Yvon Chouinard, el fundador de la marca de indumentaria deportiva, anticipó a LA NACION que concretó la cesión de todas sus acciones a un par de fideicomisos que destinarán sus ganancias a combatir el daño ambiental
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“Ha pasado medio siglo desde que comenzamos nuestro experimento de un negocio responsable. Si tenemos alguna esperanza de tener un planeta próspero en 50 años más, se necesitará que todos hagamos lo que podamos con los recursos que tenemos. Como el líder empresarial que nunca quise ser, estoy haciendo mi parte”, declaró Yvon Chouinard, fundador de la marca de ropa Patagonia, en una asamblea global frente a sus más de 3000 empleados en el mundo. Y agregó: “En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza, estamos usando la riqueza que genera Patagonia para proteger el origen. Estamos convirtiendo a la Tierra en nuestra única accionista. Quiero ser muy serio sobre salvar este planeta.”
Con este anuncio, en primicia exclusiva a LA NACION el 14 de septiembre, Patagonia dio a conocer quién será su nuevo dueño, a casi 50 años desde que Chouinard comenzó con su experimento de negocio responsable. Sencillo, defensor acérrimo de sus principios y valores, decidió hacer realidad ese dicho que a la gente se la mide por sus actos y no por sus palabras y convirtió a la Tierra en la única accionista de la compañía.
De forma inmediata, la familia Chouinard transfirió toda la propiedad a dos nuevas entidades: el fideicomiso Patagonia Purpose Trust y Holdfast Collective. En otras palabras y más significativo, cada dólar que no se reinvierta en Patagonia será distribuido como dividendo para la protección del planeta.
Cómo se implementa
Con el fin de crear una estructura legal más permanente que consagre el propósito y los valores de la compañía, el fideicomiso Patagonia Purpose Trust ahora es dueño de todas las acciones con derecho a voto de la compañía (2% del total de acciones). Ayudará a asegurar que no exista nunca una desviación de la intención del fundador y facilitará aquello que la compañía sigue haciendo mejor que nadie: demostrar cómo el capitalismo y un negocio con fines de lucro pueden trabajar por el planeta.
Holdfast Collective es dueño de las acciones sin derecho a voto (98% del total) y usará cada dólar que reciba para proteger la naturaleza y la biodiversidad, para apoyar a las comunidades que prosperan. Cada año, las ganancias que no se reinviertan en el negocio serán distribuidas por Patagonia como dividendos para ayudar a luchar contra la crisis ambiental. La compañía proyecta que pagará un dividendo anual cercano a los 100 millones de dólares, dependiendo de la salud del negocio.
La firma de ropa deportiva para actividades al aire libre con sede en Ventura, California, que factura más de 1300 millones de dólares anuales seguirá siendo una Empresa B y continuará donando el 1% de sus ventas a activistas de base cada año.
Empresa cool
Patagonia fue elegida como una de las empresas más cool del mundo por su filosofía particular que sembró su fundador y que plasmó en un libro: “Que mi gente vaya a hacer surf”. Chouinard es conocido por romper todo tipo de reglas y estructuras: llama a evitar el consumismo, cuestiona a las corporaciones y lleva a sus empleados a hacer surf, a esquiar o a pescar con mosca.
En una carta que dirigió a los empleados, detalló cómo tomó la decisión de adoptar esta modalidad disruptiva. “Una opción era vender Patagonia y donar todo el dinero. Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario conservara nuestros valores o mantuviera empleado a nuestro equipo de personas alrededor del mundo”. Y aclaró que otro camino era hacerla pública: “Qué desastre hubiera sido. Incluso las compañías públicas con buenas intenciones se ven bajo demasiada presión por generar ganancias en el corto plazo a expensas de la vitalidad y la responsabilidad a largo plazo. A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia”.
El liderazgo no cambia
La conducción de la empresa no cambia: Ryan Gellert mantendrá su posición de CEO y la familia Chouinard seguirá ocupando su puesto en el directorio junto al CEO y a Kris Tompkins, Dan Emmett, la Dra. Ayana Elizabeth Johnson y a su presidente Charles Conn.
