Según la terapeuta norteamericana Evan Imber-Black, encierran historias vergonzosas que pueden dañarnos
Con muchas vacilaciones, Sara consultó a una terapeuta a los 37 años. Era la primera vez en su vida que se animaba a relatar su experiencia de haberse criado en una familia que estaba completamente organizada alrededor de la adicción de su madre a los tranquilizantes. "Mi padre es médico. Hasta ahora, él le hace las recetas. Mamá nunca se levantó con nosotros por la mañana. Cuando llegábamos de la escuela, estaba tirada en su habitación. Nunca llevé amigos a casa pues se suponía que nadie debía saber. La peor parte era que debíamos actuar como si no supiéramos. Una vez, cuando tenía 12 años, traté de preguntarle a papá qué le pasaba a mamá. Hizo como que no oía y cambió de tema. Mi familia se manejó siempre con el no preguntes, no cuentes ...", narró tras varias sesiones.
Una pareja de más de setenta años quiso realizar una entrevista de terapia familiar con sus dos hijos adultos para decirle al hijo de 36 años, Pedro, que era adoptado. Lo miró a los ojos y le contó. Con una mezcla de tristeza y alivio, Pedro dijo: "Lo sé desde hace años. Encontré documentos cuando tenía 11, y se lo confié a mi hermano cuando éramos adolescentes. El siempre me dijo que no debía mencionar nada, y nunca supe cómo decirles a ustedes . Tuve miedo de preguntar".
De aquí y de allá
"Cuando se toca la cuerda íntima de una familia, es muy posible que se encuentre un secreto", afirma Evan Imber-Black en su libro La vida secreta de las familias , de la colección Terapia Familiar de Editorial Gedisa. Según la autora, se pueden guardar secretos ante el cónyuge, los hermanos, los padres, los hijos, los mejores amigos, o se pueden tener secretos compartidos con estas mismas personas. Hay secretos que toda una familia guarda ante el mundo exterior con el deseo de protegerse y el temor de ser estigmatizada: que una hija nació cinco meses después del casamiento o que las vacaciones de un mes de la madre fueron una estadia en un centro de rehabilitación para drogadictos... Hay secretos que tienen como objetivo mantener el poder sobre otra persona, y otros que todos conocen -como el alcoholismo- que impiden que una familia cruce sus propios límites rígidamente defendidos y pueda pedir la ayuda externa que necesita.
Como testigo de la complejidad de estas zonas grises de las vidas familiares, la terapeuta Imber-Black sabe que a la hora de tratarlos todo depende de cada situación. Y está convencida de que para muchas personas los secretos causan sufrimientos psíquicos graves. En una entrevista realizada durante su reciente estadia en Buenos Aires como oradora principal del Seminario Internacional Secretos Familiares, organizado por la Fundación Aiglé con colaboración del Ackerman Institute for the Family, de Nueva York -en el que Evan Imber-Black es directora del Programa de Desarrollo-, la ex presidenta de la American Therapy Academy echó algo de luz sobre el tema.
-¿Cómo comienza un secreto?
-Los secretos son las cosas vergonzantes para una determinada cultura, o tal vez para la subcultura de una determinada familia, raza, grupo étnico, religioso, clase social o sexo, cuyo proceso de socialización hace que de ciertas cosas no se hable. Siempre hay un contexto que contribuye a la creación de un secreto. Si nos fijamos en la historia, hay temas que son secretos en ciertos momentos y cuando la cultura cambia dejan de serlo. Así, la gente a veces aprende a hablar acerca de ellas, a veces no, y surgen secretos nuevos.
-¿Se pueden clasificar?
-Los que nos interesan para la terapia son los secretos nocivos y los peligrosos. Los primeros envenenan las relaciones, pues las historias clave de las familias permanecen silenciadas e inaccesibles, y cercenan nuestra capacidad para realizar elecciones claras y para participar en relaciones auténticas. El precio emocional es muy grande. Son las infidelidades, los secretos financieros, secretos relacionados con el trabajo o las conversiones religiosas, entre otros. Los secretos peligrosos ponen a la gente en peligro inmediato: abuso sexual, adicciones severas al alcohol o las drogas, amenazas de suicidio o asesinato. Estos a menudo exigen una acción rápida e inmediata para salvaguardar la vida.
