Los jugos cítricos y los de sobres poseen un pH muy ácido, cercano al estomacal, que deshace la comida y que al ingresar por la boca disuelve el esmalte
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Todas las bebidas ingeridas diariamente dañan y erosionan las piezas dentales, le quitan grosor al esmalte y dejan a la luz la capa más interna, que es más oscura.
¿Cuántas personas creen que desayunar el jugo de un limón o de otro cítrico es ideal para la salud y/o mantener el peso adecuado? Pues bien, el ácido proveniente de estos exprimidos va dañando lentamente el esmalte dental, cuyo grosor es determinado. Y el responsable de que ocurra esto no es solo el jugo matutino de un cítrico, sino también de todos los alimentos y bebidas ácidas consumidas.
La capa más interna del diente es más amarilla (o marrón), color que sale a relucir a medida que se va perdiendo la más externa y tras años de ingesta de jugos de frutas o de polvo en sobres, gaseosas y otros, ya es demasiado tarde, los dientes están débiles, la capa de esmalte se va tornando más delgada y se transparenta el color interno.
Por eso, en los casos en donde el debilitamiento del grosor del esmalte es importante, el blanqueamiento ya no brinda resultados porque este actúa sobre la capa que ya no está.
Además de los jugos de frutas cítricas, los de sobres también poseen un pH muy ácido, cercano al estomacal, que deshace la comida y que al ingresar por la boca disuelve el esmalte y así, nuevamente, se está frente a otro factor perjudicial, además de los exprimidos.
El grosor del esmalte dental le da resistencia al diente, cuanto menor sea este grosor, menor será la resistencia de los dientes y, por ende, se desgastarán más fácilmente y las caries tendrán más posibilidades para penetrar, además, son más propensos a una rotura.
Por último, detrás de los jugos naturales y en sobres, el tercer enemigo del esmalte son las gaseosas, más allá de si son azucaradas o no, porque ácido, azúcar o, eventualmente, edulcorante, son ingredientes distintos.
Existe la creencia de que, si la gaseosa es sin azúcar o light, no perjudicará la dentadura, pero esto es incorrecto dado que el pH de estas bebidas, azucaradas o edulcoradas, es similar, si bien aquellas con azúcar son peores por ser responsables de daños adicionales.
Por lo tanto, si dejar de beber gaseosas es una misión imposible, hay que intercalar con agua y no lavarse los dientes inmediatamente: NO higienizarse a continuación para evitar que se esparza el ácido. Lo ideal es aguardar unos 20 minutos para lograr que la saliva neutralice el pH bucal y, recién, cepillarse. Este es otro error muy común, lavarse los dientes inmediatamente termina resultando perjudicial.
*Por Dr. Ariel Merino, odontólogo experto en estética dental.