La psicóloga y especialista en crianza cuenta cómo lograr que los niños crezcan fuertes y seguros
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En un mundo con constantes estímulos, criar hijos es toda una odisea, y ser padre suele ser una de las profesiones más difíciles, exigentes y desafiantes que casi nadie se quiere perder. Que los niños crezcan sanos, independientes y seguros suele ser uno de los principales objetivos, pero, ¿cómo lograrlo?
Maritchu Seitún, psicóloga especializada en orientación a padres y referente en crianza, comentó en el segundo capítulo de Bienestar y Salud de LA NACION que todo gira alrededor de los límites y que los permitidos deben estar en equilibrio. “No hay que excederse y tampoco desdibujarlos”, dijo. Sin embargo, sucede que, a diferencia de décadas anteriores, hoy la sociedad se encuentra más relajada y a veces cuesta decir “no”. Entonces, ¿qué pasa cuando se los consiente todo el tiempo?
“Hoy los padres terminan pasándola mal porque entregan de manera permanente y se olvidan de ellos, es decir, que no tienen tiempo para sí mismos”, resaltó la especialista. Y en esta línea explicó que los adultos terminan cansados y desilusionados, porque viven bajo permanentes pedidos y reclamos de los menores, “que nada les alcanza, porque cuando tienen todo lo que quieren, es muy difícil motivarlos y estimularlos”, agregó.
Los partidarios de esta corriente se caracterizan por ser empáticos, por priorizar la charla, los momentos de conversación, la escucha y el diálogo, inclinados por el intercambio emocional. Pero no todo es color de rosas, puede pasar que estos padres se frustren, porque la entrega que hacen nunca es suficiente y las demandas de los menores se hacen cada vez más intensas.
En el otro extremo, se encuentran los autoritarios y, en algunos casos, los sobreprotectores, que son identificados por su firmeza, es decir, que marcan límites, pero que no escuchan al otro. El resultado de ello “es un hijo que no querrá salir al mundo o, en su defecto, se dará varios golpes”, explicó Seitún.
Entonces, ¿cómo se logra el equilibrio? Para Seitún, la clave está en alcanzar el punto medio entre las dos personalidades de padres. “Lo ideal sería escuchar como los permisivos, pero tener la firmeza de los autoritarios”, reflexionó, e insistió en la importancia de ponerse en el lugar del hijo, comprenderlo y, al mismo tiempo, tener la capacidad de decirle que sí o que no, y, en el caso de que la respuesta sea negativa, hacerle saber que lo “acompaño desde el dolor, ya que también fortalece”, sostuvo.
Tolerar la frustración
“La frustración fortalece”, comenta Seitún, y hace especial hincapié en que, cuando un hijo atraviesa por esta situación, es fundamental estar a su lado, sin exagerar ni minimizar el hecho. De cara a este escenario, recomienda utilizar la técnica de las preguntas para guiarlo sin darle su opinión, ya que, en tal caso, puede llegar a bloquearlo o hacerlo enojarlo y, por ende, no querer hablar.
“Para afrontar estas situaciones es bueno orientarlo a través de un cuestionario inteligente, corto y conciso que lo ayude a salir de ese estado de frustración y que pueda ver el mundo con otros ojos, desde otra perspectiva”, dice Seitún, y agrega: “Es necesario mostrarle que no está solo”.
Al respecto, dio un ejemplo: “Si un chico no fue invitado a un cumpleaños de un compañero de colegio y está triste, podría acercarme y preguntarle: ¿Por qué te parece que no te invitó? ¿Sentís que te rechaza? ¿Será que vos tampoco lo invitaste a tu festejo? El objetivo es lograr que descubra solo la respuesta”.
Y, sin ir más lejos, la pandemia potenció dicha sensación de frustración, ya que los desmotivó en gran medida por alejarlos de la vida social y privarlos de hacer sus actividades. Por ello, la especialista insiste en que hay que incentivarlos a realizar actividades en conjunto y ofrecerles propuestas de sus intereses.
Crianza y tecnología
Amarlas u odiarlas. No hay punto medio cuando se trata de las redes sociales, un fenómeno que llegó para quedarse. Se trata de un nuevo lenguaje, una innovadora forma de comunicarse y expresarse, y la crianza no está exenta de ello, ya que pasó a formar parte de la mayoría de las familias.
Frente a este universo, donde rige la exposición permanente, las innumerables fotos, la lluvia de likes y la sobreinformación, Seitún destaca la importancia de que haya todo un trabajo previo de enseñanza para que los chicos lleguen al momento de usar las redes con confianza personal y fortaleza interna. “Los primeros años de vida son fundamentales, porque arman una matriz con la que saldrán al mundo”, enfatizó.
Para concluir, destacó la importancia de transmitirles afecto, y remarcó: “Que los chicos se sientan queridos y valiosos también los hace fuertes”. Es que todo pasa por resaltarles sus virtudes y potenciar su individualidad. En caso contrario, “siempre hay tiempo para volantear y cambiar de rumbo, de intentarlo una vez más”, dijo, y concluyó que lo último que no se puede perder es la confianza y la esperanza “hasta en los momentos donde sintamos que nos equivocamos”.