“Conocí a Yvon cuando tenía cerca de 24 años y hoy tiene casi 84. En todos esos años, su visión nunca ha vacilado. Quería hacer las cosas a su manera y en sus propios términos. Y aunque aún goza de buena salud, quería tener un plan para el futuro de la empresa y del planeta,” afirmó con entusiasmo Kristine McDivitt Tompkins, 71, conservacionista, creadora de Tompkins Conservation, embajadora de Áreas Protegidas de las Naciones Unidas y quien fue CEO de Patagonia durante más de 15 años. “Creo que este plan que él y su familia ayudaron a crear es tectónico. Hará que la empresa sea más competitiva y sus empleados en todo el mundo estarán para siempre empoderados por un propósito”, añadió.
Desde hace casi 30 años, McDivitt -esposa de Douglas Tompkins quien falleció en la Patagonia chilena en 2015- dedica su vida a la preservación y cuidado del medio ambiente. Junto a su esposo compró y donó tanto a la Argentina como a Chile más de un millón de hectáreas para la creación de parques nacionales y está abocada a la reintroducción de especies que estaban extintas en esas zonas.
En una entrevista por zoom desde California, Mc Divitt explicó a LA NACION que este es el primer caso de una empresa que traspasa sus acciones a la Tierra y que durante dos años trabajaron, casi a diario, para encontrar opciones y llegar a este modelo disruptivo de “nuevo capitalismo” que promete continuar con los valores y filosofía de la compañía durante los próximos 50 años. “Una vez que encontramos el nuevo modelo, no fue difícil lograr consenso entre los 4 miembros de la familia Chouinard” , aclaró la conservacionista.
Greg Curtis, director Legal Adjunto de Patagonia, fue uno de los arquitectos de este nuevo modelo y detalló que el proceso fue complejo pero simple a la vez porque la familia tiene una motivación muy concreta y consistente a la hora de definir el rumbo y eso le ayudó a encontrar esta solución. “Los Chouinard están motivados por seguir la misión de la compañía y no por el negocio familiar en sí. Su prioridad es la preservación del medioambiente; no están motivados por el capitalismo tradicional sino que quieren incentivar a otros a tomar su misma iniciativa”, explicó Curtis.
Por su parte, Dan Emmett, miembro del directorio opinó que como fundador de una compañía que ha estado haciendo negocios durante casi 50 años, ha visto el impacto positivo y negativo que una empresa puede tener en sus comunidades y empleados. “Pero mientras nosotros y otros tomamos medidas significativas para mitigar el impacto que tenemos en el planeta, la nueva estructura de propiedad de Patagonia presenta un nuevo modelo que va mucho más allá de lo que existe hoy en día. Uno que hace honor al perfil de mi amigo de toda la vida y colega ambientalista, Yvon Chouinard”, comentó.
En la misma línea, Charles Conn, presidente del directorio de Patagonia, reflexionó: “El sistema capitalista actual ha conseguido sus logros a un costo enorme, incluida la creciente desigualdad y el daño ambiental no compensado a gran escala. El mundo está literalmente en llamas. Las empresas que creen el próximo modelo para el capitalismo a través de un profundo compromiso con el propósito no solo atraerán más inversionistas, mejores empleados y una mayor lealtad de los clientes. Ellas son el futuro de los negocios si queremos construir un mundo mejor y ese futuro comienza con lo que Yvon está haciendo ahora”.
Por último, la Dra. Ayana Elizabeth Johnson, miembro del directorio, lanzó un desafío: “Cada vez que leés un nuevo reporte científico queda claro que la crisis climática está sucediendo más rápido y es peor de lo que pensamos. El riesgo no puede ser mayor. Si queremos proteger la naturaleza y apoyar a las comunidades, los negocios no pueden seguir adhiriendo al modelo económico imperante. Patagonia ha estado rompiendo el molde por décadas y con esto lo ha destrozado. Ahora bien, lo que quiero saber es: ¿qué compañías serán las siguientes en dar un paso al frente?”
Un interrogante que tenemos todos. Que interpela y desafía a los líderes con la potestad de fijar el rumbo para alcanzar un mayor bienestar y cuidar al planeta. Y que presenta, sin dudas, un nuevo paradigma en el mundo de negocios.