-¿Qué diferencia hay entre lo privado y lo secreto?
-En mi trabajo con familias descubrí que la distinción es resbaladiza. La pregunta crítica es: ¿afecta la capacidad del que no sabe para tomar decisiones en la vida? Por ejemplo, una mujer con SIDA puede ser acusada de guardar un secreto ante sus vecinos o en el trabajo, cuando en realidad está actuando amparada por su derecho a la privacidad. Pero cuando esa misma mujer se niega a contar a su compañero sexual que es HIV positiva, ésa deja de ser una conducta privada para transformarse en un secreto peligroso pues afecta directamente a la otra persona.
-¿Cómo se desarrollan las relaciones familiares cuando se esconde un secreto?
-Cualquiera sea su contenido, funcionan como imanes: atraen a algunos miembros y rechazan a otros. Las repetidas coaliciones familiares, la cercanía y la distancia, la intimidad y el extrañamiento, todo deriva de la presencia de los secretos. A medida que se consolidan, la familia queda atrapada aunque tenga el deseo de liberarse.
A veces sucede que el costo del secreto es demasiado grande ya que hay quienes sufren por su causa, desarrollan síntomas psiquiátricos, o tienen una gran ansiedad. Un ejemplo claro es el del niño que pensaba que quien era su padre era en realidad su padrastro, pues su padre había muerto. Cada año, cerca de la fecha del aniversario de la muerte de su padre, se metía en grandes problemas...Por supuesto que recibía signos de su entorno: su madre se sumía en una gran tristeza, se aislaba, él notaba que sus padres se distanciaban. Por otra parte, la intimidad general de los adultos estaba afectada por guardar el secreto del niño. Cuando hay un secreto esencial, hay cada vez más temas de conversación que no pueden ser abordados por temor a que, si se toca este tema, pronto se hablará de tal otra cosa y enseguida se llegará al secreto.
-¿Hay reglas generales para manejarse con un secreto?
-Vaya despacio, no lo ventile en medio de un festejo familiar ya que aunque todos sus familiares se hallan presentes, y puede parecer más rápido y fácil, las emociones ese día son particulares y no ayuda. Es mejor pensar a quién se quiere informar y en qué orden... Prevea las reacciones de la gente -en las mejores y peores circunstancias-, y piense cómo responderá usted. Si cree que la familia se va a convulsionar mucho con el tema, elija a las personas que crea que lo apoyarán más.
La gente tiene que pensar si está preparada para afrontar a largo y a corto plazo las consecuencias de su revelación. Pues si se va a revelar un secreto, hay que tomar la responsabilidad acerca de lo que se genera. Muchas veces se restablecen las relaciones, pero lleva tiempo y hay que estar dispuesto a tener paciencia. He visto parejas homosexuales que han admitido su condición y las familias han dejado de hablarles por años. Ahora, si ellas también reaccionan así, entonces no se va a ninguna parte. Pero muchas veces finalmente hay una reconciliación.
Los mitos de la TV
Evan Imber-Black explica que los talk shows han creado un poderoso modelo para la revelación de los secretos en nuestra cultura, pero que este modelo contiene muchos mitos nocivos. Algunos de ellos son:
- Los secretos dolorosos se pueden revelar sin considerar los posibles efectos sobre las relaciones estrechas involucradas.
- Contar un secreto es en sí mismo curativo.
- Cualquier tema que contengan los secretos se resuelve espontáneamente.
- No existe una esfera legítima de privacidad.
- La seudointimidad y la seudocomunidad pueden reemplazar a los vínculos genuinos.
- Los extraños tienen el derecho de juzgar y criticar, sin conocer la totalidad de la historia.
- Contar un secreto por la TV convierte instantáneamente a una persona en una celebridad.
- Cinco minutos de relación irresponsable con un experto , que presume saber qué es lo mejor para la vida de otra persona, puede resolver todos los problemas que ha creado un secreto.