Luego de un “accidentado” comienzo de año, el cantante pudo empezar su gira “Atlántico a pie”; las frases que conmocionaron a sus seguidores y se convirtieron en verdaderas enseñanzas de vida.
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Lo chocó un auto mientras andaba en bicicleta, se rompió las costillas, se recuperó y días antes de su esperado regreso al escenario, fue diagnosticado con Covid positivo. Diego Torres no se deja vencer por la adversidad y avanza cueste lo que cueste. El pasado fin de semana la espera llegó a su fin con el lanzamiento de su último disco “Atlántico a pie”. El artista cantó ante un público de más de 3000 personas en el Teatro Gran Rex y, como siempre, logró emocionar hasta las lágrimas a sus fans.
Tras contraer coronavirus, tuvo que posponer una semana sus shows en Buenos Aires.
Anécdotas, risas y lágrimas. Quienes tuvieron el privilegio de escuchar sus canciones vivenciaron todo tipo de emociones. Diego movilizó a sus seguidores con sus relatos sobre los momentos difíciles que tuvo que atravesar en los últimos años. Contó cómo le afectó la cuarentena sin valijas ni escenarios y cómo aprovechó para trabajar duro con su compañero Yadam para dar lugar a las canciones “Veneno” y
El autor de “Color Esperanza” no defraudó a su audiencia y les brindó un show especial donde conectó con sus fans a través de algunas frases que conmocionaron a sus seguidores y se convirtieron en verdaderas lecciones de vida.
Las cuatro “lecciones” que sorprendieron al público
1. “Nos damos cuenta de la importancia de volver después de lo que pasó. La pandemia nos hizo dar cuenta qué era lo importante, cuántas cosas teníamos ahí y no le dábamos el verdadero valor. Así somos los seres humanos, nos tienen que faltar las cosas para darnos cuenta qué es lo importante”, reflexionó dando paso a “Amanece”, un tema que habla sobre “ese mundo que se detuvo”. El cantante puso la emoción a flor de piel de sus seguidores cuando contó que estaba emocionado por la presencia de su amigo de la infancia Gonzalito, quien estuvo al borde de la muerte y que gracias a Dios y a los médicos, lo estaba acompañando desde la platea.
2-“Llegar acá fue como una carrera con obstáculos. Venía todo muy bien y cuando ya estábamos en la recta final, estaba entrenando en mi bicicleta y, en una de esas vueltas, se me apareció un auto que me llevó puesto. Y de repente, me vi en el aire diciendo: ‘¿y los conciertos?’ En el auto venía un chico con su padre, que lo miró como diciendo: ‘¿este es el boludo que canta?’”, contó haciendo estallar de risa a toda la platea. Tras ese chiste que le dejó una costilla quebrada y lo convirtió en el “abuelo de Heidi por unas semanas”, llegó el “maldito Covid” que lo obligó a reprogramar tres de sus cuatro fechas en el Gran Rex. “Pero finalmente estamos acá, así que agradezco que hayan venido”, lanzó ante un efusivo y generalizado aplauso. Y luego dio paso a su gran himno, ese que lo llevó a cantar en el Vaticano y sigue vigente, como bandera de optimismo, a través de los años: “Color Esperanza”.
3. “En la vida no necesitamos tantas cosas para ser feliz”, exclamó el gran protagonista de la noche mientras una lluvia de papelitos metalizados anunciaban el final del espectáculo. Y cuando parecía que el show estaba a punto de terminar, un momento mágico se apoderó de la sala.
4. “A veces la vida aprieta pero está bueno que eso suceda. Es sinónimo de que estamos vivos y, como decía mi querida mamá (que tuvo una vida intensa), desgraciadamente uno aprende más de los momentos difíciles. Son tiempos complicados para todos y cuando te pasan cosas de vida o muerte es cuando tomás dimensión y hacés foco donde hay que hacerlo. Gracias por venir a compartir esta noche”, finalizó ante el efusivo aplauso de pie. Luego, el cantante se secó las lágrimas y balbuceó: “¡Gracias, gracias por estar acá!