La reserva natural Los Colorados, cercana a la capital riojana, sorprende con sus formaciones y color impactante; además, dos parques ideales para ir con chicos
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Podría presentarse como una visita a Marte. Sí, al Planeta Rojo. Todo, hasta el nombre, traslada más allá de la órbita terrestre: el suelo colorado, unas imponentes formaciones esculpidas por el viento al tono con el suelo, aridez y desolación que se ve de lejos, en la ruta nacional 74. Los Colorados es seguramente uno de los secretos mejor guardados de La Rioja, una especie de hermano menor del Parque Nacional Talampaya, pero más rojo y mucho menos visitado.
Esta reserva natural, con murallones formados por arenisca, greda, arcilla y abundante óxido de hierro que le da ese color tan vibrante, está habitada por una pequeña comunidad, que se encarga de cuidarla y de recibir a los visitantes.
Hasta hace 10 años era de libre acceso, la gente la visitaba sin control, escribía sobre las rocas históricas, no la cuidaba, pero luego que se declaró reserva de usos múltiples, los habitantes preservan este patrimonio que transporta a la era Mesozoica por su formación geológica y atesora arte rupestre del tiempo de los diaguitas. También es conocida porque en una de sus cavernas se escondía Chacho Peñaloza de la persecución de los unitarios, uno de los caudillos más queridos por los riojanos, que le da nombre a la seudomoneda que desde hace unos meses empezó a circular por la provincia.
“Somos 72 habitantes de 25 familias, tenemos nuestras casas, una escuela y un restaurante con platos típicos a base de cabritos, que se crían acá”, cuenta Iván, uno de los lugareños que oficia de guía y lleva a recorrer las formaciones más curiosas de la reserva. Aunque el circuito se realiza en camioneta, se hacen paradas para trepar por las formaciones, caminar entre cardos y contemplar el inusual paisaje, donde se filmaron varias películas.
El pueblo Los Colorados, a 106 kilómetros de La Rioja ciudad, nació con el ferrocarril, cuando el Belgrano Norte cargado de oro y plata que transportaba desde las minas de Chilecito hacia el puerto de Rosario, atravesaba la zona. Todavía quedan algunos vestigios, como la vieja estación, casitas hechas con durmientes y las vías abandonadas que atraviesan la reserva, porque el último tren pasó en 1989. Las mujeres se dedican a la cosecha y procesamiento de algarrobo, harina que venden en la recepción del complejo.
Los Colorados es uno de esos atractivos para descubrir que merecen incluirse en la hoja de ruta por la provincia norteña y que se suma a la propuesta que se ofrece para paseos por el día desde la capital riojana.
Otro imperdible, especialmente si se viaja con chicos, es el Parque de Dinosaurios, muy cerca de Villa Sanagasta. Está a 31 kilómetros de La Rioja y se llega por un camino panorámico, de curvas y contracurvas, rodeado de montañas, el gran dique Los Sauces y quintas con nogales y durazneros, refugio veraniego de los riojanos.
De lejos impactan las réplicas de dinosaurios a escala real, que se desparraman en un gran valle, donde hubo aguas termales y géiseres. “La única especie que pasó por esta zona es el Titanosaurio, el dino más grande del mundo”, explica Araceli, la guía, y agrega que se encontraron entre 80 y 90 nidos del Cretásico tardío, de entre 60 y 90 millones de años. “Los huevos están enterrados un metro bajo tierra y pertenecen a diferentes períodos de incubación, que se determinó por el grosor de la cáscara”, agrega. Estos dinosaurios eran nómades, pero elegían este valle para nidificar. La actividad hidrotermal del lugar los ayudaba con la incubación.
Se pueden hacer dos circuitos guiados: el clásico de una hora, para recorrer el valle entre las réplicas y el circuito nido de libertad, de tres kilómetros, que lleva hasta un nido original con 25 huevos petrificados, protegidos por una cúpula de vidrio, con una antigüedad de 80 millones de años.
En el parque, además del Titanosaurio, se ven dinosaurios que habitaron en otras regiones del país, como el Iguanodón, el Abelisaurio y el Carnotauro. Están construidos en piedra calisa y fibra de vidrio y pintados con pintura para auto, para evitar que pierdan color por la exposición al sol.
Otra alternativa, también como paseo desde la ciudad de La Rioja es el nuevo Parque Natural y Arqueológico El Saladillo, inaugurado el año pasado a 10 kilómetros del centro, que revive la historia de la región.
Entre la abundante vegetación se destacan las ruinas de lo que fue una antigua estancia jesuítica llamada La Saladilla abandonada durante décadas.
También se cuenta la vida de miles de esclavos que fueron traídos de África en un circuito con asombrosas reproducciones en tamaño real donde se los ven en diferentes tareas cotidianas y trabajos, especialmente la elaboración de tejas en hornos.
Además, una cuota de misterio: se puede visitar una antigua casona construida entre 1860 y 1870, conocida como El Castillo, de estilo europeo, innovador por aquel entonces, donde vivió una familia francesa cuya hija murió de tuberculosis. Según la leyenda popular se dice que de noche todavía se la escucha tocar en su piano. Uno de los tantos mitos riojanos.
Paseos
- La Reserva Provincial Los Colorados está sobre la RN 74, a mitad de camino entre la ciudad de La Rioja (106 km) y Chilecito (96 km). Se realizan dos visitas por día, a las 9 y a las 17 y duran dos horas y media. La entrada cuesta $ 25.000.
- Parque de los Dinosaurios. Está en Villa Sanagasta y abre de 8 a 12 y de 15 a 19. Circuito guiado $1500.
- Parque El Saladillo. Abierto todos los días de 10 a 20. Entrada $ 1500.
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