En qué consiste esta práctica y cuáles son las ventajas de asistir a una experiencia de un baño de sonido
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¿Qué puede ser diferente a todo lo que ya probé? Me pregunté antes de ir a una experiencia de sound bath cuando estaba de vacaciones en Tulum. Ya había probado casi todas las técnicas de relajación. Pero cuando sos inquieta mentalmente, podés absorber todo el conocimiento, pero en el momento de cerrar tus ojos es inevitable que se te cruce por la cabeza el Whatsapp que quedó sin responder o los pendientes de tu agenda. Ese continuo parloteo mental hace que te resulte tortuoso permanecer inmovil.
Al llegar a la experiencia de los baños de sonidos, me encontré con un espacio vidriado ambientado minuciosamente desde donde se veía el atardecer al lado del mar. Adentro había colchonetas cómodas en las que el público (de distintas nacionalidades) llegaba y se acostaba. Nos recibió una italiana que no nos explicó mucho sobre lo que íbamos a hacer. Sólo dio algunas instrucciones básicas pero precisas: “Te vas a acostar. Vas a cerrar tus ojos. No es necesario que estés quieto y rígido. Sólo fijate de tener la flexibilidad suficiente para poder capitalizar esta experiencia”.
Canciones de cuna para la mente
Aunque la palabra “baño” puede traer imágenes de una ducha relajante con música, no involucra agua. Te bañás con los sonidos y vibraciones que producen diferentes instrumentos como gongs, diapasones, cuencos de cristal, cuarzo, campanas y hand drums (... entre muchos otros).
Los primeros 10 minutos fueron desafiantes para mí. Las vibraciones se entrelazaban con el ruido de mi mente. Mientras mantenía una charla conmigo misma sobre el pasado y el futuro.
Al pasar los 15 minutos ese diálogo se fue desvaneciendo y entré en un estado de ensueño. Por momentos me venían imágenes de personas. Otros recuerdos vagos. Quizás en otros instantes me dormí o simplemente mi mente quedó en blanco. Perdí el “control” mientras sentía que el sonido me masajeaba y mis músculos se relajaban tanto que mi cuerpo permanecía inmovil (... algo impensado en mí).
Hasta que después de 50 minutos escuché una voz que me indicaba que volviera a conectar con el ritmo de mi respiración. Por primera vez, no quería que la experiencia terminara.
Cuando salí pasé, de casualidad, por un espejo y ví mis rasgos distendidos. Pero sobre todo no podía creer el estado de mi mente. Fue como si me hubieran absorbido el cansancio (parloteo) mental. Y al otro día, al despertar, estaba mucho más enérgica y revitalizada.
Fue ahí que empecé a indagar sobre sus beneficios. “¿Cómo los baños de sonidos terminaron en todas partes?”, titulaba The New York Times. En cambio, en otros medios aparecía el gurú de los negocios Richard Brandson o la actriz Kate Hudson testificando cómo los usaban para sacudirse el estrés y lograr mayor foco.
¿Cómo actúan los baños de sonidos en las mentes más inquietas?
Básicamente, a través de las distintas frecuencias del sonido, las ondas cerebrales se ralentizan. Se altera del estado de vigilia normal que solemos tener (beta) al estado relajado (alfa) y más profundamente al estado de ensueño (theta).
Fue a partir de mis siguientes viajes que empecé a tomar en distintos lugares de Tulum (que con su espíritu cosmopolita, es el paraíso de los sound baths).
Muchos de esos instructores, más tarde se convirtieron en mis maestros de sonido. Y casi sin darme cuenta (y por búsqueda personal) aprendí a tocar uno a uno esos instrumentos para indagar en sus beneficios.
- Con un maestro maya me interné en la selva para replicar los sonidos de la naturaleza. Tienen la frecuencia 432 HZ que es la misma que está en la naturaleza. Por eso, los sonidos nos resultan tan familiares y nos relajan fácilmente como si estuviéramos en el medio del campo aunque estés en plena ciudad.
- El hand drum que relaja físicamente a la vez regula el sueño, uno de los efectos más notorios para quienes lo toman por primera vez y a dormir en paz cuando termina el día.
- Aprendí sobre los twinning forks para saber cómo las distintas frecuencias pueden darle a cada sesión un efecto distinto (desde relajación hasta mayor creatividad y foco). El Gong con Don Conreaux: es un instrumento ancestral intra vibracional que calma los pensamientos recurrentes y alivia la ansiedad.
- Los cuencos tibetanos y de cuarzo cuya vibración penetra por los poros de la piel y relaja físicamente como si fuera un masaje sonoro.
Y cuando la mente se calma, cuando los baños de sonidos se practican regularmente, aparece “la escucha” a través de la auto indagación. Se dice que es la forma que tiene el ser humano de activar su capacidad de discernimiento.
Si tenés una situación con la que estás lidiando, nadie te va a dar recetas para que la soluciones en “5 simples pasos”. No adorás a ningún gurú. Ni seguís técnicas rígidas. Sino que vos te convertís en tu propio maestro. Y ese es para mí -en esta y en otras técnicas-el nuevo código del bienestar.
La escucha en un baño de sonido te da poder para ser autosuficiente. Para tener tus propias respuestas y dejar de absorber como esponja lo que nos marca nuestro entorno.
Los baños de sonidos te ayudan a atravesar con calma y claridad tus propias victorias y fracasos.
… porque se dice que tal como “escuchás” es también como experimentás tu día a día.
* La autora es facilitadora internacional de baños de sonidos