
Gracias a nuevas técnicas y materiales
Uno de los avances más importantes de la odontología ha sido lograr que hoy el 99,6% de los implantes dentales sea predeciblemente exitoso. "El implante dental oseointegrado, en el que hay un contacto íntimo entre el tejido óseo de los maxilares y la superficie microporosa del implante, reemplaza al diente por un órgano análogo capaz de devolver la forma y la función del elemento natural", afirma el doctor Salvador Jaef, director del Instituto Jaef de Implantes Oseointegrados.
Dentro del espectro de las especialidades que contribuyen al mejoramiento de la salud y la estética, la implantología dentomaxilar ocupa un lugar de importancia, en ocasiones excluyente, a la hora de lograr no sólo un buen contorno facial, sino un buen estado de salud, en general.
Los mayores avances en implantes oseointegrados provienen de un perfeccionamiento de las técnicas, pero también de los materiales. "En cuanto a las técnicas de instalación, se perfeccionan en forma permanente, gracias a la mayor experiencia del operador y las necesarias variantes que hay que aplicar e innovar para solucionar situaciones no típicas", explica el doctor Jaef.
"Como avances prácticos de la técnica, se puede mencionar la revascularización del lecho óseo que permite restaurar el circuito microvascular en el terreno sobre el que se va a realizar el implante, favoreciendo una oseointegración de alta calidad, y las reconstrucciones óseas preimplantación, en las que se aumenta el volumen que se puede realizar cuando el terreno óseo es insuficiente."
En lo que respecta a los modernos materiales, "se ha impuesto en forma terminante el titanio puro como material biocompatible para el uso en implantes. Otras variantes de biomateriales se ensayan permanentemente, entre ellos un metaloide llamado nobio, cristales como el zafiro simple o cerámicas como la alúmina. Esos dos últimos materiales, si bien brindan una mayor pureza y menor contaminantes que los metales como el titanio, poseen el inconveniente de una mayor fragilidad", explica Jaef.
"Hoy, las mayores innovaciones se orientan a mejorar la superficie del titanio. La calidad y el tipo de superficie de un implante son determinantes en la clase de oseointegración que se logrará, y que determinará el funcionamiento a largo término del dispositivo. Una óptima oseointegración implica una unión directa, estable y capaz de resistir y adaptarse al estrés mecánico; una oseointegración pobre no tendrá las mismas posibilidades de éxito."