La aldea de Papá Noel en Laponia, los mercados navideños típicos de Europa, las costumbres de los países asiáticos, la iluminación de Medellín y la magia de Gramado, entre otros festejos que dan la vuelta a la Tierra
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La Aldea de Papá Noel - Finlandia
Una Navidad maravillosa podría definirse simplemente como la compartida con familia o amigos alrededor de una mesa bien servida. Pero si agregamos a Papá Noel, se convierte en mágica y perfecta. Para eso, nada mejor que visitarlo en la Santa Claus Village en Rovaniemi, Finlandia. Este lugar tiene una característica muy especial: está cruzado por el paralelo que marca el Círculo Polar Ártico.
Desde hace siglos, la Aldea de Papá Noel es un parque temático de tres hectáreas que se encuentra en este rincón idílico de Laponia, en el Polo Norte, que en invierno se convierte en un paisaje de cuento de hadas cubierto por la nieve. Allí no solamente se pueden visitar la Oficina de Papá Noel (Christmas House), para sacarse una foto con el adorable personaje barbudo vestido de rojo y blanco, sino también el Correo donde dejar la carta con los pedidos para Navidad y el Taller donde se preparan y envuelven los regalos.
Algunas de las actividades para disfrutar son paseos en trineos llevados por renos o en motos de nieve a través del bosque, lanzamientos en gomones por toboganes helados y patinaje sobre hielo. En los alrededores también puede visitarse la granja de renos, que está ubicada a 15 minutos en auto de la villa, la Casa de Papá Noel en el centro de esquí de Levi (a 169 km) o incluso hacer una excursión en busca de las maravillosas auroras boreales.
En esta lindísima villa también se puede pasar la noche –e incluso recibir la visita de Papá Noel– en cabañas de madera, iglús de cristal, un hotel de hielo y un parque de casitas rodantes y motorhomes.
La manera más pintoresca de ir a Rovaniemi es a bordo del Santa Claus Express, un tren nocturno de dos pisos que viaja desde Helsinki hasta Laponia. El tren operado por la empresa VR tarda 15 horas en llegar y se puede optar por viajar en un asiento, un camarote con cama doble o una cabina de lujo. Los horarios de visita durante diciembre son todos los días de 9 a 19, pero en Nochebuena y Navidad se extienden hasta las 22, mientras que el encuentro con la Señora Claus puede realizarse de 10 a 17. La entrada al parque temático es gratuita.
Medellín se ilumina - Colombia
Sin duda alguna, los famosos alumbrados, enormes figuras metálicas repletas de luces de colores, hacen de la Navidad de Medellín la más brillante de Latinoamérica desde hace más de 50 años. En estas fiestas, la temática es Medellín: un pesebre de luz, que puede disfrutarse en la avenida La Playa, los Parques del Río y las plazas de las distintas comunas de la capital de Antioquía. Además, sobre el río Medellín se instaló una pantalla gigante de más de un kilómetro de extensión, que representa escenas navideñas.
Las 25.000 figuras del niño Jesús, María y José –que miden 15 metros de alto–, los Reyes Magos y el árbol de Navidad –de 24 metros de altura– se realizaron con 27 millones de bombitas de luz y 800 kilómetros de LED, que se encienden desde las 6 de la tarde hasta las 12 de la noche, todos los días hasta el próximo 12 de enero. Los visitantes de todos los rincones del mundo también quedarán fascinados con los rayos láser que parten de los cerros Nutibara, el Volador y la Asomadera, que forman una estrella en el cielo.
Gramado - Brasil
Entre las sierras gaúchas del sur de Brasil, Gramado se enorgullece de decir que tiene la Navidad más larga del mundo, que empieza en octubre y se extiende hasta el 19 de enero.
Visitar la ciudad en esta época del año es como sumergirse en un cuento protagonizado por Papá Noel, que parece que también tiene su hogar en las tierras cálidas de Rio Grande do Sul.
Exactamente a las 20, cada noche se ilumina la ciudad con una decoración impactante, que incluye un árbol gigante y luces a lo largo y ancho de las calles principales y paseos comerciales.
Durante el día hay desfiles, música, shows, conciertos y el espíritu navideño que florece como las hortensias, típicas de esta región.
Además se ofrecen espectáculos, como Nativitaten, con un escenario en el medio de un lago, que recrea la vida de Jesús con música y fuegos artificiales, que suelen tener las entradas agotadas.
Es uno de los destinos más buscados por los brasileños para estas fechas, que fantasean con una Navidad blanca y se abrigan con gorros y bufandas en noches apenas frescas.
Linternas y pollo frito - Asia
Aunque muchas culturas asiáticas son budistas, varias de ellas también celebran la Navidad con tradiciones propias. En Japón, por ejemplo, se realizan varias ceremonias previas a las fiestas: una es Osoji, que es la gran limpieza del año en las casas y las oficinas, y la otra es Bonenkai, con compañeros de trabajo para olvidar todos los esfuerzos compartidos durante el año. Además, los niños tienen una tradición: en Nochebuena dejan sus zapatos en la puerta de sus casas, esperando haberse portado lo suficientemente bien como para recibir un regalo de Papá Noel, a quien llaman Ong gia Noel, El hombre viejo de Navidad.
