El Viejo Continente vive un nuevo auge del ferrocarril, con la incorporación de formaciones con camarote, que invitan a un revival; una experiencia slow, que demanda más tiempo, es gratificante e invita a relajarse
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“¿Qué es la libertad? Poder pensar. ¿Dónde se piensa mejor? Cuando se viaja confortablemente en un tren de larga distancia. Como cada cual es libre de construir sus propios silogismos, puedo concluir entonces que la libertad es un tren”, proponía el periodista Germán Sopeña en su libro La libertad es un tren. Esta idea de liberación continúa tan vigente como hace 30 años cuando lo escribió. Los ferrocarriles, a contramano en muchos casos de la rapidez con la que se vive, siguen siendo ese remanso de calma para disfrutar un viaje de otra manera.
Europa podría decirse que es la tierra del tren, con una extensa red, principalmente en los países occidentales. Los viajes en este transporte por el Viejo Continente viven una era gloriosa, un revival de los años de esplendor, con nuevos servicios de alta velocidad que se incrementan año tras año, la recuperación de los trayectos nocturnos y las siempre tentadoras rutas turísticas para recorridos con glamour, como el legendario Orient Express.
Para la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEE), el tren es uno de los medios de transporte más ecológicos y es esperable que tenga un papel fundamental en la disminución de la huella de carbono. Por sus bajas emisiones (solo es responsable del 0,4% que genera el transporte) se volvió un estandarte en la lucha contra el cambio climático. Los viajeros también lo eligen: según una encuesta realizada el año pasado por Global Railway Review, dos tercios de los encuestados preferirían viajar en tren antes que en avión: el 66% afirma que optaría por el ferrocarril en Europa para traslados por negocios y el 77% para viajes de ocio.
Quien puede resistirse a ver por la ventanilla la campiña francesa salpicada de pueblos y castillos, a saborear un chocolate a bordo de vagón con vista a los Alpes, a deleitarse con las vueltas del Danubio a la distancia en la extensa red austríaca o a ver el amanecer desde un cómodo camarote, mientras se disfruta del desayuno.
Los beneficios de elegir este transporte siguen vigentes y se potencian con el paso del tiempo, especialmente para los que buscan un viaje más slow, a escala humana.
De hecho, viajar en tren formó parte de los mandamientos de este movimiento que desde hace más de 30 años y, alentado por el escritor canadiense Carl Honoré, pregona la vida lenta.
“Cuando bajás el ritmo y te lo tomás con calma, te fijás en los detalles que hacen que cada lugar sea único. Viajar despacio convierte cualquier trayecto en un bálsamo para el alma y en un banquete para los sentidos”, escribió Honoré.
La previa al viaje está más alejada del estrés que provocan, por ejemplo, los aeropuertos. Las estaciones suelen estar en el centro de las ciudades, se acortan las distancias de traslados y no se requiere demasiada antelación para abordar; tampoco hay que someterse a caminatas eternas por andenes. La ventanilla reconecta con el paisaje, se aprecian las transiciones entre zonas rurales y urbanas; es un viaje que se disfruta, que invita a relajarse y entregarse al placer del traqueteo. El espacio en los vagones suele ser cómodo, con posibilidad de caminar libremente y también de acceder a camarotes con literas para los viajes nocturnos. Los trenes de la nueva generación, en general (aunque no siempre), ofrecen coche comedor, wifi y espacio para valijas grandes. Por supuesto que todavía les queda mucho por recorrer, especialmente en lo que se refiere a vías ferroviarias de alta velocidad transfronterizas, una de las deudas que poco a poco empiezan a saldar.
Después de mucho tiempo adormecidos y destronados por las aerolíneas low cost, resurgieron a largo y ancho del Viejo Continente los trenes nocturnos, que permiten cenar a bordo, dormir con el suave traqueteo en un camarote y despertarse en un país diferente. Estos servicios ofrecen tarifas más accesibles que los servicios de alta velocidad y permiten ahorrar una noche de alojamiento y aprovechar más el día, pero sobre todo, disfrutar del placer de viajar como antes, que los nostálgicos agradecen. En los dos últimos años se pusieron en marcha numerosas rutas nocturnas con trayectos largos, que demandan 12 y 14 horas, –impensados hasta hace poco– por todo el continente y están planeadas nuevas propuestas para ampliar la red existente.
Suave traqueteo
La empresa nacional austríaca de ferrocarriles ÖBB lidera el renacimiento de los trenes-cama con Nightjet, cuyos recorridos se abren en abanico desde Viena hacia Italia, Países Bajos, Alemania, Francia y sigue en expansión. Uno de los más atractivos es el trayecto Viena-París, que sigue la ruta original del mítico Orient Express, pasa por Salzburgo, Múnich y Estrasburgo, en un viaje de 14 horas, que corre tres veces por semana, con tarifas desde 113 euros para las butacas y hasta 215 para los camarotes, por persona.
ÖBB también ofrece otros servicios nocturnos llamados EuroNight, gestionados con operadores ferroviarios de Croacia, República Checa, Hungría y Polonia.
“En los últimos meses hemos vuelto a registrar un aumento significativo de la demanda: de hecho, a menudo estamos completos”, afirmó Bernhard Rieder, portavoz de ÖBB en medios europeos.
