Expertos revelan que tienen un estrecho vínculo con las afecciones no transmisibles; consejos para cuidarlas
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La boca es un órgano más y hay que cuidarlo. Si bien se suele asociar a la salud bucal con los dientes, lo cierto es que las encías juegan un rol clave: además de proteger la dentadura, fomentan y previenen el desarrollo de todo tipo de enfermedades.
“Se trata de un tejido mucoso que recubre la raíz del diente y del resto de la cavidad bucal”, señala Zulma Mariel Ganatios, odontóloga especialista en periodoncia (M.N. 2059). Según explica, tiene que ver con una zona a la que no se le da la importancia que merece y en muchos casos se la deja de lado dado que “la mayoría de los pacientes suelen priorizar la estética por sobre la salud”.
Por su parte, Florencia de Castro, odontóloga (M.N. 40132), cuenta que las encías tienen una función similar a la de la piel, es decir, protegen a los huesos de la boca. Además, explica que se encargan de liberar una sustancia que se llama líquido crevicular, “un suero cuyas propiedades antimicrobianas defienden la región donde se acumulan bacterias”.
De Castro afirma que las afecciones en las encías se dan cuando hay exceso de microbios
La gingivitis es una de las enfermedades que se puede manifestar. En este caso las encías estarán irritadas y coloradas. Aunque detectada a tiempo, menciona Ganatios, se puede controlar y estabilizar, “pero si se lo deja estar, puede empeorar y desencadenar un trastorno conocido como peridontitis”. Se trata de una infección que se localiza debajo de la superficie de las encías y que a simple vista pasa desapercibida.
En estos casos se genera una erosión de la estructura que mantiene a los dientes firmes y en su lugar, “se empieza a perder el tejido que soporta al hueso y las piezas dentarias, y corren el riesgo de caerse”, comenta de Castro y advierte acerca de que esta patología no tiene cura, aunque en etapas iniciales se la puede tratar raspando los microbios de la superficie. Por el contrario, en caso de que avance, hay tratamiento de tipo quirúrgico, por ejemplo.
Cómo se desencadenan los problemas de encías
La odontóloga en el Hospital General de Agudos Parmenio Piñero (M.N.17930), Laura Aletto, destaca que son muchos los factores que inciden en el desarrollo de las bacterias bucales. Entre ellos resalta: “La mala higiene bucal, es decir cuando el cepillado es vago y rápido; la alimentación alta en azúcares y carbohidratos, el consumo de alcohol y tabaco y, la genética”.
Para Aletto, el desarrollo de las bacterias bucales suele arrancar durante la adolescencia, momento en que en ocasiones se empiezan a descuidar ciertos hábitos como podría ser la alimentación e higiene. Según dice la especialista, detectar este problema a tiempo, evitará futuras complicaciones colaterales y el posible desarrollo de enfermedades, tanto bucales como en el resto del organismo.
Los primeros síntomas
Las afecciones en las encías suelen arrancar de manera paulatina y silenciosa, pero hay algunos llamados de atención que dan cuenta de que algo está pasando. Uno de los primeros indicios de que las encías no andan bien, explica Ganatios, es su sangrado, “que puede darse al momento de cepillarse los dientes, de manera espontánea, como también a la hora de masticar”.
Otro de los llamados de atención que destaca la experta es la hinchazón: “Cuando las encías se inflaman cambian el tono de color de uno más rosado a rojo”. El dolor y en ocasiones la halitosis, “son el tercer factor de que algo no anda bien”, enumera Ganatios.
¿Las enfermedades de las encías pueden expandirse al organismo?
Frente a este cúmulo de bacterias almacenadas durante años, no solo se perjudica la boca sino también el resto del organismo. “El exceso de microbios puede migrar a los órganos del cuerpo a través del torrente sanguíneo y generar infecciones de todo tipo”, añade María Fernanda Manzanares (M.N 18879), odontóloga clínica de la Fundación Hospital Universitario Favaloro.
Es que las enfermedades bucales no siempre se quedan localizadas en la boca: muchas veces emigran a otras zonas del cuerpo. Los especialistas consultados coinciden en que hay un estrecho vínculo entre la salud de la boca y las enfermedades no transmisibles (las que no son causadas principalmente por una infección aguda, dan como resultado consecuencias para la salud a largo plazo y con frecuencia crean una necesidad de tratamiento y cuidados a largo plazo).
Entonces, las personas que además de tener placa bacteriana acumulada en las encías, poseen alguna enfermedad crónica o son inmunosuprimidos e inmunodeprimidos, “tienen que tener especial cuidado porque pueden empeorar o desarrollar alguna inflamación o infección”, añade Manzanares. Pero alerta, las personas sanas tampoco deben descuidarse porque un exceso de microbios, advierte Manzanares, puede trasladarse a otros órganos y desarrollar un desequilibrio en distintos tejidos.
En esta línea, Aletto ahonda: “Cuando la boca no está sana, disminuye la calidad de vida, no solamente a nivel estético, también funcional”. Según detalla, aparecen las dificultades para comer “porque la masticación es defectuosa y no se puede triturar el alimento”. Por ende, se reemplaza la comida sólida por líquida o blanda y puede aparecer la malnutrición.
También hay teorías que relacionan a la salud bucal con la diabetes: suponen que la peridontitis incrementa el nivel de azúcar en sangre después de una ingesta de comida. Igualmente, aun no hay certeza absoluta al respecto, explican las especialistas consultadas.
Claves para cuidar las encías
Las enfermedades bucales se pueden prevenir si se llevan a cabo una serie de cuidados diarios. A continuación, los especialistas brindan cinco claves:
- Higiene: “El cepillado debe ser a consciencia y despacio”, explica Aletto y recomienda que sea después de cada ingesta de comida o en su defecto, dos veces por día. A su vez, sugiere que el cepillo sea de tamaño mediano para que no lastime ninguna zona de la boca. “Es muy importante la técnica: el cepillo debe mirar la unión entre la encía y el diente que es donde más placa bacteriana se acumula”, cuenta de Castro.
- Cuidar la estructura bucal: controlar el bruxismo, la sobre carga dental y la mala mordida.
- No tener una dieta excesiva en azúcares: se sugieren evitar los productos altos en carbohidratos y azúcares debido a que, potencian la formación de bacterias bucales.
- Controlarse periodicamente la boca: “Una visita periódica a un especialista, aunque sea para control, previene y evita el desarrollo de enfermedades bucales sobre todo, de aquellas que arrancan de a poco y en silencio”, detalla Ganatios.
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