Moconá, a 320 kilómetros de Puerto Iguazú, en Misiones, combina propuestas de aventura con tradiciones y sabores guaraníes
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Un viaje a la profundidad de la selva. Sin filtros, con la exuberancia del verde y la naturaleza en toda su expansión. En contacto directo con las aves, los animales y la vegetación. Moconá, al centro-este de Misiones, resume estas cualidades, y muchas más. Con sus saltos como grandes protagonistas, el destino atesora mucho más que la joyita burbujeante que domina el Parque Provincial Moconá, dentro de la Reserva de la Biosfera Yabotí, que en guaraní significa tortuga. A orillas del río Uruguay, frontera con Brasil, Moconá propone experiencias inmersivas para palpitar la selva con todos los sentidos.
La ruta costera, apretada entre tanta vegetación, parece un tallarín. O más bien un hilito gris que serpentea el camino rodeado por tierra colorada, el único acceso que después de tomar la ruta nacional 12 desde Puerto Iguazú atraviesa El Soberbio y otras localidades para terminar su trayecto en Moconá. Son 320 kilómetros entre árboles como el cedro, lapacho, guatambú y petiribí que se recorren, y disfrutan, en cuatro horas y media en auto. La travesía funciona apenas como antesala de lo que vendrá. Anticipa que los colores rojo y verde irán transformando la paleta cromática pero siempre manteniendo sus tonalidades esenciales, las que conforman el ADN del Bosque Atlántico.
En el municipio de San Pedro, con una superficie aproximada de 253 mil hectáreas, Moconá se posiciona como una alternativa aventurera al clásico destino de las cataratas del Iguazú. Y tiene con qué. El diagrama de actividades y experiencias van desde tirolesa, rapel sobre arroyos y paseos en kayac por el arroyo Yabotí hasta tiro al blanco, fogones nocturnos, avistaje de aves y senderos interpretativos que rescatan la cultura guaraní. Al ser un refugio natural, las aves como el yacutinga (penacho blanco y pecho rojo), tucanes y perdices o mamíferos como el acutí, carpinchos, zorritos y venados forman parte del paisaje cotidiano. Por la pureza del aire abundan las mariposas multicolores y de gran tamaño.
De hecho, en 2022 se declararon cinco especies como Monumento Natural y de Interés Público. Las androgeo, mariposa 88, monarca, seda azul y panambí son de la partida, con el objetivo de lograr su preservación, conservación y reproducción. Al igual que el yaguareté, una especie emblemática en extinción, que también fue declarada Monumento Natural de la Argentina. El rey de la selva tropical está custodiado por distintas organizaciones que promueven su cuidado.
Adrenalina náutica
Es clave consultar día a día si el acceso a los saltos de Moconá está abierto, ya que su habilitación depende de factores climáticos, como lluvias abundantes, y también de la apertura o cierre de las represas del lado brasilero. En la web https://misiones.tur.ar/mocona/ se actualiza la información diariamente, que permite programar la visita a esta maravilla natural conformada por cataratas de hasta 10 metros de altura que interrumpen durante unos tres kilómetros el curso del río Uruguay. Los paseos en gomón que llegan hasta el pie de los saltos no solo son seguros sino que recorren el trayecto de tal forma que la experiencia resulta entretenida. Y además, es la única alternativa para verlos de frente, sin cruzar a Brasil. Pura adrenalina náutica que refresca la jornada.
La gastronomía misionera y las costumbres guaraníes que aún se mantienen intactas en distintas comunidades locales se pueden conocer a partir de distintas propuestas ofrecidas en la región.
Entre las leyendas y relatos que identifican el lugar, el de Yasí (luna) acapara toda la atención, junto con la historia del trabajo esclavo al que estuvieron sometidos los guaraníes para la cosecha de yerba mate. La infusión icónica que funciona como puente, también se toma en forma de tereré misionero, bien frío y con jugos naturales.
En cualquiera de las hosterías, hoteles y cabañas de Moconá la historia de la yerba mate vive en relatos que se transmiten de generación en generación. El pasado y el presente se funden en las actividades que aún sostienen las cuatro comunidades guaraníes, herederas de técnicas ancestrales y saberes, como la construcción de casas de tacuara (con plantas de bambú), trampas y redes para pescar. Sustentabilidad y conciencia ecológica son los pilares de Moconá, el destino a pura selva que pone el foco en la preservación del área y en el rescate de la historia.
Datos útiles
Parque Provincial Moconá
El acceso no está disponible todos los días, porque si crece el río el área queda aislada y no se forman los saltos. La visita incluye el paseo en lancha (que se paga aparte), el ingreso a los senderos y al centro de interpretación. Abre todos los días de 9.30 a 17. Entrada para residentes argentinos, $3800; jubilados, $1500. Paseo náutico, $19.550. Es conveniente verificar en la web del parque que esté operativo el día elegido para la visita.