestima si se los enfrenta con optimismo y esperanza. “Salís con más fuerza para afrontar la vida”, dice.
Otra de las claves para empezar a tratarse mejor es el equilibrio: entender que no hay ni que vivir para los otros ni ser egocéntrico y no tener en cuenta al entorno. “Si te ocupás solo de vos, te enganchás en una cuestión narcisista que te aleja del resto y como seres humanos necesitamos estar con los demás”, sostiene Sinner. Tampoco hay que estar en el otro extremo que basa toda su personalidad y autoexigencia en tratar bien a los demás.
Añade el profesional que una buena herramienta para empezar la práctica de tratarse bien y ser autocompasivo es el mindfulness, este sirve para: equilibrar la realidad, la vida laboral, el tiempo libre y las relaciones. La meditación ordena los pensamientos y conecta con el aquí y ahora; esto es ideal ya que cuando se está muy tomado se pierde la capacidad de estar en el presente, conectar con las cosas y eso genera insatisfacción.
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