Hace un año comenzó a operar European Sleeper. El nuevo tren, impulsado por dos emprendedores de Bélgica y Alemania, une Bruselas y Berlín con escalas en Rotterdam, Ámsterdam y Deventer. Para el año próximo ya anunciaron la ampliación de la ruta hasta Praga, con una parada en Dresden. Las tarifas, entre 100 y 200 euros, según el servicio elegido. A futuro planean llegar a Barcelona y Estocolomo.
Francia también apuesta por el tren nocturno de Intercités y nuevos proyectos internacionales. Ofrece las rutas desde París hacia Toulouse, Latour-de-Carol, Rodez, Brianzón, Perpiñán, Narbona y Portbou. El país planea invertir 800 millones de euros en servicios nocturnos entre 2026 y 2030, según anunció Jean-Baptiste Djebbari, el exministro de transporte en la conferencia sobre la Renovación de los Trenes Nocturnos realizada el año pasado.
Para 2025 se espera el inicio de operaciones de una nueva compañía de trenes-cama: Midnight Trains. La empresa tiene previsto abrir una ruta al año desde su hub en París. Los servicios unirán la capital francesa con Venecia, Barcelona, Florencia y Madrid, entre otros destinos europeos que se irán sumando a la red, con distancias entre 800 y 1500 kilómetros. “Tenemos una visión diferente del tren nocturno: un hotel sobre vías”, comentó su cofundador, Romain Payet.
Alta velocidad
Los servicios de alta velocidad, los trenes rápidos que compiten con el avión en cuanto a duración del viaje, en los últimos años sumaron propuestas low cost para acercar el servicio a más viajeros. El famoso AVE español tiene desde hace dos años competencia: Ouigo, Avlo e Iryo, con tarifas más accesibles. Ouigo, afiliada de la francesa SNCF, se lanzó en mayo de 2021. Actualmente ofrece rutas desde Madrid hacia Barcelona, Valencia y Alicante, desde 9 euros.
Avlo, la versión low cost de Renfe, opera los mismos recorridos y llega hasta Málaga desde este verano, con tarifas desde 7 euros. Iryo, un consorcio entre la aerolínea española Air Nostrum y la compañía ferroviaria italiana Trenitalia, fue la última en comenzar a operar. Desde Madrid, ofrece rutas a Barcelona, Zaragosa, Valencia, Sevilla y Málaga, con tarifas promocionales desde 11 euros.
No solo España amplía su red rápida: en Italia, la empresa Italo lanzó una ruta desde Génova hasta Nápoles, con escalas en Milán y Roma. También, desde hace dos años se puede atravesar Sicilia por la vía rápida: el primer servicio de alta velocidad en la isla más grande del Mediterráneo comenzó en noviembre de 2021. Conecta la capital, Palermo, con la segunda ciudad, Catania, y atraviesa la Sicilia central, pasando por Caltanissetta y Enna, antes de llegar a la costa de Catania y dirigirse al norte, a Mesina, donde los hidroplanos conectan con los trenes de alta velocidad de la península.
En julio, Italia puso en marcha un nuevo servicio directo de alta velocidad de Roma a Pompeya, ida y vuelta. Conecta la capital con el popular yacimiento arqueológico, en el sur, en dos horas. Por ahora funciona solo el tercer domingo de cada mes.
Francia y Alemania anunciaron una nueva línea de tren entre París y Berlín directo, que empezará a funcionar en 2024. En la actualidad, para viajar entre las dos capitales hay que hacer transbordo en otras estaciones, como Colonia o Fráncfort.
También se anunció que Portugal sumará una línea ferroviaria de alta velocidad entre Lisboa y Oporto, que continuará a Vigo.
Esto es apenas un muestrario: la red ferroviaria europea es como una araña que crece y atrapa a los viajeros. En definitiva T. S. Eliot tenía razón: “Es el viaje y no la llegada a destino lo que importa”.
¿Conviene el Eurail Pass?
Los viajes en tren de alta velocidad suelen ser costosos, aunque se sumaron propuestas low cost que hacen más accesible los trayectos. Un obstáculo habitual es la compra de los pasajes.
Cada país y servicio tiene su propia red de comercialización y, en muchos casos, las conexiones quedan en manos de los malabares que hagan los viajeros para acercar horarios.
El Eurail Pass es una buena solución para los turistas extranjeros, un pase que permite acceder a la red europea, que se puede comprar por anticipado y luego ir haciendo las reservas que se necesitan. Aunque a veces resulta más costoso que comprar los viajes individuales. Depende de la cantidad de trayectos que se hagan. Por ejemplo, el pase que permite viajar durante 5 días para usar a lo largo de un mes cuesta US$ 334. En el día elegido se pueden tomar todos los trenes que se deseen de medianoche a medianoche.
Hay que tener en cuenta que para acceder a los servicios internacionales y de alta velocidad, hay que reservar plaza y pagar extra, no así en los servicios nacionales de cada país. El Eurostar (Londres- París) tampoco está incluido.
Para los viajes dentro de Italia, Grecia o Portugal lo más probable es que no convenga un Eurail, ya que los pasajes de tren son mucho más accesibles de manera individual. Es conveniente si se planea tomar más de un tren por día. La compra de tickets de larga distancia se puede hacer, en muchos casos, con bastante anticipación, por la web.