La obesidad es el aumento del tejido adiposo en el organismo como consecuencia de la combinación de dietas ricas en calorías y del bajo consumo energético asociado al sedentarismo creciente en los países occidentales.
Si bien cualquier aumento del depósito graso se asocia con un mayor riesgo de complicaciones metabólicas y enfermedad cardiovascular, es la obesidad abdominal o de distribución androide (masculina o posmenopausia), y muy especialmente el acúmulo de tejido adiposo visceral abdominal, el que está más relacionado con estos problemas en forma directa.
Una de las formas más sencillas de medir esta grasa intraabdominal, como indicador de obesidad central, es el perímetro o circunferencia de cintura. Esta es una práctica simple y muy útil para predecir el riesgo cardiovascular de los pacientes. No diferencia el tejido graso subcutáneo (85%) del visceral abdominal (15%), que es el que trae las complicaciones metabólicas. Aun así, recientes estudios indicarían que también el tejido graso subcutáneo genera riesgos en la salud.
Se considera una medida saludable del perímetro o circunferencia de cintura para el hombre menor de 94 centímetros y para la mujer menor de 80 centímetros. Entre 94/97 y 102 cm, y entre 80/84 y 88 cm, para hombres y mujeres, respectivamente, el riesgo de infarto cardíaco o de accidente cerebrovascular aumenta dos veces. Mientras que al superar estas cifras el riesgo se cuadruplica.
Todas las personas pueden medirse la cintura fácilmente tomando como parámetros anatómicos una línea media imaginaria situada en el punto medio entre la última costilla y el reborde anterior y superior de la cadera. En algunos casos esta línea coincide con el ombligo, pero esto no es siempre.
Tampoco es homologable al perímetro más estrecho, que por lo general queda por encima de esta cintura anatómica que involucra la grasa que rodea las vísceras abdominales. Si se superan las medidas saludables, se puede consultar al médico al respecto.
En la actualidad se recomienda que la circunferencia de cintura integre rutinariamente las mediciones realizadas en la primera consulta médica y que sea utilizada para monitorear la eficacia en la pérdida de peso para poder alertar debidamente al paciente sobre los riesgos que una cintura aumentada implica. Un estudio antropométrico computadorizado es la herramienta médica más utilizada para datos de mayor certeza.