Aunque con discrepancias dentro de la comunidad científica, diversos investigadores aseveran que suele ser más independiente, tenaz y sociable
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Ni el primero ni el último. Es el que no recibe la atención constante que se le da al hijo más grande, ni el más consentido, como el más chico. El hijo del medio, según cómo se lo mire, puede sentir una suerte de “abandono” si se lo compara con sus hermanos o puede disfrutar de una especie de “liberación”, al no tener siempre la mirada encima. Pero, ¿es el hijo problemático?
Hay quienes consideran que el síndrome del hijo del medio responde a un mito social, sin asidero. Sin embargo, existe una teoría del orden del nacimiento, según la cual el lugar que cada persona ocupa, entre sus hermanos, repercutirá en su personalidad y en su vida adulta.
“Los investigadores han visto a los hijos del medio como los que reciben el peor trato, debido a que no tienen la atención que se le da al hijo mayor y al menor, que da lugar al síndrome del hijo del medio”, cuenta Marisol Barreiro, psicóloga y neuro psicóloga clínica (M.N. 45683).
Con el primer hijo, todo es aprendizaje. Padre y madre estrenan nuevo rol a medida que el chico crece. “Cuando aparece el segundo hijo, la madre no está tan asustada porque sabe, más o menos, cómo manejarse. Al padre le pasa lo mismo. Es por eso que no le dan la misma atención que al primer hijo”, describe Cynthia Zaiatz, licenciada en neuropsicología (M.N. 60.105).
Según la especialista, durante la infancia los chicos no advierten ninguna diferencia en la atención que los padres le prestan a uno y a otro hijo. “El problema aparece posteriormente, cuando ya son más grandes y ven las diferencias”, sostiene Zaiatz. La neuropsicóloga destaca que es normal que, ante la llegada del tercer hermano, al del medio le den grandes celos. En cambio, “al mayor, en general, no tanto”, diferencia.
A grandes rasgos, en el esquema tradicional de tres hermanos, el más chico tiende a ser el más consentido y más cuidado. El más grande suele ser el que más ayuda en ese cuidado. Y, el del medio “en terapia vemos que tiene muchos reclamos, tiende a ser el más rebelde, siempre se siente el no mirado, el que no recibió tanta atención”, asegura Zaiatz.
El psicoanalista austríaco Alfred Adler es el autor del estudio del orden del nacimiento, que según su teoría, se refleja en el carácter de la persona. Adler era hijo intermedio y estaba en competencia con su hermano mayor, Sigmund. Después de la muerte de Adler, en 1937, sus ideas sobre el orden del nacimiento se esparcieron por el mundo.
Sin embargo, las conclusiones a las que llegó Adler en su teoría resultaron controversiales y originaron debates dentro de la comunidad científica. “Algunos estudios científicos muestran que el orden del nacimiento tiene una influencia no solo sobre el carácter sino también sobre la profesión. Otros, no muestran ninguna influencia”, advierte Barreiro.
Rebeldía adolescente
En el ensayo Birth Order, Frank J. Sulloway sostiene “que el orden de los nacimientos afecta el comportamiento de los adultos. Sulloway, en su libro de 1998, Born to Rebel, examinó los roles históricos jugados por hijos intermedios. Descubrió que los “nacidos después” tendían a convertirse en rebeldes mucho más frecuentemente que los hijos mayores”, apunta Barreiro.
El psicólogo Kevin Leman fue más allá en la teoría del orden de nacimiento en The Birth Order Book. Según el destacado psicólogo, los hijos intermedios se lamentan de haber recibido cosas usadas –desde juguetes a ropa– durante su infancia. Además, “sugiere que el hijo mayor en una familia será un líder, un padre asistente para sus hermanos y más cuidadoso que el resto. Se piensa que los hijos menores pasarán sus vidas como los bebés de la familia, con personalidades alegres y bien humorados”, añade Barreiro.
Quienes afirman que el orden de nacimiento entre los hermanos no es determinante en la vida, sostienen que esto no influye aún en la adolescencia, etapa marcada por cuestionamientos y búsqueda del propio lugar en el mundo. A esa conclusión llegaron investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid. En un estudio afirman que “no existen diferencias significativas entre primogénitos y nacidos después, ni en las distintas variables interpersonales, ni en el tipo de afectos que experimentan. La percepción del apoyo parental, en cambio, contribuye a que los adolescentes sean más considerados con los demás, menos agresivos y a que experimenten afectos positivos”.
En la vereda opuesta, Alfred Adler sostenía que en la edad adulta el desarrollo de los hijos del medio desemboca en personas competitivas respecto de los hermanos mayores. Y, a nivel profesional son los que “trabajan duro para ser exitosos en sus carreras”, afirma Barreiro. También asegura que son más agradables y son los que se llevan mejor con otras personas, si se los compara con sus hermanos mayores y menores.
¿Es real que el hermano mediano tiende a ser más resentido? Según Marisol Barreiro, esta afirmación no tiene ningún fundamento científico. “Es más, suelen ser más propensos a estar muy unidos a sus hermanos y a establecer fuertes lazos con ellos”, afirma.
El lado bueno de las cosas
No todo lo que se observa en los hijos del medio tiene un tinte negativo. Investigaciones científicas también encontraron ventajas psicológicas positivas en quienes están en el medio de sus otros hermanos. La doctora Catherine Salmon, profesora de psicología de la Universidad de Redlands y coautora del libro El poder secreto de los hermanos medianos, ha pasado las últimas dos décadas estudiando muestras de miles de hermanos del medio. “Sus conclusiones, basadas en las investigaciones que realizó con sus colaboradores, revelan que los hermanos sándwich tienden a buscar menos a los padres. Pero, eso no significa que no se preocupen por las relaciones con los demás”, explica Marisol Barreiro.
El haber nacido en el medio de sus otros hermanos suma beneficios. Por su edad, suelen establecer vínculos fuertes tanto con el mayor como con el menor. Además, los hermanos medianos son más independientes y cuentan con más habilidades de socialización. En general, no buscan tanto apoyo en sus padres ni en sus pares.
“Los estudios de Salmon demuestran que los hermanos medianos también pueden llegar a ser buenos socios, ya que tienden a llevarse bien con muchos tipos de personalidades diferentes”, añade Barreiro.
Los nacidos en el medio de sus hermanos presentan algunos rasgos en su personalidad en común, señala Barreiro. En general, asegura, tienen un excelente dominio emocional, factor clave para el éxito en la vida adulta. Entre las características, Barreiro menciona la fortaleza para luchar por su lugar y para hacerse oír. Además, considera que son buenos mediadores, entrenados en resolver los conflictos con sus hermanos. Por otra parte, tienen una mentalidad abierta, poco proclive a los prejuicios; cuentan con la capacidad para negociar y persuadir; resultan estrategas a la hora de resolver problemas; y pueden adaptarse a distintas situaciones.
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