El ministerio de Salud anunció que a partir de hoy se dejará de aplicar la vacuna oral Sabin contra la poliomielitis, y sólo se utilizará la inyectable tipo Salk. La decisión fue tomada en el marco del programa ampliado de inmunizaciones. "Es un hecho histórico", afirmó Carla Vizzotti, viceministra de Salud, quien además está a cargo del reporte sobre el COVID-19 cada mañana.
Mirta Roses, titular de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, comunicó la medida con orgullo: "Hoy estamos todos muy emocionados al darle la despedida a las gotitas que nos ayudaron terminar con la polio y que usamos en el país en operativos masivos desde el año 1971".
La especialista explicó que desde ahora se aplicará sólo la vacuna inyectable tipo Salk, que es más completa que la Sabin y presenta menos posibilidades de generar complicaciones. El nuevo esquema pasará de la actual oral bivalente (bOPV) más conocida como Sabin, a la vacuna inactivada (IPV) también conocida como Salk y constará de 3 dosis a los 2, 4 y 6 meses de edad y un refuerzo en el ingreso escolar entre los 5 y 6 años.
Viazotti remarcó que falta muy poco para erradicar la segunda enfermedad del mundo después de la viruela: "Esto es gracias a las vacunas, que nos igualan y son una prioridad, una política de Estado en este país". Además aseguró que se tuvieron en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): se estima que la vacuna pudo evitar más de 16 millones de casos de parálisis por el virus.
Según los reportes de la OMS el año pasado se notificaron 156 casos de polio en todo el mundo y en dos países, Afganistán y Pakistán, la enfermedad sigue siendo endémica. En nuestro país el último caso registrado de poliomielitis fue en 1984, mientras que diez años después, en 1994, la región de las Américas fue la primera en ser declarada libre de la enfermedad.
Sabin oral: ¿qué significa el cambio de gotitas a inyectables?
Viazotti reconoció que "la aplicación de la vacuna inyectable no será tan fácil como las gotitas". Recordemos que la Sabin oral comenzó a utilizarse en 1971 y se mantuvo durante casi medio siglo vigente por su fácil aplicación, el bajo costo y la capacidad efectiva de combatir en un nivel masivo el "virus salvaje" en el estómago.
La discusión sobre la transición comenzó hace ya varios años, pero la cuestión central era si los insumos serían suficientes para concretar el cambio. "Si la Argentina decidiera formalmente inocular sólo con la vacuna inyectable, en pocas semanas se podría abastecer esa demanda. El problema serían si todo el mundo abandonara la Sabin oral al mismo tiempo", explicaban el año pasado distintas fuentes de la industria en el taller "En busca de la vacuna contra la desinformación", que tuvo lugar en Cartagena, Colombia.
Ante la confirmación de que no habría riesgo de faltantes para los países americanos, que son provistos por el fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), muchos especialistas locales e internacionales coincidieron en que era apropiado hacer la modificación para no bajar la guardia y seguir en el camino correcto hacia la erradicación de la poliomielitis.
Antecedentes del fin de la Sabin oral
No está demás recordar que la enfermedad es producida por el poliovirus, que se transmite a través de secreciones respiratorios o por la ruta fecal-oral, y como el ser humano es el único reservorio, los casos de polio disminuyeron más de un 99% gracias a la vacuna.
La primera vacuna desarrollada contra la poliomielitis, una enfermedad muy contagiosa que no tiene cura y afecta principalmente a los niños, fue presentada oficialmente el 12 de abril de 1955 por el presidente norteamericano Dwight Eisenhower y desarrollada por Jonas Salk. En Argentina, comenzó a aplicarse al año siguiente.
En 1961, Albert Sabin desarrolló la vacuna que, a diferencia de la Salk, además de ser vía oral, era elaborada a partir de "virus vivos", y esto permitía que de la misma manera en que la enfermedad se contagia, la vacuna transmita la inmunización.
En 2016 Argentina, junto con otros 122 países, eliminó la vacuna Sabin trivalente, que fue reemplazada por la bivalente (oral, tres dosis) y la Salk (inyectable, dos dosis), con mayor grado de seguridad. Ahora llega esta nueva modificación y se abandona completamente la Sabin oral, y se apuesta a la aplicación de la Salk inyectable.
En la resolución del Ministerio de Salud de la Nación se explica que la vacuna Sabin ya cumplió su objetivo final: controlar y erradicar los brotes provocados porpoliovirus (PV) salvajes disminuyeron un 99%, de 350.000 estimados en 1988, a 156 notificados en 2019.
De esta manera, la medida fue tomada bajo el argumento de que la vacuna tipo Salk resulta más completa para combatir todos las variantes del virus, y por eso, Roses destacó: "Es histórico que en medio de una pandemia y de una situación económica tan difícil se decida dar este paso, necesario desde el punto de vista sanitario, y mas imperativo desde el punto de vista médico y más equitativo desde el punto de vista social".
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