Por motivos evolutivos, los niños pertenecientes a las nuevas generaciones nacen sin muelas del juicio
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A medida que las personas van creciendo, atraviesan períodos como la adolescencia y la adultez temprana que son etapas en las que generalmente aparecen las cuatro muelas de juicio. También conocidas como terceros molares, estos crecen en la parte posterior de las encías hasta que llega un momento de la vida -adolescencia o adultez- en el que comienzan a salir a la superficie donde se encuentran los otros dientes. No obstante, una vez que aparecen, su existencia suele ser una fuente de estorbos, dolores e infecciones más que un beneficio para la salud bucal. Precisamente por esto, las personas recurren a médicos odontólogos para la extracción de las mismas.
Pero las muelas de juicio no siempre fueron una molestia; según creen los antropólogos estos cuatro molares eran una herramienta útil para los primeros humanos que los usaban para comer alimentos duros o crudos. Salvo que con el paso del tiempo y especialmente en la actualidad, por exceso de consumo de alimentos ultra procesados y nula necesidad de masticación, se están volviendo rápidamente inservibles.
Esto está directamente relacionado con la evolución del hombre que sucede cada vez más rápido. Prueba de ello son los hallazgos que encontraron un grupo de investigadores de la Universidad de Adelaide en Australia. Teghan Lucas, la directora del estudio comunicó que hoy en día los bebés ya no nacen con muelas de juicio y que la explicación a esto es que en las últimas décadas la evolución del hombre se ha acelerado más que los últimos 250 años.
El escrito científico, publicado en Journal of Anatomy da a conocer los hallazgos más destacados de la evolución humana en el último tiempo. Los estudiosos descubrieron que las nuevas generaciones tienen caras más cortas, huesos adicionales en pies y piernas y una arteria de más en el antebrazo. Para los profesionales, los humanos están experimentando una “microevolución” en la que se producen cambios evolutivos en un corto período de tiempo.
Al explicar por qué ocurren estas mutaciones y se da la microevolución, la Dra. Lucas detalló: “los humanos nos encontramos actualmente en un estado relajado de selección natural ya que nuestro entorno es considerablemente favorable”. Respecto de la carencia de muelas del juicio en las nuevas generaciones hay varias razones por las que esto ocurre. Una de ellas es que en la modernidad las caras son cada vez más cortas, por ende, las mandíbulas son más pequeñas. Otra de las razones es que como el hombre aprendió a usar el fuego y a procesar más los alimentos no necesita hacer demasiado esfuerzo para comer y masticar.
“Lo que plantea el artículo científico es cierto, con la evolución del hombre notamos que en los últimos años la fisionomía de las caras cambió y ahora son más chicas”, explica a LA NACION la Dra. Natalia Rosero (M.P. 37176), odontóloga y directora de la clínica Odonto Palermo. Asimismo, enfatiza la profesional en que al ocurrir estos cambios en la estructura facial de los humanos, el hueso maxilar -importante componente de los huesos de la cara- adquiere un tamaño más chico y por ende, no deja lugar para que salgan las muelas del juicio.
Sumado a esto, añade la Dra. Rosero que dejando de lado este descubrimiento en las nuevas generaciones, ya desde hace décadas los profesionales vienen atendiendo consultas de personas que no llegan a desarrollar todas las muelas del juicio; algunas en su adultez solo logran que salgan una o dos de estas muelas a la superficie, mientras que otras pueden llegar a carecer las cuatro por completo. “Esto tiene una explicación médica y es que simplemente hay personas en las que se forma el germen dentario -agregación de células en diferenciación que constituyen el futuro diente- y hay otras en las que no”, explica.
De igual manera, respecto del hallazgo del estudio encabezado por la Dra. Lucas, la odontóloga Natalia Rosero destaca que la revelación sobre la carencia de los cuatro molares en las nuevas generaciones no se relaciona ni tiene consecuencias para la salud bucal ni general de las personas. “A grandes rasgos no podemos decir que la falta de las muelas de juicio trae beneficios ni tampoco contraindicaciones”, sostiene.
¿Por qué las muelas de juicio son un problema?
Suelen ser objeto de crítica porque provocan dolor y molestias, pero no siempre esto es así. Algunas personas nunca llegan a sentir que les están saliendo ni les incomodan, incluso no las perciben hasta que un odontólogo las ve en una radiografía.
Para la Dra. Romero, en muchos de los casos de las personas que sí las tienen, se suele recomendar sacarlas cuando: no hay espacio para que salgan a la superficie, se encapsulan y provocan dolor, mueven a otros molares y provocan desalineaciones.
Otros de los malestares que destacan los profesionales que pueden provocar estas muelas son: caries, infecciones o daños a otros dientes (especialmente los que se encuentran cercanos). Si bien estas dolencias mencionadas suelen ser las más comunes, pueden darse complicaciones más graves como tumores llenos de líquido o quistes que pueden causar daños permanentes en los nervios, los dientes y los huesos.
Según los profesionales de Mayo Clinic, otros problemas que se pueden presentar tras la aparición de las muelas del juicio son:
- Permanecer completamente ocultas dentro de las encías. Si no pueden salir con normalidad, estas muelas quedan atrapadas en la mandíbula y como resultado, puede dar lugar a una infección o provocar un quiste que puede dañar las raíces de los otros dientes o el hueso de apoyo
- Emerger parcialmente de la encía. Como esta zona es difícil de ver y limpiar, las muelas del juicio que salen parcialmente crean un hueco que se puede convertir en un imán para bacterias que causan enfermedades en las encías e infecciones orales
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