La propuesta artística, con música, juegos de luces, literatura, arte erótico y gastronomía se realiza en Luján de Cuyo
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MENDOZA.- Con antifaz negro y auriculares iluminados, empieza una noche única...Todos los sentidos se activan, con una copa de vino en la mano, que se va regando entre chocolates, bailes sensuales, comidas afrodisíacas y un show de arte erótico, que cuenta la historia de los hacedores de una imponente bodega de Mendoza.
Sin dudas, un paso osado y disruptivo en una provincia conservadora, donde la bebida de los dioses irrumpe en el centro de la escena, bajo un nuevo foco. Se trata de Erotic Wine, una propuesta artística de alto nivel, interactiva e inmersiva, denominada Susurros, donde los visitantes, invitados a presentarse con un dress code sensual, recorren, bajo luces, sonidos y actuaciones especiales, las sorprendentes instalaciones del reconocido establecimiento vitivinícola Belasco de Baquedano, en Agrelo, Luján de Cuyo, a 30 kilómetros de la capital provincial.
La llamativa apuesta de nivel internacional, inédita en la región, está pensada para el turismo extranjero, por lo que el audio se ofrece en tres idiomas, español, inglés y portugués, aunque son cada vez más los locales interesados en conocer de qué se trata. Por cierto, la curiosidad para saber qué se esconde en las entrañas de la bodega es una constante durante todo el recorrido. Allí no sólo se aprenderá de vino, aromas y vivencias entre surcos y viñas, sino que se abrirá una mirada sobre el sexo, de manera lúdica y divertida, dejando volar la imaginación y las fantasías, rompiendo prejuicios.
La propuesta empieza, entre música sensual, juego de luces y humo, en la sala de recepción donde se calientan los motores, con una degustación especial de vinos y chocolates, con la bienvenida del dueño de casa y protagonista del encuentro, Mikel Belasco, para luego introducirse en un excitante relato literario y una jugada puesta en escena, con una decena de actores profesionales, en cada espacio mágico de la bodega, culminando con una cena de lujo y una performance de tango erótico, para rematar con una discoteca y tragos en una barra, antes de despedirse.
Erotic Wine es una idea de la escritora Verónica Maldonado, quien está abocada a los textos, y del productor Sergio Cozzari, con el permanente acompañamiento de Belasco, quien se decidió por ser parte activa de una experiencia diferente. Victoria Bordallo, como directora coreográfica, se suma también a esta propuesta y logra fundir las letras con la danza, impregnando de movimientos cada escena y dándole vida a las fantasías, “para que los espectadores se despojen de sus ataduras”, aseguran los creadores.
Para acceder a esta primera y novedosa iniciativa, denominada Susurros, que se extiende por más de 4 horas, hay que reservar previamente, ya que se disponen jornadas especiales para montar el espectáculo, con un costo por persona de 150 dólares. Sin dudas es un ingrediente de peso que se suma al importante crecimiento del enoturismo que viene ocurriendo en los últimos años en la tierra del sol y del buen vino. De ahí que las autoridades mendocinas del sector y las agencias de turismo receptivas consultadas destacaron el nacimiento de este tipo de acciones innovadoras, con el objetivo de que puedan sostenerse en el tiempo, por lo que ya se están preparando las funciones que se pondrán a rodar el 7, 14 y 28 y octubre.
“Con el deseo de ofrecer al turismo una propuesta totalmente innovadora y disruptiva, comenzamos a soñar con algo nuevo: una experiencia donde la literatura, el vino y el erotismo sean los protagonistas”, expresó Cozzari a LA NACIÓN, y destacó: “De la mano de la escritora, la literatura erótica toma fuerza y juega con la historia familiar de Mikel, logrando relatos cargados de amor, fantasías, sueños, vides y susurros”. En este sentido, se pone en valor el ambiente de seducción que se genera a través de iluminación, vestuario, música y sonido en 3D. “Sorprendido y sintiéndose libre, cada uno de los espectadores, se sentirá invitado a despojarse de sus ataduras, dejando atrás viejas estructuras y pudiendo ver con otros ojos los deseos, sus deseos”, recalcó el responsable del proyecto.
Sin dudas, el broche de oro, luego de haber vivido instantes con alto contenido erótico, es el momento gastronómico. En el restaurante, con una increíble vista, se invita al turista a disfrutar de una cena de seis pasos maridada con los mejores vinos de la bodega. Es allí donde el chef Andrés Izura, reconocido internacionalmente, se hace presente ofreciendo un menú sensual que va de la mano con todo lo vivido.