El gastroenterólogo Facundo Pereyra, autor del libro Resetea tus Intestinos detalló la relación que existe entre el funcionamiento de esos órganos con la salud emocional de las personas
- 3 minutos de lectura'
“El intestino es otro de los cerebros del cuerpo, tiene la misma cantidad de neuronas que la médula espinal, y también tiene los mismos neurotransmisores que el cerebro”, afirma el gastroenterólogo Facundo Pereyra.
¿Cómo darnos cuenta de que hay un mal funcionamiento del intestino? fue una de las respuestas que dio el especialista: “primero debe haber un síntoma: colon irritable, gastritis, reflujo, hinchazón”, detalló También, aclaró que hay síntomas extra digestivos como por ejemplo: dolores de cabeza, hormigueo, erupción en la piel, hinchazón de manos, pies y cara, falta de energía, dolores articulares, aftas o inestabilidad anímica.
Por otra parte, explicó que el intestino está conectado con el cerebro por el “nervio vago”, que funciona como una autopista bidireccional de arriba hacia abajo, y viceversa. “Hay un cerebro más chiquito abajo comunicado muy íntimamente con el cerebro de arriba”, describió Pereyra y agregó, que si bien siempre supimos que lo que pasa arriba, impacta al de abajo, por ejemplo “nos ponemos nerviosos y nos duele la panza”, lo que sabemos hace algunos años es que algunas cosas que suceden en el intestino “pueden afectarnos en el cerebro y generarnos emociones”.
“El intestino inflamado con síntomas está más permeable es decir filtra menos las toxinas y eso genera inflamación en el sistema inmunológico”, explicó Pereyra y describió que cuando una persona tiene síntomas digestivos y extra digestivos determinados, su propuesta es “poner a descansar al intestino 7 a 10 días” para que el órgano “se sane”.
Ante la pregunta de qué significa reposar, Pereyra lo sintetizó de la siguiente manera: sacarle lo malo, que para algunas personas puede ser el gluten, el azúcar, las carnes rojas, los alimentos procesados, y agregarle lo bueno como: suplementos como el magnesio, probióticos, enzimas digestivas, Omega 3.
El especialista profundizó en ese proceso, en donde las paredes del intestino se desinflaman, deja de estar permeable y desaparecen los síntomas típicos de la gastroenterología. “La gente empieza a tener la piel más linda, la mente más clara, se ponen más contentos”, detalló al tiempo que agregó que también desaparece la ansiedad o la depresión, mejoran las articulaciones y hasta las dolencias femeninas ginecológicas.
El método entonces consiste, en comer alimentos que no generen inflamación, consumir suplementos, y también realizar prácticas de manejo del stress, como la meditación y ejercicio. “Una vez que el paciente mejora, incluimos el ayuno, que tiene muy buena evidencia para la microbiota”, señaló Pereyra.
En cuanto a la relación entre las emociones y el intestino, Pereyra subrayó que una de las primeras causas del intestino permeable “que nos inflama todo el cuerpo” es “el estrés, las emociones, haber pasado por una depresión”, y comentó que muchas veces personas que sufrieron de este tipo de situaciones desarrollan síntomas extra digestivos como, dolor de cabeza, urticaria o fatiga crónica, y pasa mucho tiempo hasta que lo diagnostican correctamente que la disfunción está en el intestino.
Sobre el final de la charla explicó que también hay riesgo de que se genere un círculo vicioso: tenemos un problema emocional, nos afecta en el intestino, luego eso nos afecta en el cerebro, que genera malas emociones y de allí nuevamente al intestino. “Hay que mejorar el funcionamiento de este órgano para poder cortar ese ciclo”, apuntó.