“Humanizar la medicina”: la filosofía del sanatorio porteño que en diez años se transformó en uno de los más prestigiosos del país

Ubicado en el centro neurálgico de la medicina de Buenos Aires, el Sanatorio Finochietto cumple este 2023 su primera década de trabajo. Lo celebró en un encuentro en el que se repasó la trayectoria hasta construir una institución basada en la calidad profesional y la calidez humana.

Fue en 2013: luego de un trabajo prolongado, incansable y tenaz, un grupo de integrantes de la Obra Social ASE comandados por José Carlos Piva inauguró en Buenos Aires un nuevo sanatorio. Se trataba de un centro asistencial muy innovador y con tecnología de vanguardia. La meta estuvo clara desde el inicio: había que basarse en un paradigma de salud distinto, nada menos que la atención centrada en las personas. Como una forma de rescatar el legado del célebre cirujano, docente y creador de instrumentos quirúrgicos argentino, lo bautizaron “Dr. Enrique Finochietto”. Esa institución se convirtió en el Sanatorio Finochietto, que funciona en la calle Córdoba y acaba de cumplir diez años de vida.

La fecha elegida para celebrar esta primera década –el 6 de noviembre- se decidió como un homenaje al natalicio de José Carlos Piva, quien falleció en 2022 y fue desde el seno de ASE uno de los principales impulsores del sanatorio. El encuentro tuvo lugar en Puerto Madero y reunió a los profesionales de la institución, aunque también a representantes de cámaras del sector, obras sociales, otras clínicas y hospitales privados, centros de diagnóstico y también la prensa.

“Desde el inicio nos preguntamos cómo posicionar al sanatorio. Y la respuesta fue hacerlo humanizando a la medicina: debíamos centrarnos en las personas. Esa es la impronta que le imprimió José Carlos Piva”, explicó el actual director general del sanatorio, Dr. Roberto Froment, al abrir el encuentro que contó con la conducción de Guillermo Andino. “En 2017 –prosiguió– emprendimos un camino de docencia con la Universidad de Buenos Aires e iniciamos las residencias de cardiología y terapia intensiva, luego de clínica médica y de infectología. Elegimos así la sigla DAS: docencia, atención centrada en las personas y seguridad. Esos son hoy los ejes de nuestro trabajo”.

La filosofía basada en el trato humanizado busca dar prioridad a la calidad profesional y la calidez humana en la atención, tanto para con los pacientes como con sus familias. Este paradigma tiene unas consecuencias muy prácticas: un ejemplo es la terapia intensiva abierta, sin horarios ni restricciones de acceso para acompañar a los pacientes a tiempo completo. También el contacto “piel-a-piel” que se da en el área de Neonatología, donde se privilegia el contacto entre la madre y el bebé desde el momento del nacimiento.

Una década de logros

El balance tras estos primeros diez años de trabajo resulta más que satisfactorio: el sanatorio está hoy posicionado como uno de los principales centros asistenciales privados del país que presta servicios de atención de la salud en especialidades clínicas, quirúrgicas, cardiología y de maternidad. Además, su arquitectura y tecnología centrada en el uso eficiente y responsable de los recursos y la energía lo convierten en el primer sanatorio ecosustentable de Latinoamérica.

También los números son capaces de dar cuenta de la hazaña: hoy forman parte del Finochietto 981 profesionales altamente calificados y comprometidos con marcar la diferencia en el cuidado de la salud. En sus 10 años de trayectoria lleva atendidos más de 1.900.000 pacientes, 116.023 cirugías realizadas (incluyendo partos y cesáreas), 129.677 egresos por internación, 6.150 pacientes atendidos con hemodinamias y 12.735 nacimientos.

En un solo año recibe más de 84.700 consultas de guardia (entre adultos y pediátricas) y realiza más de 15.900 estudios diagnósticos. Y en lo que va de 2023 llevó a cabo más de 200.000 consultas médicas en sus consultorios externos, que abarcan más de 70 especialidades. Además cuenta con una sala de hemodinamia, dos shock rooms, laboratorio de bioquímica clínica operativo las 24 horas.

En sus 17.000 metros cuadrados de superficie (a la que pronto se estarán sumando otros 10.000 más) el sanatorio trabaja con altísimos estándares de calidad, seguridad médica y tecnología de punta. El Finochietto fue, por caso, pionero en la incorporación de tecnología robótica para cirugías, en línea con las mejores prácticas globales en el cuidado de la salud. Este año sumó el robot “Da Vinci Xi”, un equipo de última generación que permite realizar intervenciones quirúrgicas con mayor precisión y seguridad, así como optimizar los tiempos de recuperación del paciente.

El sanatorio cuenta con 181 habitaciones para internación general: siete habitaciones pediátricas terapizables, 32 individuales en terapia intensiva y unidad coronaria para adultos y 15 puestos de cuidados intensivos neonatales. Tiene 10 quirófanos inteligentes de última generación, dos son ambulatorios y dos obstétricos, así como dos salas de preparto y parto aptas para cesárea. En Neonatología, el sanatorio destaca por recibir derivaciones de alto riesgo de todo el país.

Sustentabilidad, innovación y un “hito inolvidable”

En medio de un clima de mucha emoción el encuentro incluyó una serie de reconocimientos a las personas que con su compromiso y talento contribuyeron a construir el sanatorio. Todos ellos recibieron una estatuilla inspirada en la escultura “Evolución”, que se erige en la entrada del edificio. La obra del artista Leandro Bardach está basada en caduceo, el símbolo de la medicina, y en la figura del ADN. También representa los dos pilares que distinguen al sanatorio: sustentabilidad e innovación.

“En la concreción del sueño de lograr un centro de excelencia fue fundamental el acompañamiento del equipo formado por Héctor Seoane, Juan Carlos Arias, José Mendes Texeira, Pascual Giammarco, Aldo Pignanelli, Pedro Roggiano y, posteriormente, Manuel Álvarez”, destacó Jorge Piva, director general del Grupo ASE y Medifé. Piva también se dio el tiempo para una mención especial sobre el trabajo de todo el equipo del sanatorio frente al desafío que implicó la pandemia de COVID-19. “Fue impresionante la labor de médicos, enfermeras, técnicos auxiliares y todo el personal que supo responder con calidez humana, prudencia y seguridad a los requerimientos de las personas afectadas”, expresó. Y concluyó: “La solvencia del sistema que integramos constituyó un hito que será inolvidable en la historia del sanatorio”.

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