Mucho se habla de las dietas de muy bajas calorías (VLCD, según sus siglas en inglés), la mayoría de las veces sin conocer su utilización, su evolución científica o su razón de ser.
Un informe realizado por la Obesity Task Force (agrupación dedicada al estudio y lucha contra la obesidad que agrupa a científicos de todo el mundo) y por Scoop (agrupación europea para el estudio y tratamiento de la obesidad) concluye, luego de examinar y revisar más de 400 estudios clínicos realizados hasta la fecha en personas que utilizaban las VLCD, lo siguiente:
1.– Es la dieta más estudiada de todas las dietas para reducir peso.
2.– Comprueban "verdades" absolutas, como ser: que un descenso lento y moderado de peso es más efectivo y que el descenso rápido es inseguro son conceptos absolutamente erróneos.
3.– Hasta 2002, 30.000.000 de personas habían realizado este tipo de tratamiento. Al día de hoy, aparentemente 55.000.000 de personas desde 1970 han participado de estos programas entre 400 y 800 calorías.
4.– Las dietas de VLCD parecen ser superiores a las LCD (dietas bajas calorías, de entre 900 y 1200) y a los "planes de alimentación" en lo que hace al descenso seguro y al mantenimiento a largo plazo.
5.– Son un método seguro y eficaz en el descenso de peso.
6.– Monitoreos clínicos realizados en más de 50.000 personas en períodos prolongados de VLCD no mostraron alteraciones en los análisis de laboratorio ni en el electrocardiograma.
7.– Son dietas prácticas, no impiden realizar una vida normal, son eficaces, seguras y generan saciedad sin uso de medicamentos.
8.– Balanceadas con suplementos, minerales, aminoácidos, vitaminas e hidratación nos harán en largo plazo un insignificante número de reacciones adversas.
9.– Se demostró que no generan incremento de cálculos biliares.
10.– No hay una sola prueba de que generen aumento o empeoramiento de trastornos alimentarios (como bulimia, compulsiones, atracones, anorexia).
11.– No existe ninguna dificultad agregada común a cualquier dieta que impida un buen mantenimiento.
12.– Los estudios de pérdida de calcio demuestran que lo que se pierde es lo que se agrega al aumentar de peso. La densidad ósea no se hace insuficiente nunca.
13.– El yo-yo (efecto cíclico) no es patrimonio de estas dietas, sino del obeso con todas las dietas.
14.– Son apropiadas no sólo para obesidad mórbida sino para cualquier nivel de sobrepeso (Estudio de Minessota).
15.– No hay razón científica que avale la interrupción ni el uso del método. Es más: es muy desmotivante tener que interrumpirlo.
16.– Viejos estudios informaban pérdida de masa magra (proteínas), lo que las hacía probablemente peligrosas. La revisión de éstas mostró que no hubo validación ni control confiable en ellas.
17.– La pérdida de masa magra se daría sólo de quienes tienen un índice masa corporal (BMI) menor de 20.
18.– La pérdida de masa magra (muy poca) es inherente y necesaria a la pérdida de peso global, ya que el aumento de peso no es 100% grasa.
19.– Es preferible su uso continuo antes que el uso intermitente.
20.– Existe sobrada justificación tanto médica, científica como poblacional por el uso de dietas VLCD, sean líquidas o sólidas con un nivel energético menor a 800 calorías.
Concluimos que, como en cualquier dieta para perder peso, la supervisión médica idónea es necesaria para su implementación tal cual es el camino que se utiliza para cualquier medicación dada para otras enfermedades.
Estos informes de valor estadístico mundial clínico y científico demuestran cuántas palabras de más o apresuradas deberían ser calladas.