El Tai chi es una disciplina que aporta flexibilidad, ayuda a mantener la fuerza y el equilibrio, según destaca la prestigiosa universidad
- 4 minutos de lectura'
Sin demasiado esfuerzo hay una disciplina deportiva que ayuda a estar en forma de por vida, según indica la revista médica de la Universidad de Harvard. Se trata de una actividad que mejora tanto el control mental como el físico, alivia dolores corporales y de cabeza, fortalece los músculos y disminuye problemas de insomnio.
Todos estos beneficios tiene el Tai Chi, una modalidad de ejercicio suave y relajada que ayuda a mantener la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio y que, según la reconocida universidad, “podría ser la actividad perfecta para el resto de tu vida”, independientemente de si no se está en plena forma, no se goza de una óptima salud o si se tiene una edad avanzada. Incluso en 2021 en el Congreso ACNAP se sugirió que tiene el potencial de reducir la depresión, ansiedad y el estrés.
De origen oriental, el Tai chi es considerado para muchos como una especie de “meditación en movimiento” y en la actualidad es furor en Occidente. Combina un entrenamiento de bajo impacto, de resistencia y de concentración y control mental. También puede funcionar como ejercicio aeróbico de cardio para quienes no pueden realizar ejercicios de alta intensidad.
¿En qué consiste esta disciplina?
El Tai chi es una antigua tradición china que pasó de ser exclusivamente un arte marcial a tomarse como una alternativa para entrenar el cuerpo y la mente. Está conformado por movimientos realizados de forma lenta, concentrada que van acompañados de ejercicios de respiración profunda.
Esta práctica implementa un sistema no competitivo de ejercicio físico que sigue el propio ritmo de la persona que lo está practicando. La clave es que al realizarlo cada postura fluya hacia la siguiente sin hacer pausas, de esa manera el cuerpo está en constante movimiento. Sin embargo, lo más destacado es su particular combinación de movimiento corporal, concentración mental y respiración consciente.
En consulta con LA NACION, Francisco Clemares, profesor de la Escuela Internacional Ma Tsun Kuen de Tai Chi aclara que esta disciplina no se recomienda para personas con limitaciones físicas como artritis o enfermedades físicas graves ni tampoco para niños pequeños ya que suelen tener poco poder de concentración y relajación.
Destaca Clemares que el Tai chi puede ser practicado con dos intenciones: una es el ejercicio físico y la otra, los fines terapéuticos. Añade también que la mayoría de sus alumnos suelen animarse por este último motivo.
Por otro lado, sus beneficios psicológicos son más profundos que los físicos. “Soy muy mental y me baja mucho las revoluciones y el hecho de tener que poner la conciencia en el cuerpo hace que automáticamente el estado mental activo que tengo se baje”, dice Maria Sabina Beordi, terapeuta corporal que practica el Tai chi desde hace dos años. Además, asegura que se trata de un ejercicio de trabajo interior que se logra a partir del autoconocimiento y considera que es incluso más beneficioso que aquellas actividades físicas que sólo se centran en lo estético.
Coincide con esta misma postura Hernán Haedo, que practica el arte marcial desde hace más de diez años: “A medida que lo hacés te das cuenta de cosas, los vínculos que lográs, cómo percibís a los otros, a tu propio cuerpo y sus reacciones; esto tiene consecuencias enormes en la vida cotidiana y son todas positivas”.
Las ventajas de practicarlo son muchas y se adquieren a corto plazo. No obstante, los especialistas recomiendan para gozar de mayores bondades practicarlo por mucho tiempo con el fin de lograr:
- Mejor equilibrio, fuerza y flexibilidad
- Mayor resistencia muscular
- Control de problemas respiratorios
- Aumento de la capacidad aeróbica
- Disminución del estrés
- Mejora de la movilidad articular
- Alivio del sistema nervioso
- Activación del funcionamiento intestinal
- Mejora de la circulación de la sangre
- Alivio para el insomnio y las migrañas
¿Qué se hace durante una clase de Tai Chi?
El transcurso de la clase se divide en dos partes: el calentamiento, y la instrucción y práctica de las formas propias de la disciplina.
- Calentamiento: se compone de movimientos suaves como la rotación de hombros en círculos, el movimiento de cabeza de un lado a otro o mecerse hacia adelante y hacia atrás. Todos ayudan a relajar los músculos, las articulaciones y a concentrarse en la respiración y el cuerpo
- Instrucción y práctica de las formas: las breves son conjuntos de movimientos que pueden incluir una docena o menos de movimientos; en cambio, las formas largas pueden incluir cientos de variaciones más. Al principio, se recomienda empezar con formas cortas con movimientos pequeños y lentos, especialmente si se trata de una persona mayor o alguien que no esté en óptimas condiciones físicas.