Entre historias sobrenaturales, duendes y espectros, asombra a los científicos muy cerca de Miramar
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Recostada sobre el mar, la bella ciudad de Miramar se ubica a 48 kilómetros de Mar del Plata y a 448 de Buenos Aires. Cuenta con 8 kilómetros de playas repartidas en 45 balnearios.
Claro que, además de la playa y el mar, el gran atractivo para disfrutar todo el año es el Bosque Vivero Florentino Ameghino, una extensa franja forestada de 502 hectáreas, repleto de senderos para caminar, salir a correr, pedalear o hacer una cabalgata, a 5 kilómetros del centro de la ciudad. Fue creado en 1923 para fijar las dunas, comprende una extensión de 1,5 kilómetros de ancho por casi 8 de largo sobre el mar y recientemente fue declarada reserva forestal.
De las 502 hectáreas actuales, 25 están liberadas al uso público, incluidas dos áreas recreativas con fogones, parrillas, un restaurante, la capilla de la Virgen de Lourdes y el Museo Histórico Paleontológico Natural Punta Armengo. Un poco más allá, integrado al Bosque Vivero Florentino Ameghino, se ingresa al denominado Bosque Energético, uno de los mayores enigmas de esta ciudad balnearia, a lo largo de casi 5 hectáreas sobre el tramo de la ruta provincial N° 11.
También conocido como Bosque Oscuro o Bosque Encantado, los relatos que circulan en la zona dan cuenta de cierta “energía” que desafía las leyes magnéticas y hasta la gravedad misma. Desde 2018, Carlos Pagliardini se desempeña como el guía local encargado de revelar a los visitantes las particularidades de este bosque, entre los mitos y relatos de fuerzas sobrenaturales que hasta merecieron la visita de científicos de la NASA.
Durante el recorrido, el guía invita a los visitantes a ensayar un experimento, que consiste en recoger dos ramitas del suelo y colocarlas una sobre otra en forma de “T”, hasta alcanzar un equilibrio que permanece incólume a pesar de ensayarse al aire libre. “Las ramas de los pinos en el suelo, tapizado de pinochas del bosque, también son un rasgo visible de esa energía”, señala Pagliardini.
Claro que en este bosque tampoco podían faltar historias de gnomos, hadas, duendes, espectros y “entes invisibles” que deambulan por allí, entre otras historias repletas de misterios, como la presunta existencia de un antiguo cementerio de pueblos originarios serranos o la “teoría del chakra visible del planeta”, que afirma que si la Tierra es un ser vivo (Gaia), este bosque es uno de sus chakras visibles.
Incluso hay quienes sostienen que se trata de un portal “interdimensional” que vincula al bosque con una civilización “más elevada”, mientras otros aseguran haber visto ovnis sobrevolando la zona.
“Cuando empecé a venir todos los días para hacer las visitas guiadas, me di cuenta que algo me estaba influenciando para mejor. Luego de pasar una o dos horas en el Bosque Energético, estaba más tranquilo, más consciente, muchísimo más relajado y sin estrés. No soy la misma persona que cuando comencé con todo esto: creo que tenía una misión en el bosque”, asegura el guía.
Entre los investigadores dedicados a seguir la pista de las cualidades energéticas del bosque se destaca el doctor Livio Vinardi, fundador de la biopsicoenergética, disciplina que estudia el conocimiento que interrelaciona al hombre con la naturaleza y el cosmos a través del común denominador de la energía. Doctor en física, ingeniero en electrónica y profesor universitario, durante varios años Vinardi viajó por todo el continente estudiando las energías planetarias en sitios como los Andes, el Amazonas y el Matto Grosso. A principio de los 80 se acercó a Miramar y realizó mediciones en las ramas de los árboles buscando un componente energético que él relaciona con el “Prana” y el concepto del “aura”, como una extensión de este cuerpo energético vital. A través de los aparatos creados por él mismo, empezó a relevar al bosque, y así descubrió que la zona con mediciones energéticas más altas están acá. De allí su nombre y la tradición de acercarse y abrazar a los árboles para recibir sus energías vitales.
“Vinardi habló siempre de la presencia de seres elementales en este espacio de particular energía. Desde hace más de 40 años se encuentran en las fotografías o grabaciones realizadas en el lugar ciertas anomalías técnicas, como aparición de formas o figuras” humanoides en el marco de la toma fotográfica (cuando al momento de revisar, luego de la fotografía, no hay nada allí), o barridos de colores o formas, como si la imagen hubiera sido alterada artificialmente”, apunta Pagliardini.
Y añade: “Durante muchos años, existió la teoría de que la energía provenía de un meteorito enterrado en las inmediaciones que afectaba no sólo a los equipos electrónicos, sino también a los mismos turistas y visitantes”.
Cuenta el guía que en 1998, el investigador del Conicet, Marcelo Zárate, junto al doctor Peter Schultz, de Estados Unidos, publicaron en la revista Science la confirmación de sus estudios en la zona sur de Mar del Plata y norte de Miramar (arroyo Las Brusquitas), sobre la caída de un monumental meteorito sobre este sector de la costa bonaerense, que generó la muerte masiva de la megafauna que habitaba estas tierras hace 3,5 millones de años.
“Aún hoy se pueden encontrar en los acantilados costeros entre Miramar y Mar del Plata escoria metálica perteneciente a este cuerpo celeste, así como tierra (arcilla) cocida por el inmenso calor generado por esta caída, y proyectan la importancia de este impacto hasta la posibilidad que haya generado una nueva ‘Era de Hielo’ para el Cono Sur. Este estudio se continúa actualmente, con el apoyo de la NASA, en la zona de Chapadmalal, y ha traído más información para ampliar este conocimiento, ya que se comienzan a encontrar rastros de meteoritos anteriores y posteriores a la fecha original de exploración”, afirma el guía.
Pruebas más recientes, y una prospección de suelos realizada en 2019, dan cuenta de que el suelo del Bosque Energético tiene un alto porcentaje de hierro y magnetita, que genera un campo magnético de baja intensidad que afecta los equipos electrónicos (los celulares no funcionan adecuadamente, o se descarga rápidamente la batería), a las brújulas de mano, e inclusive a las aves y a los insectos del bosque.
El ingreso al bosque es libre para el peatón y durante el verano y los fines de semana largos la Asociación Cooperadora del Bosque Vivero de Miramar ofrece un bono contribución a los vehículos.
La visita guiada dura una hora y es apta para todas las edades. EL valor es de 3000 pesos. Menores de 12 años, entrada libre. Solo con reservas previas al (02291-461219). Lunes a domingos, a las 15, 16.30 y a las 18 horas.
Se recomienda llevar ropa cómoda y zapatillas.