Una costumbre de muchas familias es cenar pollo frito durante Nochebuena. ¿A qué se debe esta curiosidad? Resulta que la compañía KFC organizó a comienzos de la década del setenta una campaña comercial llamada “KFC para Navidad”, que consistía en grandes barriles de pollo frito para compartir durante la celebración. Hoy, esos baldes se reservan con mucha anticipación, para no tener que hacer filas el 24 de diciembre. Luego se comparte una torta esponjosa de frutillas y crema, a la que llaman Christmas Cake, en lugar de nuestro tradicional pan dulce.
La Navidad es una de las fiestas más importantes en Vietnam, sobre todo en Hanoi y Ciudad Ho Chi Minh, donde sus calles principales se cierran al tránsito por la cantidad de visitantes que llegan a las catedrales. Sin embargo, el centro de las celebraciones es Dalat, llamada “la pequeña París” por sus villas de arquitectura francesa y una réplica de la Torre Eiffel, donde se realiza un Festival de Flores.
En India, en tanto, 25 millones de familias cristianas festejan la unión familiar, el amor y la esperanza con grandes comidas, muchos regalos y luces navideñas de colores. La diferencia con nuestras tradiciones es que los árboles no son pinos, sino palmas y hojas de mango o de otros árboles tropicales. En las iglesias de las ciudades del sur como Calcuta, Goa y Mumba se representa el nacimiento de Jesucristo, mientras en las calles se realizan concursos de villancicos.
En China también se celebran las fiestas con las famosas linternas navideñas y flores de papel. A Papá Noel lo llaman Dun che Lao Ren y los chicos cuelgan sus medias en Nochebuena para encontrar sus regalos al despertarse en la mañana de Navidad.
Mercados navideños - Clásicos de Europa
Los mercados navideños son una de las celebraciones más tradicionales del invierno europeo. Como en muchas ciudades hace mucho frío, los pintorescos puestos de madera encienden sus luces al anochecer y no solamente se venden adornos y regalos para el árbol de Navidad, sino también platos típicos muy suculentos y vino caliente, con canela y azúcar. En muchos de ellos se puede comprar también la taza de cerámica donde se sirven, para llevar como recuerdo.
Más de 300 puestos en Estrasburgo
El Mercado del Niño Jesús de Estrasburgo o Christkindelsmärij se celebra desde 1570 en la llamada “Capital de la Navidad”. En más de 300 puestos se ofrecen textiles, cerámicas y otras artesanías de Alsacia. Además, la plaza de Austerlitz se convierte en un paraíso gastronómico llamado Village des Írreductibles Petits Producteurs d’Alsace, donde los productores de foie-gras, los vinicultores y los panaderos de la región venden sus delicias para celebrar las fiestas navideñas hasta el 27 de diciembre. Desde hace varios años la Navidad en esta ciudad francesa es sustentable, por lo cual evita el uso de plásticos y prefiere los materiales reciclables en sus decoraciones y propuestas.
Dresde, el más antiguo
El mercado navideño más antiguo del mundo es el de Dresde, en Alemania. Se llama Striezelmarkt y se remonta al 1434, cuando se festejó por primera vez en la plaza Altmarkt. Sin embargo, como suele ser visitado por dos millones y medio de turistas hasta la Nochebuena de cada año, los 250 puestos se fueron extendiendo a las plazas vecinas. Su decoración característica es una inmensa pirámide navideña de 14 metros de altura, alrededor de la cual se ubican los vendedores de productos regionales como obras en madera, cascanueces en forma de soldados y velas aromáticas, más delicias de todo tipo. La estrella del lugar es el striezel, un pan dulce típico.
Entre conciertos y velas aromáticas en Basilea
El Mercado de Navidad de Basilea, que se realiza en las plazas Barfüsserplatz y Münsterplatz, rodeadas de la Catedral y otros edificios históricos, es considerado el más lindo del mundo por muchas revistas y agencias de viajes. En este lugar, mientras se escuchan conciertos de música navideña, se pueden degustar delicias típicas de la cocina suiza como quesos, salchichas asadas en panes especiados y dulces como el Basler Läckerli, o comprar juguetes de madera, velas y otras artesanías en más de 150 puestos de madera. También hay un lugar exclusivo para chicos, llamado el Bosque de las Hadas, donde pueden hornear galletas navideñas y pasear en trencito.
Poznan, como un cuento de hadas
Cada año, entre las Plazas del Viejo Mercado y de la Libertad se organiza uno de los mejores mercados navideños de Europa: el de la ciudad polaca de Poznan, a orillas del río Varta.
El lugar parece el escenario de un cuento de hadas, rodeado por casas prolijas y coloridas, con puestos donde se venden artesanías y platos tradicionales y la nieve que acompaña en esta época del año. Los máximos atractivos de este lugar son la calesita y la noria de la Plaza de la Libertad, desde la cual se admira toda la ciudad con sus luces doradas encendidas y el concurso anual de esculturas de hielo.
Madeira, el más luminoso
El Mercado navideño de Madeira, que se celebra hasta el 7 de enero en Funchal, la capital del archipiélago volcánico de Portugal, es diferente a todos los demás, no solo porque no está cubierto de nieve (en esta época las temperaturas medias son entre 7 y 13 grados), sino también porque es el más luminoso del mundo según un ránking de The Best European Destinations. En el mercado de los granjeros, los productores locales venden flores, frutas y verduras, artesanías, sándwiches de carne de cerdo marinada en vino y ajo y licores tradicionales mientras grupos locales cantan villancicos. Además, la calles de la ciudad se convierten en pasillos de luz.
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