El 36% desconoce que es una enfermedad que puede generar discapacidad y el 20% cree que es curable
Lo que los argentinos sabemos sobre la artritis reumatoidea, una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a las articulaciones, no sólo es poco, sino que en algunos casos incluso es erróneo. Eso es lo que muestra una reciente encuesta realizada por la consultora Ipsos-Mora y Araujo, con el fin de establecer el grado de conocimiento de la población general sobre esta enfermedad. El diagnóstico precoz es fundamental para evitar la discapacidad que se asocia a su evolución.
Según la encuesta, el 61% ha oído hablar sobre la artritis reumatoidea, pero al mismo tiempo el 36% dijo desconocer que se trata de una enfermedad que puede generar discapacidad a largo plazo. Por otro lado, más de la mitad de las personas encuestadas dijo creer que esta enfermedad sólo afecta a las articulaciones.
Y si bien las articulaciones de las manos, los pies, los codos, las rodillas y el cuello son el blanco inicial del ataque de las propias defensas del paciente, lo cierto es que la enfermedad puede atacar también los tejidos de los ojos, de los pulmones y de los vasos sanguíneos. Es por eso que, sin tratamiento adecuado y temprano, la artritis reumatoidea puede acortar la expectativa de vida de los pacientes.
Otros errores de información observados por la encuesta, realizada en febrero entre 1200 adultos, son: el 20% cree que la artritis es lo mismo que la artrosis (son dos enfermedades distintas) y el 43% desconoce que la artritis reumatoidea puede acortar la vida.
Diagnóstico tardío
La falta de conocimiento sobre la enfermedad, que en la Argentina afecta a alrededor del 1% de la población adulta, se traduce en tasas bajas de diagnóstico y tratamiento precoz. Un estudio realizado en la ciudad de Buenos Aires y en varias provincias (incluidas Buenos Aires, Córdoba, Salta y Río Negro) mostró que los pacientes tardan, en promedio, 13 meses en llegar a la consulta con el reumatólogo.
"Las guías internacionales y locales de artritis reumatoidea señalan que el tratamiento debería comenzar entre 2 y 4 meses después de la aparición de los síntomas", señaló el doctor Gustavo Citera, jefe de la Sección Reumatología del Instituto de Rehabilitación Psicofísica de Buenos Aires. Es entonces cuando el tratamiento con drogas modificadoras de la enfermedad (Dmard, según sus siglas en inglés) permite evitar el daño estructural de las articulaciones, que lleva a la discapacidad.
En la Argentina, comentó el doctor Eduardo Mysler, médico reumatólogo y codirector de la Organización Médica para la Investigación (OMI), "es un porcentaje menor el de los pacientes que son diagnosticados en los estadios precoces de la enfermedad. La mayor parte de los pacientes no llega temprano ni al diagnóstico ni al tratamiento".
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